María Kindelán, nutricionista: «Físicamente, la merienda estabiliza la glucosa, algo clave para el control del peso”

La merienda puede parecer algo muy poco importante y de hecho muchas personas suelen saltársela por lo mismo. En el movimiento del día a día, el trabajo, los deberes y las cosas de la casa, por lo regular olvidamos la merienda y esta en realidad tiene un valor tan importante que podrías sorprenderte.

La merienda siempre ha formado parte de ese ritual cotidiano que marcaba la tarde con una pausa amable, casi doméstica, que hoy parece desvanecerse entre agendas saturadas y estímulos constantes. Esta comida dejó de considerarse esencial y pasó a verse como un lujo innecesario, cuando en realidad, según la nutricionista María Kindelán, es una pieza clave tanto para la salud física como para la estabilidad emocional. En esta época no se come en tranquilidad, sino frente al ordenador o en trayectos apresurados, y recuperar esta costumbre resulta más necesario que nunca, para frenar el estrés y mantener el equilibrio.

Las palabras de Kindelán nos recuerdan que la merienda no es un capricho infantil ni una tradición antigua condenada al olvido, sino un hábito que sostiene el bienestar diario y que debería entenderse como una inversión. De hecho, la experta insiste: “físicamente, la merienda estabiliza la glucosa, algo clave para el control del peso”, y esa sola frase explica por qué dejarla fuera del día tiene un coste que no siempre se percibe a simple vista.

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Opciones equilibradas y el valor cultural de la merienda

“Bowl con yogur”. Fuente: Freepik

Para que la merienda sea completa, debe contener proteína, fibra y grasa saludable, porque de esa combinación nace la saciedad real. La nutricionista propone alternativas prácticas como un bocadillo funcional con pan integral, queso fresco o pavo, rúcula y un toque de tahini o aceite de oliva; un bowl energético con yogur, semillas de lino, nueces y frutos rojos; o una combinación de frutos secos con fruta de temporada. O incluso un smoothie sencillo si se equilibran los nutrientes.

Más allá de la alimentación, la merienda conserva también un valor emocional y cultural, un recuerdo de hogar, de pausa, de conversación y de merienda a media tarde que formaba parte de la identidad gastronómica española. Por eso Rodilla ha impulsado la petición de recuperar oficialmente el “Día de la Merienda”, una propuesta que busca devolverle el lugar que tuvo siempre, el de un momento cotidiano que sostiene el cuerpo y también la calma interior.

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