Dr. Martín Soria (45), endocrinólogo: «Si se te duerme la lengua después de desayunar, alerta: tu páncreas puede estar a punto de causar un coma diabético irreversible»

Este síntoma revela que el páncreas podría estar fallando de forma inminente, con riesgo de coma. Ignorar esta señal puede tener consecuencias fatales e irreversibles, según la advertencia médica

Sentir la lengua dormida después de desayunar puede parecer una anécdota sin importancia, un simple cosquilleo pasajero. Pero el doctor Martín Soria, un reputado endocrinólogo, lanza una advertencia que hiela la sangre: ese adormecimiento lingual podría ser la última señal de alarma antes de una catástrofe metabólica. ¿Y si esa extraña sensación en la boca fuera el preludio de algo mucho más grave que debemos atender de inmediato?

La impactante afirmación del Dr. Soria lo cambia todo: «Si se te duerme la lengua después de desayunar, alerta», es una frase que resuena con fuerza por sus implicaciones. Lo que describe es una hipoglucemia reactiva severa y desconocida, donde el páncreas libera tanta insulina que el nivel de azúcar en sangre se desploma peligrosamente. ¿Estamos realmente prestando atención a las señales silenciosas que nuestro cuerpo nos envía cada día?

EL DESAYUNO QUE TE AVISA: ¿IGNORAS LA SEÑAL MÁS IMPORTANTE DEL DÍA?

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Imagina la escena: un café con leche, unas tostadas y, de repente, un hormigueo extraño en la lengua. Muchos lo achacarían a un alimento muy caliente o a una mala postura, pero se trata de una respuesta neurológica directa a una caída brusca de la glucosa en el torrente sanguíneo. Esta disfunción, como advierte el Dr. Martín Soria, es una bandera roja que nuestro organismo agita desesperadamente para llamar nuestra atención.

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Esa primera comida del día es crucial para nuestro equilibrio metabólico. Cuando el páncreas no funciona bien, el desayuno se convierte en una bomba de relojería y esa parestesia en la lengua en su temporizador. La incapacidad del cuerpo para gestionar los azúcares matutinos revela una disfunción pancreática latente. El especialista insiste en que no es una simple molestia bucal, sino una urgencia médica en potencia.

PÁNCREAS AL LÍMITE: LA CONEXIÓN OCULTA CON TU BOCA

Lo que sucede en la lengua es el reflejo de una batalla interna que tu páncreas está a punto de perder de forma definitiva. Fuente: Freepik
Lo que sucede en la lengua es el reflejo de una batalla interna que tu páncreas está a punto de perder de forma definitiva. Fuente: Freepik

El mecanismo es perverso y silencioso. Un desayuno rico en carbohidratos simples provoca una respuesta desmedida en un páncreas que ya está al límite de su capacidad funcional. La advertencia del Dr. Soria es clara, ya que el órgano segrega una cantidad de insulina tan masiva que barre la glucosa de la sangre de forma fulminante. Este desplome es el que causa ese síntoma oral tan característico y alarmante.

No estamos hablando de una simple bajada de azúcar que se soluciona con un caramelo. El endocrinólogo Martín Soria recalca que este fenómeno es mucho más grave y puede ser el principio del fin. Esta hipoglucemia severa e inesperada priva al cerebro del combustible esencial para funcionar correctamente. Por eso la sensación en la lengua no es un hecho aislado, sino la antesala de un posible colapso sistémico.

¿POR QUÉ SE DUERME LA LENGUA? LA CIENCIA DETRÁS DEL HORMIGUEO

Comprender el motivo por el que se produce esta extraña reacción en la lengua es fundamental para entender la gravedad de la situación. Fuente: Freepik
Lo que sucede en la lengua es el reflejo de una batalla interna que tu páncreas está a punto de perder de forma definitiva. Fuente: Freepik

El adormecimiento, conocido técnicamente como parestesia, ocurre porque los nervios periféricos son extremadamente sensibles a los niveles de glucosa. La conexión entre la lengua y el cerebro es directa y muy rápida. Una caída vertiginosa del azúcar en sangre interfiere con la transmisión de las señales nerviosas de este músculo bucal. Es, literalmente, un cortocircuito provocado por la falta de energía en el sistema nervioso.

Este fenómeno no sucede por azar ni es una casualidad sin importancia. Tal y como explica el Dr. Soria, es una manifestación de que el cuerpo ha perdido su capacidad de autorregulación. El páncreas, en lugar de ser un gestor preciso del azúcar, se ha convertido en un agente del caos metabólico. Por ello, lo que sentimos en el órgano gustativo es el eco de una disfunción interna muy profunda y peligrosa.

EL COMA SILENCIOSO: CUANDO EL AZÚCAR CAE EN PICADO SIN PREVIO AVISO

El gran peligro de estas hipoglucemias desconocidas es que pueden llevar a consecuencias fatales sin que la persona sea consciente. Fuente: Freepik
El gran peligro de estas hipoglucemias desconocidas es que pueden llevar a consecuencias fatales sin que la persona sea consciente. Fuente: Freepik

Mucha gente asocia las crisis diabéticas con subidas de azúcar, pero las bajadas pueden ser igual de letales, o incluso más rápidas. El riesgo del que alerta el Dr. Martín Soria es que un coma diabético por hipoglucemia puede instaurarse en cuestión de minutos tras el inicio de los síntomas. Si la primera señal es el hormigueo en la lengua, la ventana de tiempo para actuar es dramáticamente corta.

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Lo más aterrador es la naturaleza sigilosa de este proceso. Una persona puede sentirse relativamente bien, desayunar y, poco después, experimentar esa sensación en la boca antes de perder el conocimiento. La falta de glucosa en el cerebro puede causar daños neurológicos irreversibles o incluso la muerte si no se revierte de inmediato. El aviso del Dr. Soria sobre la lengua es una llamada a no subestimar jamás esta señal.

ACTUAR A TIEMPO: LA LLAVE PARA EVITAR EL DESENLACE FATAL

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La recomendación médica ante un episodio de estas características es inequívoca: acudir a urgencias de inmediato. No vale esperar a ver si se pasa solo ni atribuirlo a otras causas menos importantes. Como bien subraya el endocrinólogo, un análisis de sangre en ese preciso momento puede confirmar la hipoglucemia y poner en marcha el tratamiento necesario. Es una carrera contrarreloj donde cada segundo cuenta para evitar daños.

La advertencia final del Dr. Martín Soria es tan clara como contundente: no hay tiempo que perder ante una lengua dormida tras comer. Ante un síntoma tan anómalo como el adormecimiento del músculo bucal, la única opción sensata es buscar ayuda profesional. La diferencia entre una anécdota contada a tiempo y una tragedia irreversible puede depender de esa única decisión. Escuchar las señales, por extrañas que parezcan, es el primer paso para proteger nuestra vida.

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