En un vibrante desayuno informativo organizado por el Nueva Economía Fórum, el vicesecretario de Economía del Partido Popular (PP), Alberto Nadal, lanzó hoy un severo diagnóstico sobre la situación económica de España y propuso un ambicioso plan de «nueva modernización» con el objetivo de recuperar el país de pequeños propietarios donde el «esfuerzo y el trabajo renten». Su intervención se centró en la necesidad imperiosa de elevar la productividad y reducir la carga fiscal para revertir lo que, a su juicio, es un empobrecimiento sistemático de la clase media bajo la actual administración.
Nadal no dudó en afirmar que el propósito fundamental del PP es que en «España vuelva a merecer la pena trabajar, para que el país y las familias prosperen e incrementen sus rentas». La receta, según el economista popular, pasa por dos pilares esenciales: aumentar la productividad para justificar salarios más altos y reducir la imposición para que los ciudadanos perciban de forma tangible «el fruto de su trabajo» en su salario neto.
CRÍTICAS A LA GESTIÓN: EL «ESQUILMO» A LA CLASE MEDIA
El vicesecretario popular dirigió sus críticas más punzantes a la política económica del presidente Pedro Sánchez, a quien acusó de estar «esquilmando a las clases medias para financiar su fuerte incremento de gasto público». Este aumento del gasto, señaló, se sitúa muy por encima del crecimiento de la economía, generando un ciclo de endeudamiento que, inevitablemente, recae sobre los contribuyentes.
«Creemos en un país de pequeños propietarios donde el esfuerzo y el trabajo rente, donde el emprendimiento tenga oportunidades y las clases medias recuperen el orgullo de ser la columna vertebral del país«, enfatizó Nadal, contraponiendo esta visión a un modelo que, según él, está asfixiando fiscalmente a los españoles.
El análisis de Nadal desgranó las cifras que, a su entender, desmienten el «triunfalismo macroeconómico» del Gobierno. Mientras la inversión permanece «estancada», la deuda y el gasto público crecen, acompañados de una subida de impuestos que considera «muy por encima de los países de nuestro entorno.
«Una parte del crecimiento se debe al incremento del endeudamiento, que se debe al incremento del gasto y este lleva aparejado un fortísimo crecimiento de la recaudación tributaria que recae sobre las clases medias, fundamentalmente», subrayó, señalando directamente al IRPF y al IVA como los grandes motores recaudatorios que pagan, principalmente, asalariados y familias.
Los datos que expuso el dirigente del PP son demoledores para la renta disponible: el PIB por persona ocupada sigue por debajo de los niveles de 2020, los precios han escalado un 23%, y la cesta de la compra un 38%. Además, alertó sobre la subida del tipo medio del IRPF, con el ejemplo de una persona casada con un hijo cuya cuota ha pasado de 876 a 2.244 euros, un incremento superior al 5%.

LA AGENDA DE LA MODERNIZACIÓN: MENOS GASTO, MÁS EFICIENCIA
Para revertir esta situación, Nadal delineó los ejes del proyecto económico del PP, enfocado en «volver a modernizar España» para situarla entre las economías avanzadas de la OCDE. Esta modernización pasa por una estricta disciplina fiscal y una profunda reforma estructural.
«El gasto tiene que estar por debajo de la economía, hay que crear espacio fiscal para bajar impuestos que propicien el crecimiento y devuelvan poder adquisitivo a las familias, reducir regulación, instituciones independientes que funcionen y un gobierno que se dedique a lo que se tiene que dedicar», explicó el vicesecretario.
Nadal insistió en que para atraer la inversión, retener y atraer talento y tecnología, el marco fiscal es «esencial. El PP aboga por unos impuestos que incentiven la inversión, lo que requiere que España sea «muy eficiente en el gasto» para liberar el espacio fiscal necesario para esas rebajas.
EL DESAFÍO DE LA PRODUCTIVIDAD Y EL DESEMPLEO
Uno de los puntos centrales de la exposición de Nadal fue el déficit de productividad y la baja tasa de ocupación española, factores que lastran la convergencia con Europa. Recordó que la productividad del país es inferior a la de la OCDE, a pesar de que la jornada laboral anual media supera en 300 horas a la de los países del norte de Europa.
«No es que los españoles que trabajan no sean diligentes, es que no tienen a su disposición ni el capital humano, ni el capital tecnológico, ni el capital institucional que tienen otros países más avanzados», sentenció, poniendo el foco en la necesidad de impulsar estos capitales.
Para reducir la brecha con países como Alemania (20 puntos en paridad de poder adquisitivo) o EE. UU. (35-40 puntos), España debe incrementar el número de ocupados, que está más de 10 puntos por debajo de los países nórdicos, porque en «España no renta trabajar». Una mayor ocupación no solo incrementaría la riqueza, sino que permitiría «disminuir la presión fiscal porque los mismos ingresos tributarios los podríamos distribuir entre un mayor número de gente.
El dirigente del PP también introdujo una crítica al crecimiento extensivo de la economía, que achacó a un «descontrol en la inmigración». Sostuvo que el crecimiento poblacional, basado en la «acumulación de mano de obra», provoca que la productividad no crezca y que, por ende, el PIB aumente mucho más de lo que crece la renta per cápita.

POLÍTICA ENERGÉTICA Y PROYECTOS DE FUTURO
En el ámbito energético, Nadal lamentó la «política energética ideologizada» del Gobierno y anunció que el PP posibilitará la extensión de la vida útil de las centrales nucleares. Criticó que, meses después del apagón, España siga sin un informe oficial de sus causas, con la consecuente ausencia de responsabilidades políticas.
De igual modo, reprochó el déficit de accesos a la red que paraliza proyectos de generación, industriales e incluso urbanísticos, y se comprometió a volver a una «política energética sensata».
El diagnóstico final de Alberto Nadal es que los inversores, tanto nacionales como extranjeros, «no ven en el proyecto español un proyecto de futuro». Defendió que la política económica debe tener como objetivo alcanzar la prosperidad, que se traduce en recuperar el sueño de alcanzar los niveles de renta, productividad y prosperidad de los países más avanzados de Europa, un camino que, recordó, ya emprendieron países de la UE del Este gracias a reformas estructurales similares a las que el PP aplicó en España durante la crisis del euro para ganar competitividad.






