Los dependientes muertos por la DANA: «Estoy asustada me entra agua en casa»

La DANA se llevó la vida de 37 personas por delante que no recibieron ayuda a tiempo

El servicio de Dependencia de la Generalitat de Valencia ha hecho llegar al juzgado las grabaciones de dos casos de mujeres dependientes que fallecieron en sus casas cuando el agua desbordada de la DANA del pasado 29 de octubre las alcanzó sin que nadie pudiera asistirlas o evacuarlas. La impotencia, el nerviosismo y la tristeza se desprende de cada una de las frases tanto de los operadores de teleasistencia, que tuvieron que ver aquel día como fallecían las personas mayores que atendían sin poder hacer nada, como de los familiares que intentaban llegar hasta ellos y no les dejaron pasar porque el agua ya inundaba la zona.

La primera llamada del 29 de octubre es la enviada a Lorenza G.U., residente en Picanya. La transcripciones de estos testimonios, que fueron depositadas en el juzgado 3 de instrucción de Catarroja que investiga las 229 muertes de aquel trágico día, son estremecedoras.

– Hola, Buenos días, soy del servicio de Teleasistencia, del botoncito rojo de Lorenza,
preguntamos como va todo con ella. Hola, Lorenza, buenos días, soy del servicio de
teleasistencia, ¿me oye?

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Pero esa conversación se cortó sin respuesta y es Lorenza quien devuelve la llamada.

– Hola, buenos días, Lorenza, soy Azahara, del servicio provincial de teleasistencia, la
conversación puede ser grabada, dígame.

– Hola, que me habéis llamado y se ha cortado.

– Vale, un segundito y lo miro, ¿vale?

– Vale.

– ¿Usted qué tal, cómo se encuentra?

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– Pues bien.

– ¿Ha desayunado ya?

– No, estoy en la cama todavía, hasta que no venga Vicky no me levanto.

– Ah, muy bien.

– Es que me habéis llamado y me ha sabido mal porque se ha cortado, ¿Hola?

– Sí, sí, te oigo, no te preocupes, estoy mirando a ver por qué te hemos llamado.

– Ah, vale, es que no oía nada.

– No se retire, ¿vale, Lorenza? En seguida le digo.

Bomberos de Torremolinos trabajando en la DANA. EP
Bomberos de Torremolinos trabajando en la DANA. EP

– Vale, no me retiro.

– Lorenza, ¿me oye?

– Ahora te oigo.

– Nada, esta todo bien, le llamábamos para ver cómo se encontraba, simplemente, ¿todo
bien?

– Es que como se había cortado me ha sabido mal y os he llamado yo.

– Vale, no se preocupe, todo bien entonces ¿usted bien?

– Vale. Gracias por llamarme, cariño.

– A usted, Lorenza. Cuídese mucho y hablamos pronto.

«¿ESTÁ LLOVIENDO?»

– Vale, ¿está lloviendo?

– Pues sí, ahora mismo, sí.

– Vale, vale, hace un día feo, ¿no?

– Si, y el resto de semana también, tenga cuidado.

– Vale, muchas gracias, cariño.

– Hasta luego, Lorenza.

– Adiós, adiós.

Por la tarde el servicio de teleasistencia volvió a llamar a Lorenza. Las cosas ya no iban bien para la anciana.

– Lorenza, buenas tardes, soy Patricia, del servicio de teleasistencia, la conversación puede ser
grabada, dígame.

– Hola, hola, estoy muy asustada, me está entrando agua en casa.

– Está asustada Lorenza, ¿por qué?

– Porque tengo llena (la casa) de agua.

– Vale, ¿le está entrando agua, cariño?

– Por todas partes.

– Vale.

– Me puedo caer.

«SÚBASE A UN SOFÁ O A LA CAMA»

– Vale, súbase a un sofá o a la cama.

– ¿Qué?

– Súbase a un sofá o a la cama.

– Estoy en el sofá.

– No se mueva de ahí, voy a avisar a los servicios de emergencia.

– Por favor, por favor.

– Vale, vale, tranquila, cariño.

– Gracias.

Entonces la operadora llama a la Policía Local de Picanya, que le devuelve un mensaje: «Ha telefoneado a la policía local de Picanya. Esta llamada será grabada por seguridad de las personas». Pero nadie le contesta y lo intenta de nuevo en otras dos ocasiones. Luego llama a la persona de contacto que tenía Lorenza, su amiga y vecina Aurora. La operadora intenta por todos los medios que alguien rescate a Lorenza.

