La cazuela de pescado y marisco es un plato que definitivamente evoca puerto, caldero antiguo y tardes donde el tiempo se movía más despacio. Cuando se sirve humeante en la mesa, la cazuela de pescado y marisco tiene esa magia que solo logran las recetas heredadas, esas que mezclan tradición con el aroma profundo del mar. No es solo un guiso, es un reencuentro con lo esencial, con un buen producto hecho, mucha paciencia y una forma de cocinar que apuesta por extraer el máximo sabor sin artificios.
Aun así, para muchos sigue siendo un plato que impresiona, pues solo el nombre impone y parece que solo quienes crecieron entre redes y mareas pueden lograrla, pero no es así. La cazuela de pescado y marisco se basa en técnicas sencillas y en tratar los ingredientes con respeto y amor, por lo que si se siguen unos pasos concretos, cualquiera puede conseguir esa textura jugosa y ese fondo sabroso que recuerdan a la cocina de siempre.
1Ingredientes que construyen el sabor
Para preparar la cazuela de pescado y marisco, necesitarás productos frescos y bien seleccionados, porque son ellos los que de verdad sostienen el carácter del guiso. La clave está en combinar pescados blancos como la merluza o el rape, con mariscos que aporten intensidad como los mejillones, las almejas, las gambas o los langostinos. Además del protagonista marino, deben estar presentes verduras como cebolla, tomate y pimiento, que serán la base del sofrito que dará profundidad al conjunto.
Es importante recordar que la cazuela de pescado y marisco agradece buenos fondos, y que por eso, debes reservar también caldo casero de pescado y un toque de vino blanco. El resultado ya dependerá de la calidad de todos esos elementos y de que uses la proporción adecuada entre ellos. No hace falta que te compliques con mezclas exóticas, pues solo con ingredientes limpios, frescos y elegidos con mimo, el guiso comienza a tomar forma incluso antes de encender el fuego.






