El método del euro, popularizado en las últimas semanas en redes sociales y recomendado por expertos en coches en varios países europeos, consiste en insertar una moneda de un euro en la ranura del dibujo de la banda de rodadura. Si el borde dorado queda visible, significa que la profundidad del neumático está por debajo del nivel recomendado y resulta aconsejable su sustitución. Este sistema casero sirve de orientación rápida, aunque no sustituye la revisión profesional con herramientas específicas.
La llegada del invierno incrementa exponencialmente el riesgo de circulación con neumáticos desgastados. Las bajas temperaturas, las lluvias intensas y el firme mojado exigen que las ruedas mantengan su capacidad para evacuar agua y garantizar adherencia al asfalto. Cuando el dibujo se reduce, aumenta el peligro de aquaplaning, esa pérdida de contacto con la carretera que priva al conductor de control sobre el vehículo y multiplica las distancias de frenado.
ORIGEN Y DIFUSIÓN DEL MÉTODO DE LA MONEDA
El truco de la moneda se extendió gracias a plataformas como TikTok, donde mecánicos y vendedores de automóviles compartieron vídeos explicando su funcionamiento. El medio irlandés Galway Beo recogió el testimonio de un exvendedor de coches conocido en la red social como @Capturing_cars, quien lo presentó como una forma práctica de verificar si un vehículo está preparado para afrontar el invierno y las condiciones climáticas adversas. La viralización del método lo ha convertido en referencia entre conductores de toda Europa.
No obstante, diversas organizaciones de seguridad vial cuestionan la precisión del truco. La Fundación para la Seguridad Vial (Fesvial) desaconseja utilizar la moneda de euro como medida única, ya que el borde dorado mide algo más de 3 mm, el doble de la profundidad mínima legal establecida en 1,6 mm. Según Fesvial, seguir esta recomendación podría llevar a cambios prematuros de neumáticos que aún cumplen con la normativa, generando un impacto económico y ambiental significativo.
NORMATIVA ESPAÑOLA SOBRE PROFUNDIDAD MÍNIMA
En España, la legislación establece que los neumáticos de turismos y vehículos ligeros deben presentar una profundidad mínima de 1,6 mm en las ranuras principales de la banda de rodadura. Esta medida es obligatoria para circular legalmente, y su incumplimiento conlleva multas de hasta 200 euros, además de la posible inmovilización del vehículo si el desgaste es grave. La normativa europea, recogida en el Reglamento General de Vehículos, es uniforme en todos los países de la Unión.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha incluido la inspección del estado de los neumáticos en sus campañas anuales de control en carretera. Durante 2024, la DGT realizó doce campañas nacionales destinadas a concienciar sobre la importancia de este elemento en la seguridad vial. En las inspecciones técnicas móviles llevadas a cabo el año pasado, el 25% de los vehículos controlados presentaron deficiencias graves o peligrosas relacionadas con neumáticos, suspensión y otros componentes.
RIESGOS DE CONDUCIR CON NEUMÁTICOS DESGASTADOS
La pérdida de dibujo en la banda de rodadura afecta directamente al comportamiento del coche en carretera. Los neumáticos nuevos pueden evacuar hasta 30 litros de agua por segundo a una velocidad de 80 km/h. Cuando la profundidad se reduce a 1,6 mm, esa capacidad disminuye drásticamente, incrementando el riesgo de aquaplaning en caso de lluvia intensa. En superficies mojadas, la distancia de frenado de un vehículo con neumáticos gastados puede aumentar hasta 6,9 metros en comparación con neumáticos nuevos.
El aquaplaning se produce cuando el agua forma una película entre el neumático y el asfalto, provocando que el vehículo «flote» sobre el firme. En esa situación, el conductor pierde el control de la dirección y la capacidad de frenado, con el consiguiente riesgo de salida de vía o colisión. Aunque el aquaplaning total afecta solo al 1% de los casos en carretera, incluso la pérdida parcial de adherencia puede resultar peligrosa.
CÓMO IDENTIFICAR EL DESGASTE MEDIANTE TESTIGOS
Los neumáticos homologados incorporan indicadores de desgaste, también conocidos como testigos, que permiten comprobar de manera visual cuándo ha llegado el momento de sustituir las ruedas. Estos pequeños tacos de goma aparecen «hundidos» en el dibujo cuando el neumático es nuevo y van quedando a la misma altura que la banda de rodadura a medida que esta se desgasta. Cuando los testigos quedan al mismo nivel que el resto del dibujo, la profundidad ha alcanzado el mínimo legal de 1,6 mm y resulta obligatorio cambiar el neumático.
Algunas marcas, como Michelin, han incorporado figuras grabadas en la goma —como el muñeco Michelin— para facilitar la localización de estos indicadores. En neumáticos más recientes, existen sistemas innovadores como Wear2Check, que ofrecen información adicional sobre el estado del dibujo. La ventaja de los testigos es que proporcionan una referencia precisa y estandarizada del límite legal, sin margen de error.
ALTERNATIVAS PARA MEDIR LA PROFUNDIDAD
Además de la moneda y los testigos, existen medidores específicos para comprobar la profundidad del dibujo de los neumáticos. Estos instrumentos, disponibles en tiendas de automoción físicas y online, van desde tarjetas plastificadas con indicadores de colores hasta medidores digitales que muestran la medida exacta en milímetros. Su precio es asequible y permiten llevar un control regular del estado de las ruedas sin acudir al taller.
Los talleres mecánicos utilizan calibres profesionales que garantizan mediciones exactas. La ventaja de acudir a un especialista es que, además de medir la profundidad, el profesional puede detectar desgastes irregulares que indiquen problemas de alineación, presión incorrecta o fallos en la suspensión. Un desgaste desigual en los laterales o en el centro de la banda de rodadura suele ser señal de que el vehículo requiere ajustes técnicos adicionales.
RECOMENDACIONES PARA EL MANTENIMIENTO INVERNAL
Preparar el coche para el invierno implica revisar varios aspectos más allá del estado de los neumáticos. La presión de inflado debe comprobarse al menos una vez al mes y antes de cualquier viaje largo. Las temperaturas bajas hacen que la presión disminuya, por lo que resulta necesario ajustarla según las recomendaciones del fabricante. Circular con neumáticos mal inflados aumenta el consumo de combustible, el riesgo de reventón y el desgaste prematuro de la banda de rodadura.
En zonas donde las temperaturas descienden habitualmente por debajo de los 7 ºC, se aconseja el uso de neumáticos de invierno o all season con el símbolo 3PMSF. Estos neumáticos están fabricados con compuestos más blandos que mantienen su elasticidad en condiciones de frío, mejorando el agarre en superficies mojadas, nevadas o heladas. En comparación con los neumáticos de verano, los de invierno reducen la distancia de frenado un 10% en mojado y un 20% en nieve.









