La diabetes no llega de un día para otro, sino que susurra advertencias durante meses, incluso un año antes de dar la cara. Lo más preocupante, como alerta la endocrina Mónica Torres, es que la mayoría ignoramos esas señales. Por eso, la enfermedad avanza en silencio mientras la vida sigue su curso, hasta que un día el susurro se convierte en un grito que ya no se puede ignorar. ¿Y si pudieras descifrar esos mensajes ocultos?
El aviso de la doctora Torres es rotundo: “casi nadie está haciendo nada”, y esa inacción es una puerta abierta a complicaciones serias. Las pistas están ahí, sutiles pero claras, esperando a que alguien les preste atención. En un mundo saturado de información, paradójicamente carecemos de la conciencia necesaria para detectar los primeros síntomas, esos que podrían cambiarlo todo y que afectan a nuestra salud metabólica. La pregunta es si estamos dispuestos a escuchar.
EL MAPA SECRETO QUE TU PIEL DIBUJA SOBRE EL AZÚCAR
¿Has notado alguna vez manchas oscuras y aterciopeladas en el cuello, las axilas o las ingles? Podrían ser más que una simple cuestión estética. Esa señal, conocida como acantosis nigricans, es un grito de ayuda de tu cuerpo y un signo muy visual de que existe resistencia a la insulina. Como insiste la doctora Torres, es una de las primeras banderas rojas que se manifiestan externamente, un aviso directo sobre tu futuro riesgo de diabetes.
Pero la piel tiene más formas de comunicarse. Pequeñas verrugas o fibromas blandos que aparecen de repente en párpados o cuello, o heridas que tardan una eternidad en cicatrizar, también deberían ponerte en alerta. No son problemas menores, sino mensajes de un sistema que lucha por mantener el control glucémico. Según la experiencia de la doctora, estos síntomas cutáneos a menudo se pasan por alto o se tratan de forma aislada sin buscar la causa de fondo.
¿CANSANCIO O ALGO MÁS? ESAS SEÑALES QUE IGNORAS CADA DÍA

Sentir una sed insaciable que no se calma con nada o un cansancio que te aplasta desde que te levantas es algo que muchos normalizan. “Es el trabajo”, “duermo mal”, nos decimos. Sin embargo, esa fatiga y esa sed persistentes son dos de las señales más clásicas de una glucosa alta. La doctora Torres lo ve a diario en su consulta: pacientes que llegan tarde porque atribuyeron durante meses sus síntomas a un mal momento personal o profesional.
Y la cosa no acaba ahí. Levantarse varias veces por la noche para ir al baño o experimentar una visión borrosa que va y viene son otros síntomas del azúcar descontrolado. ¿Por qué ocurren? Tu cuerpo simplemente intenta eliminar el exceso de azúcar a través de la orina, lo que provoca deshidratación y afecta a la capacidad de enfoque de tus ojos. Son mecanismos de emergencia que indican que algo importante en tu metabolismo no va bien.
HISTORIAS REALES: EL PRECIO DE LLEGAR TARDE AL DIAGNÓSTICO
Javier, un informático de 48 años, achacó su agotamiento extremo a las largas jornadas frente al ordenador. Ignoró la sed y la pérdida de peso, pensando que era estrés. Cuando finalmente consultó, su diagnóstico de diabetes llegó con complicaciones. La doctora Mónica Torres es clara al respecto: normalizar síntomas anómalos durante meses es un error con consecuencias graves para la salud, transformando una enfermedad crónica manejable en un problema mayor.
El caso de Laura, de 54 años, es otro ejemplo que resuena en la consulta de la endocrina. Vio cómo aparecían manchas en su cuello, pero lo consideró un problema dermatológico sin importancia hasta que otros síntomas se sumaron. Su historia confirma la advertencia de la doctora Torres, quien subraya que las señales en la piel son una llamada de atención directa del metabolismo, una oportunidad de oro para actuar antes de llegar a la prediabetes o a un estado más avanzado.
UN AÑO ANTES: LA VENTANA DE OPORTUNIDAD QUE NADIE APROVECHA

Ese “año antes” del que habla la doctora Torres es la fase conocida como prediabetes, un estado en el que los niveles de azúcar ya están por encima de lo normal, pero no lo suficiente para un diagnóstico formal. Es una encrucijada decisiva. “Es el momento clave”, afirma la especialista, porque la prediabetes es reversible en muchos casos con cambios en el estilo de vida, como la dieta y el ejercicio, evitando así la cronificación de la enfermedad.
Aquí es donde su alerta de que “casi nadie está haciendo nada” cobra todo su sentido. La gente vive en esa zona gris sin saberlo, perdiendo un tiempo precioso para prevenir la diabetes. La falta de chequeos regulares y la normalización de los síntomas hacen que esa ventana de oportunidad se cierre. Como recalca una vez más la doctora Torres, la falta de acción en esta fase temprana es el verdadero problema de salud pública que enfrentamos.
DE LA ALERTA A LA ACCIÓN: ¿QUÉ PUEDES HACER HOY MISMO?
La solución no es vivir con miedo, sino con conocimiento. Ante la mínima sospecha, ante una señal en la piel, un cansancio persistente o una sed inusual, el primer paso es tan sencillo como hablar con tu médico de cabecera. La doctora Mónica Torres lo resume así: un simple análisis de sangre puede despejar todas las dudas y ponerte en el camino correcto, ya sea para hacer cambios preventivos o para empezar un tratamiento a tiempo si la diabetes ya está presente.
Al final, todo se reduce a una cosa: prestar atención. Tu cuerpo te habla constantemente a través de un lenguaje que hemos olvidado cómo interpretar. La advertencia de la doctora Mónica Torres no es para generar alarma, sino para despertar conciencias. Porque escuchar a tu cuerpo es la mejor y más barata herramienta de prevención que tenemos para controlar los niveles de azúcar en sangre y, en definitiva, para cuidar de nuestra vida.









