Lamine Yamal vive un momento decisivo, tanto dentro como fuera del terreno de juego. El joven talento del FC Barcelona, acostumbrado a ser el foco mediático por su deslumbrante habilidad, ha visto cómo la atención ha cambiado de rumbo tras su discreto rendimiento en el último Clásico frente al Real Madrid. Sus gestos, declaraciones y la compra de una lujosa vivienda que perteneció a Gerard Piqué y Shakira lo han colocado en el centro de la polémica, atrayendo incluso la mirada crítica de figuras del mundo televisivo. Y entre todas esas voces, la de Alessandro Lequio ha resonado con fuerza con la frase: “Lamine Yamal tiene fecha de caducidad si no cambia el guion”.
El comentario de Lequio, lanzado en el programa ‘Vamos a ver’ de Telecinco, ha generado debate entre los aficionados y los expertos del deporte. Su visión va más allá del talento natural del jugador, apuntando directamente a la actitud y la disciplina que, según el colaborador, podrían marcar la diferencia entre una carrera brillante o una promesa frustrada. Yamal, que a sus 18 años ya es considerado una joya del fútbol español, se encuentra en esa etapa donde la fama puede ser tan peligrosa como la falta de resultados.
2Un Clásico para olvidar, pero con matices
Aunque se ha hablado de su “pobre partido”, los números muestran que Lamine Yamal no desapareció por completo del duelo contra el Real Madrid. Según los datos de OPTA, fue el jugador de campo culé que más balones recuperó, empatando con Frenkie de Jong, y el que más regates completó. Sin embargo, sus estadísticas ofensivas fueron discretas, lo que alimentó la sensación de que estuvo lejos del impacto esperado. Frente a figuras como Vinícius Júnior, Yamal no logró brillar con la misma intensidad, y eso, en un Clásico, pesa doble.
Los expertos coinciden en que su rendimiento estuvo condicionado por la falta de fluidez colectiva del Barcelona. Aun así, el contraste entre su potencial y su efectividad deja dudas sobre si el joven extremo está siendo bien gestionado, tanto desde el cuerpo técnico como en su entorno personal. Lo cierto es que Lamine Yamal sigue siendo una joya por pulir, pero el brillo empieza a difuminarse cuando la disciplina no acompaña al talento.






