Mazón dimite y lanza un mensaje directo a PP y Vox: “Es hora de elegir un nuevo presidente”

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha comparecido este lunes a las 9.00 horas desde el Palau de la Generalitat para realizar una declaración institucional en la que anunció su futuro político.

Para garantizar la estabilidad del Gobierno autonómico, el relevo deberá contar con el respaldo de Vox, socio parlamentario del PP en las Corts Valencianes, ya que los populares no disponen de mayoría absoluta. Las conversaciones entre ambas formaciones se habrían intensificado durante el fin de semana, tras la llamada mantenida ayer entre Mazón y el líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, en la que se habría abordado el escenario de una transición ordenada.

El anuncio llega en un momento de máxima tensión política y personal para el dirigente popular. Su comparecencia coincide con la declaración judicial de la periodista Maribel Vilaplana ante un juzgado de Catarroja. Vilaplana, que mantiene una relación de amistad con Mazón, será interrogada por su presencia junto al president durante una cena en el restaurante El Ventorro, en las primeras horas de la DANA que anegó buena parte de la provincia, mientras se gestionaba la emergencia.

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El pasado miércoles, en el funeral de Estado por las víctimas del temporal celebrado en el primer aniversario de la tragedia, los familiares de los 229 fallecidos expresaron su indignación con Mazón, al que increparon e insultaron por la presunta mala gestión de la catástrofe.

La dimisión del president supone un golpe político para el PP valenciano y obligará a la dirección nacional a buscar una salida rápida que garantice la continuidad del Ejecutivo autonómico y la estabilidad del pacto con Vox.

Lo hace como presidente de la Generalitat, justo un año después de la dana, y cuando la presión social, política y judicial sobre sus hombros era ya insoportable. Si el 28 de octubre de 2024 el debate público giraba en torno a la posibilidad del regreso de la Copa América a Valencia, mientras tras las paredes del Palau de la Generalitat se relamían con encuestas que rozaban para el PP la mayoría absoluta, el agua arrastró con todo un día después. El 29 de octubre de 2024, una dana se llevó por delante la vida de 229 personas en Valencia e hizo saltar la legislatura por los aires.

Mazón ha estado desde entonces en el punto de mira, cuestionado dentro y fuera de su partido desde que se supo que aquel fatídico día estuvo comiendo con una periodista durante casi cuatro horas. La etiqueta del Ventorro ya no se la quitaría nunca de encima. Un año después, al episodio del restaurante se le agregó el del parking al que acompañó a Maribel Vilaplana. El funeral por las víctimas de la dana en el primer aniversario de la tragedia evidenció como nunca -con Alberto Núñez Feijóo de testigo privilegiado- que es él quien acapara sobre todo la ira de los familiares. Así que a la presión social de la calle se sumó esta semana la de Génova.

En el partido reconocían que el funeral fue un punto de no retorno, un antes y un después que dejaba a Mazón en una posición «insostenible». A él pero también a un PP valenciano que aspira a seguir gobernando. La pregunta es: ¿Cómo ha podido seguir al frente de la Generalitat alguien a quien el líder de su partido retrató como «noqueado»? Vox ha sido quien ha alimentado durante todo este tiempo lo que no era sino un espejismo.

Mazón ha sobrevivido con respiración asistida gracias al partido de Santiago Abascal, sin cuyo acuerdo Feijóo se ha visto atado de pies y manos para resolver el problema valenciano. Vox dio aire a Mazón permitiéndole aprobar los presupuestos de la Generalitat de 2025, las llamadas cuentas de la reconstrucción. Le ha sostenido en todo es tiempo, en una estrategia que ha permitido además a Abascal hurgar en la herida del PP y visibilizar la debilidad de Feijóo. El enfrentamiento público con el PP del que ha hecho gala Vox en toda España no ha sido tal en la Comunidad Valenciana, donde la relación con Mazón ha fluido como nunca.

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Esto impidió al PP ejecutar una pronta salida de Mazón. El PP valenciano no tiene mayoría absoluta en las Cortes Valencianas y cualquier relevo de transición hubiera necesitado el aval de Vox. La mejor situada en el parlamento autonómico para suceder a Mazón, la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, no es precisamente del agrado del partido de Abascal, de ahí que emergiese como alternativa el portavoz del PP en las Cortes, Juanfran Pérez Llorca, artífice de los pactos con Vox. En todo caso, el botón del adelanto electoral sólo lo puede apretar Mazón. Y hasta ahora se había resistido a hacerlo.

En su entorno aseguran que en todos estos meses Feijóo nunca le llamó para pedirle que dimitiera. Es más, en el Palau de la Generalitat se vio como una oportunidad el ascenso de Miguel Tellado y Ester Muñoz. Si ambos se habían distinguido por su defensa cerrada de Mazón, ha sido esta última la que por primera vez le ha mostrado la puerta de salida esta semana, dejando públicamente en sus manos la dimisión.

Aislado en su partido y a punto de iniciarse un nuevo ciclo electoral, Mazón no ha tenido más remedio que dar ahora un paso al lado. A la presión política y social se ha sumado el cerco judicial. La decisión de la Audiencia de Valencia de ordenar la citación de Vilaplana como testigo -comparece este lunes- dio carta blanca a la jueza de Catarroja, Nuria Ruiz Tobarra, para poner el foco en el Ventorro. Si primero pidió el listado de llamadas telefónicas de Mazón aquella tarde, a continuación reclamó a la periodista el ticket del parking al que la acompañó Mazón.

Sobre el papel, el objetivo de la jueza es saber hasta qué hora estuvieron juntos para conocer qué conversaciones entre Mazón y Salomé Pradas -la ex consejera autonómica imputada- pudo escuchar la periodista. En la práctica, el requerimiento a Vilaplana para que facilite el ticket reabre el incómodo debate sobre el paradero del presidente en la tarde del 29 de octubre, es decir, en las horas críticas de la dana.

Mazón nunca dio las explicaciones completas sobre su paradero durante la tarde de la DANA, y eso lo ha echado en su saco de los errores de aquel día. Mazón ha dicho que no supo explicar claramente lo que hizo y que no canceló su agenda. También ha admitido que debió ir a Utiel al mediodía cuando ya se conocía que la zona estaba inundada.

No obstante, el ya expresidente ha recordado los errores de la AEMET y la CHJ al no advertir los primeros de que la DANA no iba hacia Cuenca a las 6 de la tarde como le dijeron y de la CHJ al no avisar del desbordamiento mortal del Barranco del Poyo.

Ahora se abre la incógnita sobre su sucesor y a quien investirán las cortes valencianas como presidente de la Generalitat.

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