El agotamiento se ha convertido en uno de los males silenciosos de nuestro tiempo. No distingue edades ni profesiones y, aunque muchas veces lo disimulamos con café, optimismo forzado o rutinas automáticas, el cuerpo siempre termina pasando factura. Según un reciente estudio internacional de Salud Mental del Grupo AXA, más de la mitad de la población en España asegura sufrir estrés de forma habitual, un dato que confirma que vivimos en una sociedad acelerada donde el descanso y la calma parecen artículos de lujo.
Ante este panorama, las redes sociales han comenzado a ofrecer alternativas para combatir el agotamiento y la fatiga crónica. Una de las más comentadas es el llamado “cóctel de cortisol”, una bebida sencilla que promete reducir los efectos del estrés y ayudar a equilibrar la energía del cuerpo. El tema ha generado debate entre quienes defienden sus beneficios y los expertos que invitan a tomarlo con cautela, recordando que el verdadero antídoto contra el agotamiento está en abordar las causas, no solo los síntomas.
3Cómo combatir el agotamiento de manera sostenible
Más allá de las modas, los expertos coinciden en que el agotamiento no se soluciona con atajos. Requiere tiempo, hábitos saludables y una gestión consciente del estrés. Dormir entre siete y ocho horas, mantener una alimentación equilibrada y practicar actividad física regular son pilares básicos para equilibrar los niveles de cortisol de forma natural. También ayudan técnicas de respiración y pausas activas que devuelven al cuerpo la sensación de control y descanso que el ritmo diario le arrebata.
El agotamiento, en definitiva, no es un enemigo que se combate con una bebida milagrosa, sino una señal que invita a replantear el estilo de vida. Quizás el verdadero secreto no esté en el cóctel de tres ingredientes, sino en el acto más simple y poderoso de todos, que es parar, escuchar al cuerpo, darle descanso y cuidar la mente, los que siguen siendo los mejores remedios para recuperar la energía y, sobre todo, para evitar que el estrés se vuelva un compañero permanente.






