El PP arremete contra Sánchez por la trama de poder

La crítica de Tellado se fundamenta en las declaraciones de Sánchez, quien, según el líder popular, se ha arrogado la potestad de declarar la inocencia del fiscal general.

La escena política nacional se ha visto convulsionada una vez más por las duras acusaciones lanzadas por la cúpula del Partido Popular (PP) contra el Gobierno de Pedro Sánchez, con un foco central en la presunta interferencia en el Poder Judicial y el evidente estancamiento legislativo que, según la oposición, tiene a España sumida en un «desgobierno». El secretario general del PP, Miguel Tellado, desde los micrófonos de Radio Nacional de España (RNE), exigió al Ejecutivo que se abstenga de «interferir» en el desarrollo del juicio que afronta el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, elevando el tono de la confrontación al calificar las acciones del presidente como un «claro ejercicio de injerencia en el Poder Judicial».

La crítica de Tellado se fundamenta en las declaraciones de Sánchez, quien, según el líder popular, se ha arrogado la potestad de declarar la inocencia del fiscal general. Para el secretario general del PP, este gesto no es solo una intromisión, sino un intento de «decir a los jueces del Tribunal Supremo lo que tienen que sentenciar», una actitud que calificó sin paliativos de «claramente antidemocrática». Esta posición, según el PP, mancilla la independencia judicial, un pilar fundamental del Estado de Derecho.

El foco de la controversia, el fiscal general García Ortiz, fue objeto de un señalamiento directo por parte de Tellado, quien advirtió sobre la «imagen lamentable» que proyecta un cargo de esa relevancia «en el banquillo de los acusados». El líder popular recordó la paradoja: «Quien debe perseguir el delito está siendo juzgado por presuntamente haberlo cometido», una situación que, a su juicio, resulta «irrazonable en ninguna democracia moderna» y que solo es concebible en el actual panorama que denominó el «sanchismo». Tellado fue más allá al denunciar una supuesta «clara labor de obstrucción a la Justicia» a raíz del borrado de pruebas atribuido a García Ortiz, reiterando una postura ya conocida del PP: un fiscal general «que está siendo investigado y procesado, hace mucho que tendría que haber dimitido».

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 12 de noviembre de 2025, en Madrid (Fuente: Agencias).

LA “ESTRATEGIA DEL ATRICHERAMIENTO Y LA PARÁLISIS PARLAMENTARIA»

En su análisis de la gestión gubernamental, Tellado desestimó la labor del presidente Sánchez, asegurando que su «única estrategia» se reduce a «atrincherarse en el poder para defenderse de las causas judiciales que le acosan». Según la visión del PP, esta táctica se evidencia en el uso del Pleno del Congreso de los Diputados no para ofrecer explicaciones sobre la «trama de corrupción que afecta a su partido», sino para emprender ataques contra los gobiernos del Partido Popular. Las críticas de la oposición recuerdan que el PSOE «ya tiene a un ex número dos sentado en el banquillo del Supremo y a otro en prisión» por casos de corrupción, mientras se evade la rendición de cuentas.

La preocupación por la estabilidad del país se intensificó al lamentar que España tiene «un Gobierno que no gobierna, quebrado y que quiere huir de la realidad», una situación provocada por la falta de una mayoría parlamentaria sólida, algo que, según Tellado, fue corroborado por la reciente posición del partido Junts. El PP acusó a Sánchez de querer gobernar «de espaldas al Congreso», lo que resulta en un país «que se para y sufre las consecuencias del desgobierno». Como prueba fehaciente de esta parálisis, el secretario general del PP citó que el país sigue inmerso en «la prórroga de la prórroga de los presupuestos de 2023», lo que impide una gestión económica y social actualizada.

Además, el PP criticó duramente el funcionamiento de la Mesa del Congreso, acusándola de actuar como un «congelador de Armengol» al bloquear las iniciativas legislativas presentadas por el Partido Popular. La justificación de esta táctica, según Tellado, es que Sánchez «no tiene mayoría para legislar», pero aun así, su Ejecutivo «paralizan las leyes que otras mayorías impulsan», lo que evidencia un «Gobierno finiquitado». Ante este escenario, el PP insistió en la necesidad de «dar la voz a los ciudadanos», sentenciando que «cuanto antes lo asuma Sánchez, mejor» para el conjunto del país.

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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante un pleno en la Asamblea de Madrid, a 13 de noviembre de 2025, en Madrid (Fuente: Agencias).

RIESGO AUTORITARIO

En un intento por dibujar un contraste con la gestión del Gobierno central, Tellado reivindicó la necesidad de ofrecer estabilidad a la Comunidad Valenciana, una autonomía que sí cuenta con presupuestos actualizados y un Gobierno autonómico «centrado en la reconstrucción» de su provincia, en contraposición con un Ejecutivo central que «ha abandonado» a dicha comunidad autónoma. Asimismo, el PP recordó su firmeza en asuntos como la política agraria, defendiendo su propuesta electoral de «acabar con la rigidez del Pacto Verde», argumentando que esta normativa «no puede asfixiar al campo español ni eliminar la competitividad de las empresas españolas». Finalmente, el secretario general del PP subrayó la «firmeza» de los «principios y valores» de su partido, contrastándolos con un PSOE y un Pedro Sánchez que, según él, siempre «traiciona sus posiciones políticas», y reiteró la línea roja de que la formación de Feijóo «nunca pactaría con un partido como Bildu«.

A la voz de Tellado se sumó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien elevó el tono de la crítica con una metáfora contundente desde el Pleno de la Asamblea. Díaz Ayuso describió al presidente Sánchez como el «inquiokupa con todas las de la ley», explicando la analogía al señalar que el líder socialista ha llegado a La Moncloa, pero «no tiene Congreso, no tiene Senado, no tiene presupuestos. Por tanto, no tiene contrato, no tiene palabra, ha dejado de pagar y decide que se queda igualmente».

La presidenta madrileña fue tajante al advertir que los miembros del Gobierno «se han vuelto auténticamente autócratas», una deriva que se manifiesta en la «persecución a las empresas» y el abandono de los problemas reales de los ciudadanos, como la inseguridad o la crisis del campo. Díaz Ayuso sugirió que este autoritarismo los lleva a «llamar a las barricadas» en lugar de gobernar. La gravedad de la situación, según su perspectiva, es tal que el país se encuentra «camino de lo peor», comparando la situación con la de Venezuela, una realidad que se siente cercana para el autónomo o el funcionario independiente que son considerados «persona molesta para el gobierno». Para la presidenta, «cuando te toca de cerca sí que se está en Venezuela; cuando se mira para otro lado se está en la antesala de Venezuela y en cuanto combates de frente al proyecto autoritario de Sánchez estás en la plena Venezuela».

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En la misma sesión, Díaz Ayuso dirigió una crítica a Vox, a quienes acusó de trabajar «siempre para Sánchez de manera incansable e incomprensible», ya que al «dividir las culpas» «eximen al Gobierno, a Sánchez y al Partido Socialista de lo que ocurre en este país». Finalmente, la presidenta cargó contra el Grupo Socialista en la Asamblea, tildándolos de «lo más autoritario que ha tenido España en democracia» por su tendencia a «insultar, nunca proponer; buscar culpables, nunca ayudar; abandonar a España mientras levanta muros«. Su respuesta a la oposición concluyó con una tajante afirmación de que «los madrileños no aprueban su locura».

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