– Hola Aurora, mire, soy Patricia, del servicio de teleasistencia de su amiga Lorenza.

– Si, ¿dígame?

– Vale, cariño ¿usted está bien?

¿LOREN ESTÁ BIEN? ALLÍ SE HA DESBORDADO EL RÍO

– Yo si, yo estoy bien, yo estoy en un segundo piso porque me ha pillado en una planta baja y
me he quedado encerrada del agua, pero estoy bien. ¿Loren está bien? Porque, ¿allí se ha
desbordado el río?

– Se ha desbordado, cariño, se le está inundando la casa, vale, entonces el 112, Policía, están
todos saturados, ¿usted no tiene algún familiar que la pudiera recoger, verdad?

– No, no, si yo estoy ahora mismo que no puedo ni ir a mi casa, estoy tirada. Una señora me
ha abierto su casa para que pueda subir, donde yo estoy me llega el agua por encima de las
rodillas, no puedo moverme.

Los destrozos causados por la DANA EUROPA PRESS
Los destrozos causados por la DANA EUROPA PRESS

– Se lo decía porque yo sigo insistiendo, pero está el 112 y la policía saturadísima.

– Pues es una señora mayor que no se puede mover, vive en una planta baja, por Dios, ellos
son los primeros.

– Ya lo sé, cariño, ya lo sé, pero están tan saturados que no cogen ni el teléfono. Voy a seguir
intentándolo.

– Ya se que están saturados, pero es que yo estoy al lado mismo del barranco, al lado mismo,
en la pasarela de Paiporta y no me puedo mover.

– No, pues Aurora, usted póngase a salvo también, cariño ¿vale? Yo voy a intentar seguir
ayudando a Lorenza, ¿vale?

– Dele un beso muy grande de mi parte, y que no se asuste, por Dios.

– Está asustada, cariño, yo voy a intentar tranquilizarla.

– Pero es que no puedo hacer nada. No puedo pasar. Ojalá pudiera, pero no llego.

Aurora, cariño, no se preocupe, ¿vale? Yo voy a seguir intentando ayudarla. Entonces, Lorenza vive en una planta baja…

Lorenza vive en las casas de las personas mayores donde están las casas estas de día de las
personas mayores de Picanya, vive justo en el barranco, sus casas dan al barranco, están a unos 5 metros del barranco. Su casa tiene que estar completamente inundada.

– ¿Ella no tiene ningún vecino en el piso de arriba, que la pueda ayudar, o son solo casas
bajas?

– Son solo casas bajas, y la casa de los jubilados es una planta baja, no tienen donde meterse,
son todo personas mayores.

– Vale, vale, cariño. Yo, entiendo que si el barranco se ha desbordado la policía ya estará
tomando medidas, pero como no consigo hablar con ella voy a seguir intentándolo para
ayudar a Lorenza, ¿de acuerdo?

– Vale, gracias.

– De nada, Aurora, cariño.

Entonces la operadora de teleasistencia vuelve a contacta con Lorenza, interesándose por su algún vecino podría acudir que en su ayuda.

– Lorenza, ¿me escucha?

– Sí (…)

– Vale, Lorenza, cariño, está todo saturado, ¿tiene algún vecino?

– (…) Entra con mucha fuerza.

– Súbase, súbase a lo más alto posible, no en el sofá, en una mesa.

– Estoy subida en el sofá, pero está entrando.

– Intente ir del sofá a la mesa y suba a la mesa. Sigo pidiendo ayuda, ¿vale?

– Vale, por favor, rápido.

– Sí, cariño, no se preocupe, sigo pidiendo ayuda.

– Vale, ay.

Fue el último contacto con Lorenza. Luego la operadora llamó en varias ocasiones al 112, que le devolvía un mismo mensaje: «Lamentablemente, el sistema no puede procesar su solicitud de servicio en este momento. Por favor, cuelgue e intente llamar de nuevo más tarde. Gracias».

La operadora volvió a intentarlo hasta en 12 ocasiones: » Ha contactado con 112 Comunidad Valenciana, nos encontramos en un episodio de lluvias y tormentas. Si tiene una emergencia, espere. En caso contrario, deje la línea libre». Nadie rescató a Lorenza.

