Abren tu Mercedes en 30 segundos con un walkie-talkie de 20€»: el método del ‘amplificador de señal’ que usan los ladrones y que la Policía admite no poder parar

La Policía Nacional insiste en que las medidas de seguridad físicas siguen siendo el mejor disuasivo contra los ladrones. Un buen candado visual puede ser más efectivo que la encriptación más compleja para proteger un Mercedes de última generación.

Que te roben el coche es una pesadilla, pero que se lleven tu flamante Mercedes nuevo sin romper un solo cristal es algo que desafía toda lógica. Imagina la escena: bajas al garaje por la mañana, con el café todavía en la mano, y el hueco donde lo aparcaste está vacío, porque los ladrones se han llevado tu coche sin dejar ni una sola huella, como si se hubiera evaporado. Esta situación, más común de lo que parece, está generando una verdadera alarma social entre los propietarios de vehículos de alta gama.

Esta oleada de robos silenciosos está sembrando el pánico entre los conductores. El método es tan limpio que la mayoría de las víctimas piensan que la grúa se ha llevado su coche por error, cuando en realidad una simple vulnerabilidad en los sistemas de apertura sin llave está permitiendo estos delitos. Esta sofisticada técnica deja a los dueños con una sensación de impotencia absoluta y a la policía con muy pocas pistas que seguir, convirtiendo la investigación de cada sustracción en un auténtico rompecabezas.

¿UN GADGET DE ALIEXPRESS PARA LLEVARSE UN COCHE DE LUJO?

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Parece un argumento de una película de espías, pero es la cruda realidad que viven a diario decenas de conductores. Su arma es mucho más sutil que una palanca, ya que utilizan un dispositivo conocido como amplificador de señal para replicar la frecuencia de la llave del coche y acceder sin problemas a tu flamante Mercedes. Este aparato, que puede comprarse por internet por una cantidad irrisoria, es la llave maestra del crimen organizado del siglo XXI.

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El funcionamiento es diabólicamente sencillo y requiere de dos personas coordinadas. Mientras uno de los ladrones te sigue a una distancia prudencial con un maletín que capta la señal de tu mando, su cómplice junto al vehículo recibe esa señal amplificada para abrir la puerta sin forzar nada. En cuestión de segundos, los delincuentes están dentro, arrancan el motor con solo pulsar un botón y desaparecen con tu coche sin que nadie se percate de que se está cometiendo un robo.

EL SILENCIO DEL DELITO PERFECTO: POR QUÉ NADIE SE ENTERA DE NADA

Lo más frustrante de esta técnica es su sigilo. El robo se produce sin que suene ninguna alarma, y por eso las cámaras de seguridad a menudo solo registran a una persona subiendo a un coche de forma completamente normal, lo que complica enormemente la identificación de los culpables. Esta limpieza en la ejecución convierte el delito en un suceso casi invisible, un fantasma que se lleva lo que más quieres sin que puedas hacer nada para evitarlo.

Esta falta de pruebas físicas es un verdadero quebradero de cabeza para las compañías de seguros. Al no haber signos de fuerza, el propietario de un Mercedes se enfrenta a una doble victimización, ya que primero sufre la pérdida de su bien y luego debe luchar para demostrar que ha sido víctima de un delito tecnológico. Este calvario burocrático añade una capa de estrés y frustración a una situación ya de por sí dramática para cualquier afectado por estos hechos delictivos.

¿ESTÁ MI COCHE EN EL PUNTO DE MIRA DE LOS LADRONES?

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Aunque este artículo se centra en la vulnerabilidad detectada en algunos modelos de Mercedes, la realidad es que el problema es mucho más amplio. Cualquier vehículo equipado con un sistema de apertura y arranque sin llave es un objetivo potencial, pero la popularidad y el valor de reventa de los vehículos de la marca de la estrella los convierten en un objetivo prioritario. Las bandas organizadas saben qué coches buscar y dónde encontrarlos, creando mapas de riesgo en las grandes ciudades.

La pregunta que muchos se hacen es inevitable: ¿está mi coche a salvo? Los fabricantes trabajan constantemente para mejorar la seguridad de sus sistemas, pero los expertos en seguridad advierten que mientras el sistema dependa de una señal de radiofrecuencia, siempre existirá un riesgo. Los delincuentes siempre parecen ir un paso por delante, encontrando nuevas fisuras en la tecnología que las marcas tardan meses o incluso años en parchear por completo en todos sus modelos.

LA POLICÍA ACONSEJA VOLVER A LOS TRUCOS DE LOS 90

Ante la sofisticación de estos robos, las recomendaciones de las fuerzas de seguridad parecen sacadas de otra época. La tecnología nos ha hecho la vida más cómoda, pero también nos ha vuelto más vulnerables, y por eso la Policía Nacional insiste en que las medidas de seguridad físicas siguen siendo el mejor disuasivo contra los ladrones. Un buen candado visual puede ser más efectivo que la encriptación más compleja para proteger un Mercedes de última generación.

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Aquí la imaginación es el límite, pero los consejos más prácticos son sorprendentemente analógicos. Recomiendan guardar las llaves de tu Mercedes en casa dentro de una caja metálica que actúe como jaula de Faraday, porque un bloqueo físico visible como una barra en el volante puede hacer que el ladrón desista por el tiempo que le llevaría quitarlo. Estos métodos, aunque puedan parecer anticuados, son un obstáculo real que los delincuentes prefieren no tener que superar.

EL FUTURO DE LA SEGURIDAD: UNA GUERRA TECNOLÓGICA SIN FIN

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Esta batalla entre fabricantes y ladrones es una espiral que parece no tener fin. Cada nueva capa de seguridad desarrollada por las marcas es analizada minuciosamente por los delincuentes, y por ello algunas marcas premium están introduciendo llaves con tecnología de banda ultraancha (UWB) que calculan la distancia con precisión. El caso del robo de coches como el Mercedes es solo la punta del iceberg de un problema global que afecta a toda la industria.

Este avance podría ser un punto de inflexión en la protección de tu vehículo. Mientras esa tecnología no se estandarice, la incertidumbre seguirá planeando sobre cada propietario, ya que la comodidad de no tener que sacar la llave del bolsillo ha traído consigo una nueva e invisible forma de vulnerabilidad. El simple hecho de aparcar un Mercedes en la calle se ha convertido en un acto de fe, obligándonos a estar siempre alerta ante una amenaza silenciosa e invisible.

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