Cirujano vascular alerta: «Esos calambres que ignoras podrían ser un aviso silencioso de infarto, y la solución es ahora»

Esta condición aumenta de forma drástica el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un ictus, según advierten los cirujanos vasculares. La detección temprana y los cambios en el estilo de vida son cruciales para controlar el problema y evitar consecuencias graves.

Los calambres nocturnos que te despiertan con un dolor agudo podrían ser mucho más que una simple molestia muscular. Solemos achacarlos al cansancio o a una mala postura, pero un prestigioso cirujano vascular lanza una advertencia que lo cambia todo, y es que esos espasmos que ignoras son a menudo el primer aviso de un problema arterial grave. ¿Y si esa punzada en la pantorrilla fuera en realidad una llamada de auxilio de tu sistema circulatorio que no deberías seguir ignorando?

Esa sensación tan familiar, casi normalizada, esconde una realidad que pocos conocen y que este especialista ha decidido sacar a la luz. La conexión entre esos calambres y el riesgo de sufrir un infarto es real, tal y como advierte el cirujano, ya que la falta de flujo sanguíneo adecuado en las piernas es un reflejo de lo que podría estar ocurriendo en tus arterias coronarias. La buena noticia es que, según él, «la solución es ahora», y empieza por dejar de subestimar estas señales.

¿UN SIMPLE DOLOR O ALGO MÁS? LA SEÑAL QUE PASAMOS POR ALTO

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Casi todos hemos sentido esa contracción involuntaria alguna vez, sobre todo después de un día de mucho ajetreo o de hacer deporte. Sin embargo, cuando estos episodios se repiten sin causa aparente, especialmente por la noche o al caminar, la historia cambia, porque la persistencia de este dolor muscular puede indicar que tus arterias están teniendo dificultades para transportar oxígeno. Es justo el matiz que el cirujano vascular quiere que entendamos para actuar a tiempo.

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No darle más vueltas a estas molestias es una costumbre peligrosa. La advertencia del especialista es clara: esos calambres que aparecen con regularidad no son fatiga, sino un posible síntoma de enfermedad arterial periférica, ya que la obstrucción progresiva de las arterias en las extremidades inferiores provoca un dolor agudo por la falta de riego. Una realidad que, como él mismo afirma, podría ser un aviso silencioso de un futuro infarto si no se atiende.

EL ENEMIGO SILENCIOSO: CUANDO TUS ARTERIAS PIDEN AUXILIO

Detrás de esos calambres aparentemente inofensivos se esconde a menudo la Enfermedad Arterial Periférica (EAP). Te contamos qué es y por qué debería preocuparte. Fuente: Freepik
Detrás de esos calambres aparentemente inofensivos se esconde a menudo la Enfermedad Arterial Periférica (EAP). Te contamos qué es y por qué debería preocuparte. Fuente: Freepik

Imagina tus arterias como las tuberías de una casa que, con el tiempo, acumulan placa y se estrechan poco a poco. Eso es, a grandes rasgos, la EAP. Este proceso, conocido como aterosclerosis, no solo ocurre en las piernas, sino en todo el cuerpo, y la reducción del flujo sanguíneo provoca que los músculos no reciban el oxígeno que necesitan para funcionar correctamente. Este es el origen de esos calambres que el cirujano vascular nos pide que no ignoremos.

Cuando el músculo demanda más sangre, como al caminar, y la arteria estrechada no puede proporcionársela, aparece el dolor. Este mecanismo es el que nos alerta de un peligro mayor, tal y como insiste la advertencia médica, porque esta misma acumulación de placa que causa dolor en las piernas puede existir en las arterias que irrigan el corazón o el cerebro. Por eso, insiste en que la solución para evitar un evento fatal «es ahora».

¿POR QUÉ AHORA? EL TIEMPO CORRE EN TU CONTRA

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La enfermedad arterial periférica no es un problema estático; avanza silenciosamente si no se toman medidas para frenarla. Cada día que pasas sin prestar atención a esas señales, la placa en tus arterias puede seguir acumulándose, y el estrechamiento arterial se vuelve más severo, aumentando exponencialmente el riesgo de complicaciones graves. La advertencia del cirujano vascular resuena con fuerza: el tiempo perdido es un enemigo directo de tu salud.

Aquí es donde la conexión se vuelve aterradoramente clara. Esos calambres son la punta del iceberg de un problema sistémico. Según los expertos, como el cirujano que lanza la alerta, tener enfermedad arterial periférica multiplica por seis el riesgo de morir por un infarto o un ictus. La frase «un aviso silencioso de infarto» cobra entonces todo su sentido, subrayando por qué la inacción no es una opción viable.

ESCUCHA A TU CUERPO: OTROS SÍNTOMAS QUE ACOMPAÑAN A LOS CALAMBRES

Además de los dolorosos espasmos, tu cuerpo puede estar enviándote otras señales de que algo no va bien con tu circulación. Aprende a identificarlas antes de que sea tarde. Fuente: Freepik
Además de los dolorosos espasmos, tu cuerpo puede estar enviándote otras señales de que algo no va bien con tu circulación. Aprende a identificarlas antes de que sea tarde. Fuente: Freepik

No te centres únicamente en el dolor agudo. A menudo, los problemas circulatorios se manifiestan de formas más sutiles que acompañan a los calambres, como la sensación de pies fríos, cambios en el color de la piel de las piernas o la aparición de heridas que tardan en cicatrizar. Prestar atención a este conjunto de síntomas es fundamental para tener una imagen completa de lo que está ocurriendo en tu organismo.

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Si identificas varias de estas señales, el consejo del cirujano vascular es que no esperes más. Es el momento de levantar el teléfono y pedir cita con tu médico para salir de dudas. Como él mismo señala, actuar ante los primeros calambres y síntomas asociados es crucial, ya que un diagnóstico precoz permite implementar un tratamiento efectivo y cambiar el rumbo de la enfermedad antes de que derive en consecuencias irreparables.

DE LA SOSPECHA A LA ACCIÓN: EL CAMINO HACIA LA TRANQUILIDAD

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Si la advertencia de este cirujano vascular te ha hecho pensar, lo siguiente es buscar confirmación profesional. Afortunadamente, diagnosticar la enfermedad arterial periférica es relativamente sencillo para un especialista, ya que una prueba indolora llamada índice tobillo-brazo puede medir la presión arterial en tus extremidades y detectar cualquier anomalía circulatoria. Es un gesto simple que puede despejar todas las dudas y ponerte en el camino correcto.

Una vez confirmado el diagnóstico, no todo está perdido. De hecho, es el comienzo de la solución. El especialista insiste en que «la solución es ahora» porque muchos de los factores de riesgo se pueden controlar. La batalla contra los calambres y el riesgo cardiovascular asociado empieza con pequeños grandes cambios, pues modificar el estilo de vida, dejando de fumar, controlando la dieta y haciendo ejercicio moderado, es la herramienta más poderosa para frenar la progresión de la enfermedad.

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