ANUNCIACIÓN, TAMBIÉN FALLECIDA POR LA DANA

Otras de las grabaciones aportadas estos días fue el contacto del servicio de teleasistencia respecto al caso de Anunciación P.O., de Utiel. En este caso el servicio fue alertado por un familiar de la mujer, con quien nadie lograba contactar.

– Hola, buenas tardes.

– Hola, buenas tardes.

– Soy Tere de Teleasistencia, de Atienza, un momento que busque el expediente de
la persona que tiene lo de Teleasistencia, dame un segundo.

– Sí.

– Estoy buscándolo, eh, Francisca, es Anuncia Pérez.

– Sí, es que estamos inundados. Entonces me han dicho que han ido los bomberos,
pero no podemos pasar de ninguna manera a la casa. Entonces no sé si la han
sacado, o si está en casa. Si está en casa tiene que estar muy mal. Porque está el
agua hasta arriba. Entonces miren a ver si me lo pueden solucionar por favor.

– A ver. Yo intentaré comunicar con el domicilio. No tiene luz tampoco, no
podemos contactar.

– No va a poder, no va a poder, yo era a ver si a los bomberos a ver, o al 112, a ver
si la han sacado. Es que no lo sé. Es que no lo sé.

– Vale pues ahora intento averiguar algo, ¿vale?

– Vale, vale, vale.

– Vale, te dejo. Ahora te llamaré, Francisca. ¿vale?

– Venga, vale.

– Voy a intentar comunicar con alguien.

– Venga.

EMERGENCIAS COMUNIDAD VALENCIANA

Entonces la operadora logra contactar con emergencias en el 112.

– Emergencias Comunidad Valenciana.

– Hola, llamo del servicio de Teleasistencia de la Generalitat Valenciana de la dependencia. Mira tenemos una usuaria en Utiel que se le ha inundado la casa, tiene 90 años, y no pueden… no les dejan acceder a los hijos ni pueden contactar con ella. Necesitamos saber si la policía o los bomberos la han sacado del domicilio, ¿vale?

– Pero ¿habían avisado? Dígame el nombre de la calle en Utiel, ¿en qué calle?

– No lo sé. es en la calle Avenida Ramón y Cajal.

– Ramón y Cajal ¿número?

– Número 13. 13.

– 13.

– Es una planta baja.

– Ella vive sola ¿sí?

– Sí, con 90 años. Bueno, con una perrita.

– ¿Cómo se llama?

– Se llama Anuncia (…) ¿quieres que te dé el DNI de ella por si necesitas…?

– No, el teléfono.

– Los teléfonos, como son líneas móviles, no… es un fijo, va conectado a un router y no han podido contactar con ella ni nada porque no hay luz. Entonces, ese es el problema, que necesitamos saber si la policía ve…

– Vale, vale, a ver un momento. Vale. O un teléfono de un familiar, por si tienen que contactar con alguien.

– Sí, es la hija la… ¿te doy el móvil de ella?

– Vale.

– (…), porque no hay manera de que pueda contactar la chica con la señora.

– Vale, ¿usted ha hablado con ella ahora?

– Sí, ha llamado ella porque no sabía dónde recurrir.

– La señora de 90 años, eh. Vale.

– Con la señora, no, con la hija.

– Ah, con la hija, ¿con la madre no ha llegado a hablar?

– No, no, no tenemos ningún contacto, y la hija tampoco podía, ni la dejaban acceder a donde estaba ni sabía nada.

– Lo que quiero saber es si por el botón de teleasistencia han conseguido contactar con la mujer.

– Si la policía o algo, que alguien le podamos informar si la policía o algo la han sacado del domicilio, porque está… sabe que estaba inundado.

– ¿Ustedes, a través del botón de teleasistencia han podido contactar con ella o no?

– No, no, no hay luz, no hay servicio de nada.

– Vale. Pues informamos.

– Vale, gracias.

La operadora contacta de nuevo con la hija de la fallecida inmediatamente después.

– Dígame.

– Francisca, soy Tere. He dejado el aviso, van a contactar con los servicios de allí para ver. Y he dejado tu móvil para que te informen enseguida a ti, ¿vale?

– Vale, vale, muchas gracias, muchas gracias.

– Y con lo que sea, me llamas, por favor.

– Sí, en cuanto tenga noticias te llamo, muchas gracias, vale.

– Vale.

