El Pleno de la Asamblea de Madrid se convirtió hoy en el escenario de un duro enfrentamiento político, con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lanzando una andanada de críticas tanto al Grupo Parlamentario de Más Madrid como a los socios del Gobierno central. La jefa del Ejecutivo madrileño articuló un discurso centrado en la unidad, la denuncia del «guerracivilismo» y la acusación de hipocresía sindical y corrupción política.
La presidenta Ayuso fue taxativa al rechazar la confrontación ideológica basada en la división histórica, un reproche dirigido directamente a Más Madrid. «Pueden seguir por el guerracivilismo, es que no nos van a encontrar en esto,» declaró con firmeza, ligando su visión de la democracia a la reconciliación y el progreso conjunto. En un intento de desmarcarse de la herencia de la contienda civil, Ayuso enfatizó su generación, nacida en el marco constitucional de 1978. «Yo nací en 1978, nací en democracia y aprendí de aquellos españoles, padres y abuelos, que no querían ni una España ni la otra,» argumentó.
La líder popular apeló a esa inmensa mayoría de ciudadanos que, a su juicio, nunca quiso ni vivió de la Guerra Civil, y que hoy teme un retorno a los males de la polarización. Para Ayuso, la condena al conflicto fratricida pasa necesariamente por desterrar su antesala: «La antesala de la Guerra Civil es levantar un muro entre españoles para que haya que acabar con el otro, no debatir ideas que es lo que siempre les digo que hay que hacer aquí, sino aniquilar al otro. No se trata de eso.» Para la presidenta, el verdadero espíritu democrático radica en una visión de futuro compartido: «Democracia es mirar para adelante todos unidos, les guste o no.»

SILENCIO SELECTIVO Y HUELGAS POLÍTICAS
En su réplica a Más Madrid, la presidenta madrileña elevó el tono al acusar a la izquierda de practicar un «silencio selectivo» ante situaciones sociales y económicas relevantes. Díaz Ayuso esgrimió la tesis de que la ausencia de protestas sociales a nivel nacional se debe a que los sindicatos mayoritarios están «políticamente alineados» con los partidos en el poder.
La presidenta citó ejemplos concretos de lo que considera una doble vara de medir. «Va a haber una huelga en Telefónica que era el buque insignia de la empresa madrileña, un despido de 6.000 trabajadores y callados como puertas,» reprochó. Del mismo modo, acusó a Más Madrid de guardar silencio ante la situación de Radio Televisión Española (RTVE), señalando que la cadena está siendo, según sus palabras, «totalmente privatizada por los negocios de productoras.»
La crítica se extendió a la situación económica general del país. Ayuso lamentó el incremento de la tasa de pobreza en España, un fenómeno en el que, irónicamente, la izquierda habría «igualado en la pobreza,» en un ejercicio de «hacer las cosas» de forma efectiva. La presidenta describió un panorama donde la clase media, a pesar de trabajar, no puede llegar a fin de mes, mientras sus adversarios permanecen «callados como puertas» a la espera de un cambio de gobierno. El motivo de este silencio, sugirió, es que están esperando a que «llegue un gobierno del Partido Popular para ponerle las manifestaciones de sus sindicatos.»
Ayuso vinculó esta supuesta hipocresía a las huelgas del sector médico, negadas o minimizadas por el Gobierno central y sus aliados, según la presidenta. «¿Qué pasa, que la huelgas y las protestas que está habiendo de los médicos son menos importantes porque gobiernan ustedes?», cuestionó, reclamando coherencia en el tratamiento de todas las movilizaciones.

EL «PACTO CORRUPTO» QUE SOSTIENE EL GOBIERNO CENTRAL
En su turno de réplica al Grupo Parlamentario Socialista, la presidenta Díaz Ayuso elevó el calibre de sus acusaciones, centrando su ataque en la legitimidad del Gobierno de Pedro Sánchez. La líder del PP madrileño calificó el proyecto que «desgobierna España» como sustentado en un «pacto corrupto.»
Ayuso tejió una narrativa que conecta el origen del actual ejecutivo con la corrupción, refiriéndose a las circunstancias que rodearon la moción de censura y la investidura. Mencionó la polémica en torno a figuras cercanas al líder socialista, un «pacto corrupto que llevó al líder del Partido Socialista con urnas de cartón entre Ábalos y Koldo,» y un acuerdo que, según la presidenta, «nació en la corrupción que se está conociendo del señor Santos Cerdán en Navarra.»
La crítica más dura se centró en los socios de investidura, a quienes acusó de ser el sostén de un sistema viciado. Mencionó el apoyo inicial del PNV para desalojar a Mariano Rajoy y, de forma más vehemente, el «incomprensible pacto oscuro y sin luz ni taquígrafos con Bildu, es decir, con el brazo político de ETA.»
La presidenta advirtió que los socios del Gobierno central nunca romperán este pacto, sin importar cuánta corrupción salga a la luz. La razón, según Ayuso, es que estos partidos (PNV, Junts, Esquerra) están manipulando el Código Penal, imponiendo la amnistía y colonizando las administraciones y empresas públicas y privadas. «Tienen comprados sobre la mafia esos siete votos con los que España se está yendo por el sumidero,» sentenció Ayuso, concluyendo con una advertencia: «Así que cuando quieran darnos lecciones miren a izquierda y derecha porque a un lado le piden 24 años de banquillo a su número dos y otras decenas de años de cárcel a su otro número dos.»






