El asesinato de Carrero Blanco: el atentado que quebró el franquismo, un explosivo bajo la calle y el giro inesperado del régimen

Carrero Blanco presidía un gobierno que había asumido funciones ejecutivas completas apenas seis meses antes de su muerte trágica en Madrid. Su liderazgo representaba la continuidad del franquismo más conservador y la garantía de permanencia del régimen tras el fallecimiento inevitable del dictador Franco. La designación de este almirante de setenta años como presidente generó expectativas en ciertos sectores políticos y temores profundos en otros muchos, consolidando su imagen como heredero político indiscutible.

El comando de ETA estudió minuciosamente cada detalle del recorrido diario que Carrero Blanco realizaba de manera sistemática y predecible todos los días. Cada mañana asistía a misa en la iglesia de los Jesuitas de Madrid, regresaba a su domicilio y luego se dirigía al palacio de Villamejor donde desarrollaba sus funciones. Esta rutina religiosa permitió a los etarras identificar exactamente el punto de mayor vulnerabilidad del presidente franquista y preparar meticulosamente el operativo.

LA EXCAVACIÓN BAJO CLAUDIO COELLO

YouTube video

Los miembros del comando de ETA excavaron un túnel de siete metros bajo la calle Claudio Coello madrileña, utilizando el acceso desde el semisótano de un edificio residencial. El trabajo se realizó durante varias semanas sin ser detectado por las autoridades franquistas, demostrando una capacidad extraordinaria de infiltración. La excavación requirió precisión extrema para colocar las cargas explosivas exactamente donde pasaría el automóvil oficial del presidente durante su trayecto cotidiano.

Publicidad

El explosivo utilizado consistió en tres cargas de veinticinco kilos de Goma 2 cada una, colocadas estratégicamente bajo la calzada para maximizar el efecto destructor sobre el vehículo. A las nueve y veintiocho minutos del veinte de diciembre, cuando el Dodge 3700 GT que transportaba a Carrero Blanco pasó precisamente sobre el punto de detonación exacto, la explosión elevó cinco pisos el vehículo. El cráter dejado medía diecinueve metros de diámetro, demostrando la potencia extraordinaria del explosivo utilizado magistralmente por el comando.

LA MUERTE DEL PRESIDENTE

YouTube video

Carrero Blanco fue trasladado al hospital Francisco Franco donde falleció poco después debido a la gravedad extrema de sus heridas provocadas por la explosión devastadora. El conductor del automóvil oficial, José Luis Pérez Mogena, y el escolta Juan Antonio Bueno Fernández murieron en el acto inmediato del atentado terrorista. Además, resultaron heridas otras personas civiles, incluyendo a una portera y sus dos hijas pequeñas del inmueble de Claudio Coello número 104, donde el impacto desprendió completamente los tabiques.

La Operación Ogro, como fue denominado este atentado en clave por los planificadores del comando terrorista, demostró la vulnerabilidad total del régimen franquista ante una organización armada que ejecutaba operativos de precisión militarmente impecables. El suceso reveló que los mecanismos de seguridad del Estado español no podían proteger ni siquiera al presidente del Gobierno durante sus desplazamientos rutinarios por las calles. El atentado se convirtió en el acto de mayor alcance ejecutado por ETA hasta ese momento histórico en su lucha contra la dictadura.

LAS CONSECUENCIAS POLÍTICAS INMEDIATAS

YouTube video

La sucesión de Carrero Blanco tras su asesinato supuso un giro inesperado en la política franquista que sorprendió completamente a observadores políticos nacionales e internacionales. Franco, impactado profundamente por la pérdida de su colaborador más íntimo durante tres décadas enteras de gobierno, designó como nuevo presidente a Carlos Arias Navarro. Este político pertenecía al sector más intransigente del régimen, conocido popularmente como el búnker, que favorecía el mantenimiento riguroso del inmovilismo político.

La decisión reforzó notablemente el control de la línea dura del franquismo, frustrando las esperanzas de los reformistas dentro del régimen que consideraban a Carrero Blanco obstáculo para apertura democrática. Su designación como sucesor representaba el triunfo claro de los sectores más reaccionarios en el momento de mayor debilidad institucional del régimen franquista. El nombramiento de Arias Navarro se realizó en un contexto de crisis política profunda que aceleraría inexorablemente la descomposición del aparato franquista.

