Rosa Tugores, alimentación macrobiótica: «Un consumo excesivo de proteínas y grasas animales puede llevar a problemas serios de salud»

Actualmente se habla mucho de la proteína y de la necesidad de su consumo para llegar a un requerimiento y fortalecer el músculo. Sin embargo, consumirla en exceso tampoco es bueno, y una experta en alimentación macrobiótica nos explica el por qué.

La alimentación macrobiótica siempre ha sido una voz disonante en medio de las tendencias que van y vienen en el mundo de la nutrición. Mientras la conversación pública se llena de obsesiones por la proteína, por los suplementos y por la promesa de cuerpos esculpidos a cualquier costo, esta filosofía propone una mirada más equilibrada, menos impulsiva y mucho más consciente. En el video de Rosa Tugores, esa perspectiva se hace evidente desde el primer minuto, cuando cuestiona la idea de que “más es mejor” y recuerda que el cuerpo también tiene límites que merecen respeto.

Y es que la alimentación macrobiótica no solo habla de lo que comemos, sino de cómo tratamos a nuestro organismo. Tugores explica que el exceso de proteínas, sobre todo las de origen animal, no se queda sin consecuencias. El hígado y los riñones, encargados de procesar y depurar lo que ingerimos, pueden verse sobrecargados hasta provocar un estado de acidosis interna difícil de manejar. Lo que dice, más que alarmista, es un llamado a recuperar el sentido común en un momento en el que la proteína parece haberse convertido en una especie de fetiche nutricional.

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Un exceso que el cuerpo no siempre puede gestionar

“Para el cuerpo es difícil digerir todo lo que consumimos”. Fuente: Freepik

En su análisis, Tugores insiste en que el problema no es la proteína en sí, sino la cantidad y la procedencia. Desde la mirada de la alimentación macrobiótica, un consumo desmesurado de proteína animal genera subproductos ácidos que el cuerpo debe neutralizar a toda costa. Cuando esa carga es constante, los órganos depuradores pueden empezar a resentirse. No se trata de crear miedo, sino de entender que el equilibrio no es una recomendación abstracta, sino una necesidad fisiológica.

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Además, recuerda que la tendencia actual a elevar la proteína en cada comida responde más a modas que a necesidades reales. Con la alimentación macrobiótica como referencia, la especialista explica que el cuerpo solo puede utilizar una cantidad limitada de aminoácidos. Cuando se supera ese umbral, lo que yace en el exceso no es fuerza ni músculo adicional, sino un desgaste inútil que termina regresando al organismo en forma de acidez, inflamación o estrés metabólico que se acumula con el tiempo.

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