El libro del emérito y las encuestas ‘republicanas’ comprometen a Felipe VI

El regreso mediático del rey emérito Juan Carlos de Borbón, impulsado por la publicación de su libro de memorias ‘Reconciliación’, ha reabierto un debate incómodo en la Casa Real y en el Gobierno.

La obra literaria, que llega a las librerías francesas el 5 de noviembre y a las españolas el 3 de diciembre editado por Planeta, pretende ser una justificación personal en un momento muy delicado para la monarquía.

Cabe recordar que, según varias encuestas publicadas por medios tan monárquicos como El Confidencial, la república sería la forma de Estado preferida para la ciudadanía por encima de la monarquía. Los sondeos sitúan el apoyo a la institución en una situación complicada, especialmente entre los jóvenes.

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En este contexto de desgaste, las confesiones del emérito sobre Franco y su fortuna extranjera suponen un nuevo golpe para la imagen de Felipe de Borbón.

ELOGIOS

La prensa francesa ha adelantado fragmentos del volumen en los que Juan Carlos se deshace en elogios hacia Francisco Franco, el dictador que gobernó España durante casi cuatro décadas. En uno de los pasajes más llamativos, el antiguo jefe del Estado reconoce sin ambages: «Si pude ser Rey fue gracias a él».

El tono del libro refuerza esa admiración, lo cual tiene cierta valentía al defender a un dictador fascista con tantos muertos a sus espaldas: «Le respetaba enormemente, admiraba su inteligencia y su sentido político», escribe, antes de añadir que “nunca permití que nadie lo criticara delante de mí».

Que un exjefe del Estado elogie de ese modo a un dictador podría generar indignación en amplios sectores políticos y sociales. Las declaraciones contrastan con el esfuerzo del propio Felipe por proyectar una imagen institucional moderna, europeísta y constitucional.

Pese a la intentona, el actual jefe del Estado mantiene la inviolabilidad de su progenitor y ha heredado el cómplice silencio mediático en torno a su figura.

SIN RENDICIÓN DE CUENTAS

El emérito afirma que cometió «errores» a lo largo de su vida, entre ellos haber aceptado el «regalo» de «100 millones de dólares del Rey de Arabia Saudí», pero presenta el episodio como un desliz personal y no como un acto de corrupción. «Fue un donativo generoso del difunto rey Abdalá, un hermano… un acto de generosidad de una monarquía hacia otra», sostiene.

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En otro pasaje, insiste: «100 millones de dólares es una suma considerable. Un regalo que no supe rechazar. Un grave error», Sin embargo, evita cualquier reflexión sobre las consecuencias políticas y judiciales del escándalo, que también contribuyó a su abdicación y posterior exilio.

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Padre e hijo son protagonistas de este libro que en diciembre verá la luz en España. Foto: EP.

El texto también aborda con tono victimista su relación con Corinna Larsen, a la que define como un «error que lamento profundamente», y a quien atribuye haber «erosionado la armonía y la estabilidad» de su vida personal y familiar.

Juan Carlos explica que decidió escribir sus memorias porque «los reyes no se confiesan, pero me roban mi historia. Las más de 500 páginas han sido transcritas por la escritora francesa Laurence Debray y, según su entorno, buscan reconciliarle su pasado.

La entrevista que concedió a Le Figaro para promocionar el libro, realizada en Abu Dabi por el periodista Charles Jaigu, ha sido cuestionada por contener inexactitudes y falsedades. Varias de las declaraciones atribuidas al emérito son falsas. No es cierto, como sostiene Juan Carlos, que «ha sido absuelto en todos los casos». Porque no ha sido declarado absuelto porque nunca ha sido juzgado por delito alguno.

23F E HIJO

Otro de los pasajes más polémicos del libro es su reinterpretación del intento de golpe de Estado del 23-F. El emérito sostiene que «no hubo un golpe, sino tres: el de Tejero, el de Armada y el de los políticos cercanos al franquismo». No obstante, ningún historiador ni sentencia judicial ha respaldado esa tesis. El libro dedica varios fragmentos a su hijo y sucesor. Juan Carlos admite que «mi hijo me dio la espalda por deber» y que «entendía que, como Rey, mantuviera una postura pública firme, pero me dolía que se mostrara tan insensible».

También hace referencia a la reina Letizia: «Existe una mala relación personal. No ayudó a la cohesión de las relaciones familiares». Estas frases se publican justo cuando la reina Letizia ha reorganizado su equipo de comunicación en la Zarzuela.

Desde el 1 de septiembre, la periodista Marta Carazo ocupa la Secretaría de la Reina, mientras Rosa Lerchundi ha sido nombrada directora de Comunicación de la Casa del Rey. El movimiento, interpretado como una estrategia de control de imagen, se produce en un momento de creciente presión mediática y pérdida de popularidad institucional.

El lanzamiento de ‘Reconciliación’ coincide con un momento especialmente delicado para la monarquía. Los últimos años han estado marcados por tensiones internas, filtraciones y escándalos que han deteriorado la confianza ciudadana.

Los intentos de Felipe VI por marcar distancia con su padre, que no se han traducido en cambios legislativos en la normativa por la que se rige la monarquía, no han sido suficientes para revertir la tendencia. Los episodios del pasado, sumados a la falta de transparencia actual, mantienen viva la sensación de impunidad y desconexión con la sociedad.

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