EL IMPACTO EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA

El impacto del asesinato de Carrero Blanco se extendió considerablemente más allá del acto terrorista en sí mismo considerado aisladamente. Su desaparición reveló al mundo internacional que la España franquista no poseía la estabilidad que pretendía proyectar públicamente ante las potencias occidentales aliadas. Los sectores inmovilistas del régimen comprendieron que la continuidad del franquismo se encontraba irremediablemente comprometida y vulnerable ante amenazas impredecibles.

Publicidad

El atentado demostró que la dictadura no podía controlar mediante represión todas las variables políticas complejas en una sociedad en transformación acelerada. Franco envejecía visiblemente sin poder recuperarse del shock emocional causado por la muerte de su hombre de confianza más leal. Los observadores políticos advirtieron que el futuro de España se aproximaba de manera inevitable y urgente, requiriendo preparación inmediata.

LAS TEORÍAS CONSPIRATIVAS PERSISTENTES

Las teorías conspirativas sobre el asesinato surgieron casi inmediatamente después, alimentadas por detalles que no terminaban de encajar satisfactoriamente con la narrativa oficial franquista. Algunos investigadores cuestionaron metódicamente cómo el comando terrorista había permanecido completamente invisible durante meses excavando un túnel bajo una céntrica calle de Madrid. Otros especularon sobre posibles conexiones oscuras con servicios secretos extranjeros, particularmente tras la visita del secretario Henry Kissinger.

Estas hipótesis nunca fueron probadas documentalmente de manera concluyente ante la opinión pública interesada, pero generaron misterio que persiste en historiografía contemporánea española. El archivo del caso quedó sellado durante décadas enteras, alimentando especulaciones constantes sobre información privilegiada. Algunos historiadores modernos argumentan que la excavación del túnel habría requerido colaboración de personas con acceso directo a información sobre vigilancia estatal.

LA AMNISTÍA Y EL CIERRE DEFINITIVO DEL CASO

La amnistía de mil novecientos setenta y siete, concedida tras la muerte del dictador Franco y durante los primeros compases de la Transición democrática, benefició completamente a los autores del atentado. El caso quedó archivado sin esclarecimiento judicial definitivo que proporcionara respuestas completas al público español interesado en la verdad histórica. Ninguno de los dieciséis activistas procesados llegó a ser condenado judicialmente por sus acciones contra el presidente del Gobierno español.

ETA aprovechó el atentado contra Carrero Blanco para justificar públicamente sus acciones armadas mediante declaración exclusiva a la revista Der Spiegel alemana difundida internacionalmente. La organización argumentó que el almirante representaba el principal obstáculo para cualquier reforma democratizadora del régimen español, siendo responsable de mantener la línea dura franquista. El comando consideraba que su eliminación facilitaría cambios políticos esperados, aunque la sucesión de títulos nobiliarios mostró realidades diferentes del sistema.

EL LEGADO DEL MAGNICIDIO FRANQUISTA

El legado del atentado contra Carrero Blanco en la memoria colectiva española permanece complejo, multifacético y sometido a interpretaciones diversas según perspectivas ideológicas consideradas legítimas. El asesinato aceleró simbólicamente el derrumbe del régimen aunque no fue su causa directa, demostrando claramente la capacidad de resistencia de la organización terrorista ETA. El evento representó un punto de inflexión decisivo en la historia contemporánea española, marcando la vulnerabilidad final del franquismo ante amenazas existenciales.

El magnicidio evidenció simultáneamente el inicio de la larga y compleja Transición hacia la democracia que caracterizaría las décadas siguientes en España. Aunque Carrero Blanco no fue el artífice de la democratización, su ausencia modificó el equilibrio de fuerzas en el seno del régimen franquista. La muerte de Carrero Blanco dejó un vacío de poder que ningún sucesor pudo llenar adecuadamente, acelerando la inevitable caída del régimen franquista.

Publicidad
Publicidad