Definitivamente la nueva representación legal del ex ministro socialista José Luis Ábalos en el Caso Koldo, ha decidido pasar al ataque en la causa que se sigue contra su cliente en el Tribunal Supremo. Tras pedir la retirada de todos los partidos políticos ahora Ábalos pide recuperar su cuenta de correo intervenida desde el 9 de junio pasado.
El escrito del abogado Carlos Miguel Bautista comienza solicitando el «cese inmediato del bloqueo de cuenta de correo electrónico de nuestro representado y restitución de su control».
«Con fecha 9 de junio de 2025, la Sala dictó auto por el que se autorizaba, en el marco de la presente instrucción, «el acceso, visionado y volcado/clonado de las comunicaciones privadas halladas durante el registro, incluyendo cuentas de correo electrónico» de mi representado,
en concreto, la cuenta (…). En ejecución de dicha resolución, agentes de la unidad investigadora procedieron a acceder a la mencionada cuenta. Sin embargo, tras realizar las operaciones de copia de la información existente, en lugar de devolver el control de la misma a su titular, han
mantenido desde entonces y hasta la fecha un bloqueo total y exclusivo sobre ella. Han transcurrido más de cuatro meses (desde el 9 de junio de 2025 hasta el 24 de octubre de 2025), tiempo durante el cual mi mandante ha sido privado por completo del acceso y uso de un canal de comunicación fundamental, lo que excede toda previsión legal de temporalidad necesaria en una medida de investigación.

Además, asegura el abogado que esta «privación continuada está causando perjuicios extraordinariamente graves a mi representado, afectando a su esfera personal, profesional y social, incluyendo la imposibilidad de renovar contratos de suministros, acceso a documentos, gestión de citas médicas, atender correspondencia ordinaria con personas que poseían esta dirección de email desde hace muchos años, e irrogando un daño que excede manifiestamente la legitimidad de cualquier finalidad investigadora».
Ábalos cree que existe una «extralimitación material en la ejecución del auto» y que «el problema central que fundamenta esta solicitud no es la legalidad del auto judicial, sino la flagrante e indiscutible extralimitación en su ejecución, constitutiva de un fraude de ley procesal. El mandato judicial era claro y acotado: acceder, visualizar y copiar los datos existentes».
El abogado del ex ministro cree que esta «actuación ha supuesto una «metamorfosis» de la medida» y » lo que debía ser un acto puntual de investigación se ha transformado en una medida coercitiva de naturaleza distinta: un bloqueo o «embargo virtual» del canal de comunicación, una figura de coerción procesal inexistente en nuestro ordenamiento jurídico, que priva de forma continuada a mi representado del uso del servicio de correo. Esta nueva medida no estaba contemplada ni explícita ni implícitamente en la resolución judicial. El auto autorizaba a copiar el «archivo» digital, no a clausurarlo e impedir su uso futuro, mucho menos el uso irregular que
pueda haberse hecho del mismo».
ÁBALOS DICE QUE ES UNA MEDIDA CAUTELAR
Considera el ex ministro que ésta es una medida cautelar «no prevista en la ley». Tras la intervención del correo vino el bloqueo del mismo, ya que los investigadores de la Guardia Civil lo primero que hace es cambiar las contraseñas de los correos intervenidos. una medida que califican de «radicalmente desproporcionada por innecesaria, debiendo recordarse que la necesidad es uno de los ejes esenciales del principio de proporcionalidad, en cuanto que la finalidad perseguida debe ser siempre conseguida con un menor coste en afectación de derechos»
Los abogados apelan a una supuesta injerencia masiva y continuada en los derechos fundamentales de mi representado», al entender que se vulnera el secreto de la comunicaciones, y la intimidad personal. En definitiva piden al Alto Tribunal «el cese inmediato del bloqueo que pesa sobre la cuenta de correo electrónico (…)», al igual que la «restitución inmediata del pleno control de la citada cuenta a su legítimo titular, D. José Luis Ábalos Meco».






