La lista de objetos prohibidos que no puedes subir a un avión parece, a primera vista, una cuestión de puro sentido común que todos conocemos. Sin embargo, una revelación que nos hizo una azafata con años de experiencia cambia por completo la idea que teníamos sobre el equipaje de mano y esos artículos que creemos inofensivos. ¿Estás seguro de que tu maleta está libre de riesgos? Quizá lo que lleves dentro te sorprenda.
Lo que esta tripulante de cabina nos cuenta va mucho más allá de los líquidos o las navajas suizas que todos tenemos en mente. Según su experiencia, no son los que imaginas; ella nos confiesa que hay cinco elementos concretos que son causa de denegación de embarque inmediata y sin discusión posible por su potencial peligro oculto. Presta atención, porque conocer este dato clave para viajeros podría salvar tus próximas vacaciones de un disgusto mayúsculo en el control de seguridad.
MÁS ALLÁ DE LOS LÍQUIDOS: EL PELIGRO INVISIBLE
Puede que ese bote de laca o desodorante en espray te parezca un artículo de higiene personal sin importancia, pero la realidad es muy diferente. La azafata nos confirma que, aunque cumplan la norma de los 100 ml, muchos de estos productos de uso diario son extremadamente inflamables y están vetados en la cabina por el riesgo de explosión ante cambios de presión. Un pequeño descuido con estos artículos puede generar un problema muy serio.
Algo parecido ocurre con ciertos materiales que pueden parecer inofensivos pero que esconden un riesgo latente. Hablamos de las cerillas que se encienden al rascar en cualquier superficie o de los mecheros tipo soplete, prohibidos de forma tajante. Según nos revela la tripulante, la normativa es clara y cualquier objeto con capacidad de ignición espontánea será requisado sin excepción, ya que un fuego a bordo es una de las peores emergencias imaginables en pleno vuelo.
¿UN SIMPLE RECUERDO? PIÉNSALO DOS VECES
Te sorprendería la cantidad de viajeros que intentan pasar réplicas de armas, aunque sean de juguete o meramente decorativas, compradas en un mercadillo local. La azafata nos insiste en que la política de seguridad es de tolerancia cero, pues el personal de seguridad no puede ni debe pararse a verificar la autenticidad del objeto y actuará siempre bajo el principio de máxima prudencia. Ese recuerdo puede quedarse en tierra.
Pero el problema no se limita a las armas de imitación; se extiende a otros recuerdos de tus vacaciones que pueden ser problemáticos. ¿Has pensado en esa estrella de mar o esa caracola? Muchas están protegidas, y además, algunos objetos pesados y contundentes, como figuras de piedra o pisapapeles de gran tamaño, pueden ser interpretados como un arma contundente por el personal del escáner, dejándote sin tu preciado souvenir y con un mal rato garantizado.
LA TECNOLOGÍA QUE TE DEJA EN TIERRA
El auge de las baterías externas o power banks ha traído consigo un nuevo dolor de cabeza en los controles de seguridad. La revelación de la azafata es tajante: las baterías de litio de repuesto o de gran capacidad deben ir siempre en cabina. Por ello, nunca se debe facturar un dispositivo con una batería de litio potente debido al elevado riesgo de incendio que supone en la bodega presurizada del avión.
Más allá de las baterías, existen otros aparatos electrónicos que te impedirán volar. Dispositivos de defensa personal como los tasers, aunque estén camuflados bajo la apariencia de un teléfono móvil o una linterna, son elementos vetados de forma fulminante. La tripulante nos recuerda que, según la normativa, cualquier aparato diseñado para aturdir o inmovilizar a una persona es ilegal a bordo, sin importar su forma o tamaño, y su hallazgo puede acarrear consecuencias legales.
HERRAMIENTAS DE TRABAJO, ¿ARMA POTENCIAL?
Un simple destornillador, unos alicates o incluso un sacacorchos con una pequeña navaja pueden parecer inofensivos, pero son confiscados a diario. La experiencia de esta azafata le ha enseñado que la norma es muy estricta, ya que cualquier herramienta con una punta afilada o una hoja de más de seis centímetros será retirada por ser considerada un arma blanca potencial. No importa si la necesitas para un trabajo urgente al aterrizar.
Y si hablamos de herramientas más grandes, la situación es todavía más clara, aunque no lo creas, hay quien lo intenta. Taladros portátiles, sierras de mano o cúteres profesionales son parte del equipaje restringido que algunas personas intentan llevar consigo en la cabina. La lógica es aplastante y la tripulación no atenderá a razones sobre la necesidad de llevarlas encima, ya que su lugar, si es que están permitidas, es única y exclusivamente en la maleta facturada.
EL ERROR TONTO QUE TE CUESTA EL VIAJE
El caso más frecuente, según nos confiesa, es el del viajero que utiliza para su escapada una mochila que usó previamente para ir de acampada o para una barbacoa. El resultado es que, en el fondo de un bolsillo, aparece una navaja multiusos olvidada. Su consejo es clave, ya que la responsabilidad final de revisar el equipaje recae exclusivamente en el pasajero, y un olvido así te hará perder un objeto de valor y, posiblemente, mucho tiempo.
Al final, enfrentarse a la retirada de uno de estos elementos vetados no solo supone la pérdida del objeto, sino también un momento de tensión y vergüenza que puede amargar el inicio de tu aventura. La decisión del personal de seguridad es firme, porque un objeto considerado peligroso no es negociable y su confiscación es definitiva para garantizar la seguridad de todos los que van a bordo. Planificar con antelación es la única receta para evitarlo.
