La DGT pone bajo sospecha al conductor corriente. Una simple pastilla para combatir el resfriado o controlar una alergia puede ser el detonante de una sanción máxima, aunque esté prescrita por tu médico de confianza. El conductor español atraviesa una etapa de inquietud tras cada nueva campaña, y es que la Dirección General de Tráfico recalca que sancionará con 1.000 euros y restará seis puntos del carnet a quienes den positivo, incluso por medicamentos comunes. El desconcierto llega cuando se cruza la frontera entre el tratamiento cotidiano y la seguridad vial, y nadie está exento de revisar de inmediato el prospecto de su medicación antes de coger el coche.
Los controles de carretera se han convertido en una auténtica pesadilla. La vigilancia de la Guardia Civil, cada vez más frecuente y exhaustiva, no solo persigue el consumo de sustancias ilegales. Ahora, los medicamentos cotidianos, como antihistamínicos, relajantes musculares o incluso simples jarabes antitusivos, pueden hacer saltar las alarmas en un narcotest, llevando al conductor a una situación límite. Asusta imaginar la facilidad con la que un accidente trivial podría acabar en sanción ejemplar si, tras dar positivo en la prueba, el agente detecta un solo síntoma de alteración en la capacidad para conducir.
5DGT Y LA SEGURIDAD VIAL: SANCIONES QUE VACÍAN TU CUENTA
Las campañas de la DGT se han multiplicado, y la Guardia Civil de Tráfico actúa bajo la consigna de tolerancia cero. Cualquier positivo en el narcotest, sea por consumo terapéutico o recreativo, acarrea la máxima penalización administrativa: 1.000 euros y seis puntos menos. El verdadero drama llega cuando, al margen de la sanción, la aseguradora puede negarse a cubrir los daños en caso de accidente bajo los efectos de sustancias detectadas, incluso si son legales.
El consejo clave es la prevención y la consulta proactiva: jamás te aventures a conducir con dudas sobre el efecto de un medicamento habitual. Basta una sola infracción para perderlo todo, y el daño no es solo económico: implica la reputación como conductor y la seguridad de todos los usuarios de la vía.