– Vale, hasta ahora.

– Hasta ahora.

La operadora del Servicio de Teleasistencia también intentó hablar con otro contacto de Anunciación, una mujer llamada Clarisa. Pero no logra establecer contacto y vuelve a telefonear a la hija de la fallecida para saber si tiene noticias.

– Sí, dígame.

Francisca, soy Tere de Teleasistencia Generalitat Valenciana de la dependencia
¿te han llamado o algo?

– No me han llamado, nada todavía, no me han llamado, no lo sé.

– Están informados. Desde aquí hemos informado para que fuera policía, bomberos o lo que hiciera falta si no habían ido ya, ¿vale?

– Sí, sí. Vale, venga, gracias.

– Vale, hasta ahora, cariño.

– Hasta ahora.

– Ciao.

«NO ESTAMOS HACIENDO RESCATES»

La operadora de Teleasistencia llama entonces a la Policía Local de Utiel, lugar de residencia de la anciana.

– Policía local de Utiel, dígame.

– Hola, buenas tardes, os llamo del servicio de Teleasistencia de la Generalitat Valenciana de la dependencia, sois la Policía Local de Utiel, ¿verdad?

– Sí, sí, sí, dígame, dígame.

– Vale.

– Vaya al grano que tenemos muchas llamadas.

– Sí, eh… lo he dejado ya por medio del 112. Es una mujer que vive en la avenida Ramón y Cajal que tiene 90 años y tiene la casa inundada, y queríamos saber si la habéis podido sacar.

– No, no estamos haciendo rescates, aparte no tenemos contacto directo con… estamos cogiendo mensajes, los pasamos vía telefónica al punto de coordinación y no sabemos nada más.

– Vale, gracias.

– Vale, venga, hasta luego.

La operadora de Teleasistencia vuelve a llamar a la hija de Anunciación.

– Dígame

– Hola, Francisca, soy Tere de Teleasistencia, avanzada de la Generalitat Valenciana de la dependencia, te recuerdo que la conversación puede ser grabada, ¿no te han llamado ni nada?

– He vuelto a llamar yo al 112, porque no sabía nada, y dice que me llaman.

– Yo he contactado con la policía local de ahí y estaban … y lo tenían la patrulla y eso. O sea que gestionado estaba. Porque el 112 está super saturado con estas cosas. Entonces he decidido hablar directamente con la policía local y me ha dicho que… que eso, que ellos no tenían allí nada pero todo lo que les había llegado estaba trasladado a las patrullas y estaban en ello.

– Claro, pero…

– Lo que pasa que no perdían el tiempo en… ¿y qué te han dicho en el 112?

– Nada, que me iban a llamar y todavía no me han llamado. Pero he hablado con una vecina de enfrente y dice que estaba entrando el agua por las ventanas, que no podían pasar la calle. Para pasar. O sea que mi madre está dentro. Entonces con 90 años y si tiene la casa medio llena de agua, no se cómo estará ya. Por eso me urgía.

– Claro, pero en cuanto lo hemos dicho, ellos intentarán por todos los medios acceder a los más vulnerables. Es lo lógico. A ver Francisca

– No lo sé, no lo sé porque esto está muy mal, y yo me temo lo peor. Me temo lo peor.

– Toquemos madera, no…eh… lo malo.

– Ya, pero si ella no se puede mover, y estaba entrando el agua.

– Ya, lo sé, lo sé. yo lo he avisado, ellos… Les he dado todos los datos para que lo tuvieran y lo tienen que saber, la policía y los que estén ahí donde están las personas que necesitan más ayuda, que son a las primeras que van, se supone. Vamos, no me asustes.

– No, si yo no te asusto, pero yo estoy… estoy “escuajá”, porque no lo sé.

– Ya, ya. A ver… me pongo en tu sitio.

– Yo no puedo pasar, no me dejan.

– No, claro, ahí no vas a poder hacer nada. Si ellos no pueden… Los únicos que pueden acceder es… que les dejen el espacio a ellos para que ellos si que puedan acceder porque cualquier persona normal no va a poder ¿vale? Entonces…

– Está toda la entrada del pueblo que es donde estoy yo trabajando ahora, resulta que está la guardia civil, la policía…

– Los bomberos, todo, claro.

– Y está cortado el pueblo, no podemos.

