El descafeinado parece la solución perfecta para esos antojos de café a última hora del día, una bebida reconfortante que asociamos con la calma. ¿Pero y si te dijera que ese gesto tan inocente podría estar saboteando tu descanso nocturno sin que te des cuenta? El médico Sergio Pachana lo tiene claro y su advertencia sobre el café sin cafeína nos obliga a replantearnos nuestras costumbres antes de ir a la cama.
Creemos que al quitarle la cafeína, el problema desaparece por completo, pero la realidad es mucho más compleja de lo que parece. ¿Qué cantidad es demasiada? Esta es la pregunta que muchos se hacen, y según Sergio Pachana, la respuesta es sorprendente, porque este tipo de café también afecta al sueño de una forma que la mayoría desconoce y que podría explicar por qué te cuesta tanto conciliarlo.
LA VERDAD OCULTA TRAS LA ETIQUETA ‘SIN CAFEÍNA’

Muchos no saben que el proceso para eliminar la cafeína del grano nunca es cien por cien efectivo, dejando siempre una cantidad mínima. ¿Te suena familiar? Confías en la etiqueta, pero una pequeña dosis residual de cafeína permanece en cada taza que consumes por la noche y ese es el origen del problema. Esta taza de descafeinado, como confirma el doctor Pachana, no es tan inocua como la pintan.
El problema se acumula taza a taza, casi sin darnos cuenta, hasta que notamos que nuestro sueño ya no es el que era. Puede que una sola no te afecte, pero la suma de varias tazas de descafeinado a lo largo de la tarde puede alcanzar un nivel estimulante que interfiera directamente con tu descanso. Esta es una de las principales advertencias de Sergio Pachana sobre este popular sustituto del café.
¿POR QUÉ UNAS POCAS GOTAS DE CAFEÍNA SÍ IMPORTAN?

Nuestro cerebro es extremadamente sensible a las moléculas estimulantes, incluso en concentraciones que consideramos insignificantes. Esa mínima cantidad de cafeína es suficiente para bloquear los receptores de adenosina, y retrasar la aparición de la sensación de sueño aunque te sientas cansado, un efecto sutil pero real. Como insiste el médico Sergio Pachana, el consumo de este café no es un juego de todo o nada.
Además, no solo se trata de tardar más en dormirse, sino de la calidad de las horas que pasamos en la cama. ¿Te levantas con la sensación de no haber descansado? Pues la cafeína residual del café sin cafeína puede fragmentar el sueño profundo o fase REM, impidiendo que el descanso sea verdaderamente reparador. Este es uno de los efectos más preocupantes del consumo nocturno.
NO A TODOS NOS AFECTA IGUAL: EL FACTOR PERSONAL

La genética juega un papel fundamental en cómo nuestro cuerpo procesa la cafeína, y por eso tu amigo puede beberse tres tazas y dormir como un lirón. Para algunas personas, el hígado metaboliza la cafeína de forma mucho más lenta de lo habitual, por lo que los efectos de un simple café de este tipo pueden prolongarse durante horas. Sergio Pachana recalca la importancia de la autoevaluación.
El peso, la costumbre o incluso lo que has comido ese día pueden alterar la forma en que reaccionas a esta bebida. No es una ciencia exacta, pero aprender a escuchar las señales de tu propio cuerpo es clave para saber dónde está tu límite personal con esta alternativa al café. La experiencia de Pachana confirma que muchos pacientes descubren el problema al eliminarlo por completo.
EL VEREDICTO DEL EXPERTO: ¿CUÁNTAS TAZAS SON DEMASIADAS?

Llegamos a la pregunta del millón: ¿dónde está la línea roja? Aunque depende de la sensibilidad individual, el doctor Sergio Pachana establece una recomendación general. Para él, el límite seguro sería no superar las dos tazas de descafeinado al día y, lo que es más importante, evitar su consumo por completo a partir de las seis de la tarde.
El tiempo es tan crucial como la cantidad, ya que el cuerpo necesita varias horas para eliminar por completo cualquier resto de cafeína. ¿Un último café después de cenar? Mejor olvídalo. Según Pachana, tomar un descafeinado justo antes de acostarse es el error más común que arruina el descanso, incluso en personas que se consideran poco sensibles. Este tipo de café sigue siendo un estimulante.
MÁS ALLÁ DEL CAFÉ: ALTERNATIVAS PARA UN RITUAL NOCTURNO

Si has notado que hasta el más mínimo estimulante te afecta, quizás es el momento de explorar nuevas opciones para tu momento de relax. ¿Has probado las infusiones? Una manzanilla, una tila o un rooibos, que no tiene teína, son excelentes sustitutos que además promueven activamente la relajación y el sueño, justo lo contrario que un café descafeinado, por muy suave que sea.
No se trata de renunciar a ese ritual cálido y reconfortante, sino de adaptarlo para que juegue a favor de tu salud y no en tu contra. A veces, un simple vaso de leche caliente con un toque de miel puede ser mucho más efectivo para preparar al cuerpo para una noche de descanso profundo. Es la confirmación, como diría Sergio Pachana, de que lo sencillo a menudo funciona mejor.






