Inyección millonaria de Defensa para rejuvenecer los obsoletos blindados Pizarro

La modernización de los Pizarro existentes, que abarca 225 vehículos de las fases I y II, garantiza que se mantenga una capacidad de combate de infantería/caballería de alta gama en el corto y medio plazo.

El Ministerio de Defensa español ha iniciado un proyecto estratégico de vital importancia: la profunda modernización del Vehículo de Combate de Infantería (VCI) Pizarro. Este plan no es una opción, sino una necesidad impuesta por el paso del tiempo y la implacable evolución de las amenazas en el teatro de operaciones moderno. El objetivo fundamental es claro: actualizar y mantener las capacidades operativas de un blindado que ha sido el corazón de las brigadas mecanizadas del Ejército de Tierra desde finales de los años noventa.

La urgencia del programa se basa en varios frentes. En primer lugar, la obsolescencia inherente a un sistema que lleva más de dos décadas en servicio. El Pizarro, basado en la exitosa plataforma ASCOD (un desarrollo conjunto hispano-austríaco), requiere una extensión de su vida útil que solo es posible garantizando la fiabilidad de sus componentes mecánicos, electrónicos y de protección.

Uno de los pilares de la modernización es la mejora de la protección. La guerra actual exige que los vehículos blindados ofrezcan una mayor supervivencia a la tripulación frente a amenazas asimétricas como los artefactos explosivos improvisados (IED) y los ataques con drones. Este esfuerzo se complementa con una exhaustiva actualización de los sistemas de a bordo. La tecnología manda: se requiere la renovación de la torre y el sistema de armas, la instalación de nuevas cámaras térmicas de alta resolución, y la completa integración de equipos de navegación y sistemas de control de fuego digitales, esenciales para el combate en red. Además, se abordará la optimización de la movilidad, incluyendo una revisión de los componentes mecánicos y, crucialmente, la mejora de la transmisión en las unidades pertenecientes a la Fase II del programa.

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Aunque el Ejército de Tierra mira hacia el futuro con planes para el nuevo Vehículo de Apoyo de Cadenas (VAC), la modernización de los Pizarro existentes, que abarca 225 vehículos de las fases I y II, garantiza que se mantenga una capacidad de combate de infantería/caballería de alta gama en el corto y medio plazo. La inversión en este programa reafirma el compromiso del Gobierno con la renovación de capacidades clave, apostando por la tecnología y el músculo industrial nacional, con compañías como GDELS-Santa Bárbara y Escribano a la cabeza.

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La ministra de Defensa, Margarita Robles, durante una visita a las instalaciones de UROVESA Vehículos Especiales S.A, a 30 de septiembre de 2024, en Valga, Pontevedra, Galicia (Fuente: Agencias). 

UN ANÁLISIS DEL VETERANO

El Pizarro es un pilar del Ejército y, como tal, tiene sus propias virtudes y defectos que la modernización busca equilibrar. Esta futura inversión desde la cartera que gobierna Margarita Robles busca ese cometido.

Entre sus fortalezas destaca su origen y flexibilidad. Como plataforma ASCOD, ha sido un éxito internacional, siendo la base para el futuro VAC español y el programa Ajax del Reino Unido. Posee una potencia de fuego considerable gracias a su cañón automático Rheinmetall MK 30-2 de 30 mm y goza de una movilidad excelente para un VCI, capaz de alcanzar los 72 km/h, permitiéndole operar de forma sincronizada con los carros Leopard 2E. Su diseño intrínseco también ofrece una mayor seguridad de la tripulación en comparación con los blindados más antiguos.

No obstante, existen desventajas significativas que motivan el programa de renovación. El blindaje inicial es considerado insuficiente frente a los proyectiles y sistemas modernos, requiriendo protección adicional. La obsolescencia electrónica es una realidad, con sistemas de visión térmica y control de fuego desactualizados. Además, el desgaste mecánico exige una renovación de componentes clave, especialmente en la transmisión de las unidades de la Fase II, y existe la necesidad de mejorar la conectividad para una interoperabilidad plena en las misiones de la OTAN.

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Vehículo Ajax británico, que cuenta con la misma plataforma ASCOD (Fuente: Ministerio de Defensa de Reino Unido)

DESPLIEGUE OPERACIONAL

El Pizarro es el principal Vehículo de Combate de Infantería del Ejército de Tierra y su rol es clave en la vanguardia, acompañando siempre a la fuerza acorazada. Su uso se materializa en dos esferas.

A nivel nacional, el Pizarro conforma el «segundo escalón» de las Brigadas Mecanizadas, prestando servicio en unidades clave de la Fuerza Terrestre como las Brigadas «Aragón» I, «Guadarrama» XII, «Extremadura» XI y «Guzmán el Bueno» X. Estas unidades operan con todas las variantes del vehículo, incluyendo el Vehículo de Combate de Puesto de Mando (VCPC) y el indispensable Vehículo de Combate de Zapadores VCZAP/Castor, cuya misión es despejar y asegurar las rutas.

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A nivel internacional, el Pizarro ha sido un activo fundamental. Marcó un hito histórico al ser, junto al Leopard 2E, la primera vez que España desplegó medios acorazados pesados en el exterior, concretamente en la misión eFP (enhanced Forward Presence) de la OTAN en Letonia a partir de 2017. Su eficaz desempeño en el flanco Este de la Alianza ha consolidado su prestigio, influenciando incluso la decisión de Letonia de adquirir vehículos de la misma familia ASCOD.

En resumen, la modernización busca dotar al Pizarro de mayor potencia de fuego, protección, movilidad y capacidad tecnológica, extendiendo su vida operativa y asegurando que este blindado siga siendo un instrumento vital para la proyección de la fuerza del Ejército de Tierra.

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