– Pero es lo que toca, es lo que toca, que ellos hagan su trabajo y que ayuden porque nosotros ya me dirás tu como entras en una casa con agua, ellos si que tienen acceso, y ellos sí que van preparados, ¿vale? lo que hay que hacer es no incordiarles más de la cuenta, porque…

– No, si yo solo llamaba…

– Pasarles lo que está… he vuelto a hacer hincapié.

– He llamado esa vez, porque como no me llamaban ni la policía ni nada, digo… voy a ver, a ver qué pasa porque luego la vecina cuando me ha llamado y me ha dicho eso ya me he puesto… digo pues mi madre está dentro, no ha salido.

– He intentado hablar con Clarisa, no… el móvil no lo tiene…

– No, Clarisa murió ya.

– Ah, pues la voy a quitar, porque la tenemos como…

– Ella murió ya hace, ya un año.

– Por eso me decía que no existía ese teléfono móvil de… vale, la voy a quitar, gracias por informarme.

– Claro. Venga, de nada.

Un rato más tarde la operadora de Teleasistencia vuelve a llamar a la hija de Anunciación.

– Dígame.

Francisca, soy Tere de Teleasistencia avanzada de la Generalitat Valenciana de la dependencia, le recuerdo que la conversación puede ser grabada, Francisca, ¿aun no sabes nada de nada.

– Ahora me han dicho alguna vecina que han ido, pero no la encuentran, no lo sé. Yo me temo lo peor. Te lo digo, desde esta mañana te lo he dicho.

– Que no la encuentran. Igual ha salido y están en casa de otra vecina de al lado o algo.

– No puede porque, vamos, ojalá y esté así. Pero yo he hablado con la vecina de enfrente y conforme me ha dicho que estaba la calle, mi madre no ha podido salir, ¿sabes?

– Ya.

– Ha tenido que salir antes, pero no creo, no lo sé.

– ¿Pero han entrado dentro de la casa, ya?

– Se ve que sí. Ellos tampoco me han avisado, ha sido por mediación de una vecina, que dice que estaban allí y que no la encontraban, pero no sé nada más, si no te habría llamado con lo que sé, pero es que no lo sé.

– Ya, ya me imagino. Tranquilízate porque igual han ido alguno y como hay tanto revoltijo, la ha sacado alguno y la han llevado directamente, pues eso, si estaba mojada al hospital para controlarle y por los nervios, ¿vale? Y entonces claro, ahora como esta la emergencia que tenemos… he llamado yo al 112, tardaba mogollón en coger las llamadas. He podido localizar, después de hablar con ellos, a la policía para asegurarme más de que les daba el dato directamente a ellos, vale, y luego has llamado tú. Hay dos o tres sitios donde pueden haber ido las llamadas, primero uno, luego a otro, luego a otro.

– Y luego hace cuestión de veinte minutos, o más bien media hora, en el trabajo donde yo estoy ha venido una concejala, y le he dado la dirección de mi madre y entonces dice que iban a ir. Que están sacado a la gente de allí del barrio, a la gente mayor.

– Claro, y ya tenían los avisos, los policías van primero a…

– Por eso…por avisos no ha sido.

– No, además en cuanto tienen los avisos van a por los más débiles, a por los que no van a poder salir, se supone. Vamos a esperar que sea eso, no nos adelantemos. Si hay que llorar, ya lloraremos cuando toque, ahora de momento que no cunda el pánico.

– Sí, no, ya, ya. Vale, sí venga.

– Vale, cariño.

– Venga, gracias.

– Mucho ánimo, eh.

Un rato después la teleoperadora contacta de nuevo con la hija de la fallecida.

– Dígame.

– Hola, Francisca, soy Tere de Teleasistencia avanzada de la Generalitat Valenciana de la dependencia, le recuerdo que la conversación puede ser grabada, ¿aún no sabes nada?

– No, nada de nada, pero es que es imposible entrar, es imposible, nada, si no podemos, yo… Estoy trabajando en el hotel que está a las afueras. Todos los trabadores no nos podemos ir. Está todo el pueblo cortado. Entonces está trabajando la UME con barcas y todo. No sabemos nada, y encima se ha ido la luz, y todo, y no…no sabemos nada. Así es que…en el momento en que sepa algo yo la llamo.

– Vale, gracias, eh.

– Venga, a ti, venga, hasta luego.

El audio número 14 recoge la última llamada entre Teresa y Francisca, hija de Anunciación, que nunca pudo ser rescatada.

– Sí, dígame.

– Hola, Francisca, soy Tere de Teleasistencia avanzada de la Generalitat Valenciana de la dependencia, le recuerdo que la conversación puede ser grabada, cariño, ¿no sabemos aún nada?

– Nada de nada. Claro, es que no pueden entrar. Es que no pueden entrar, sabes, entonces, yo creo que ya no hay solución, pero bueno, en fin, nada.

– Madre mía.

– Mucho, pero es que hay muchísima agua, es que es increíble. Está todo deshecho, todo, todo, todo… ha sido…

– Una barbaridad, pero es que no es solo ahí, hay muchos pueblos como el tuyo. Esta todos los servicios saturados, ¿vale?

– Mi hijo vive en Paiporta y no ha podido entrar tampoco.

– Paiporta, Catarroja, Algemesí, estamos aquí que no llegamos, o sea que… y claro, todos los servicios están saturados, no contesta ni Dios, te cuesta un montón que te puedan coger, vale pues a ver si en nada podemos hablar y decir que ya está todo y que está todo bien.

– No creo, pero bueno, vale, venga, gracias. Hasta luego.

– Hasta luego.

El último audio aportado a la causa judicial sobre el caso de Anunciación está numerado con el 15. En este caso es un teleoperador el que llama a la hija de la víctima.

– Dígame.

– Hola, mira soy Álvaro de Teleasistencia, mi compañera Tere me ha pasado el caso, ¿cómo va?

– Ya se lo he dicho a ella, que ya de momento yo creo que han parado la búsqueda, pero que pensamos que está dentro de la casa con todo el agua. No… es que ha sido increíble, en un momento la que se ha liado.

– Vale, vale. Si, no, no… aquí estamos de culo. Vale, voy a ver el aviso como está en el 112 ¿vale?

– Venga, gracias.

– Venga, hasta luego.

37 PERSONAS DEPENDIENTES MUERTAS

Entre los 229 fallecidos por la DANA del 29 de octubre de 2024 hubo 37 personas en situación de dependencia que poco o nada pudieron hacer por si mismas ante la riada que sufrieron. Eran personas dependientes y por tanto, incapaces de valerse por si mismas. Algunos se salvaron gracias a la intervención de familiares y vecinos, pero otros pocos pudieron hacer. El dato está en el informe que envió el pasado mes de septiembre Susana Camarero, vicepresidenta primera del Consell y Consejera de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda, a la Mesa de las Cortes valencianas y que había sido solicitada por la juez que instruye la DANA.

La respuesta se daba tras una pregunta formulada por la diputada socialista Rosa Peris. El día de la DANA el teléfono de asistencia a la dependencia recibió 1.246 llamadas. El mayor número de llamadas de los 85 municipios donde llega el servicio telefónico de asistencia se corresponde con localidades donde la DANA fue especialmente cruel. En Catarroja hubo 83 llamadas, en Paiporta hubo 72 llamadas y en Torrent 82.

El informe recoge que «el servicio de teleasistencia es un servicio de atención domiciliaria ininterrumpida que atiende a personas en situación de dependencia de todos los municipios de la Comunitat valenciana, incluidas las afectadas por la DANA que tuvo lugar el día 29 de octubre de 2024».

La viceconsejera explica en el documento que el día 28 de octubre, un día antes de la tragedia, «los profesionales de la empresa prestataria del servicio de teleasistencia incluyeron, en cada una de las comunicaciones emitidas o recibidas en su centro de atención, los avisos de precaución a los/as usuarios/as por la alerta meteorológica de AEMET por la DANA. El propio martes 29 de octubre, desde las 8.30 horas de la mañana, y tras la nueva consulta a la AEMET en la que eleva el nivel de alerta a rojo, se trasladó de nuevo los mensajes y alertas de precaución a los los usuarios/as en las comunicaciones efectuadas durante todo el día».

Asimismo, el servicio efectuó aquel día 2.345 llamadas a personas con dependencia. El mayor número de ellas fue a Catarroja con 172 llamadas, a Alcásser con 127 y a Massanassa con 128.

El mismo servicio se incrementó al día siguiente, 30 de octubre, Massanassa recibió 293 llamadas, Alfafar 1.833 llamadas y Benetússer 252. Sin embargo, las llamadas recibidas se rebajaron bastante respecto a las del día de la DANA.

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