La renovación estratégica del COAAAS 2035: España defiende sus cielos

La columna vertebral de esta transformación reside en la renovación de sus sensores. El Ejército de Tierra busca reemplazar los antiguos sistemas de detección por tecnologías de vanguardia

En un entorno geopolítico marcado por la rápida evolución de las amenazas aéreas, desde ataques masivos con drones hasta misiles de crucero de alta precisión, la seguridad del espacio aéreo español pende de la capacidad de su Ejército de Tierra para adaptarse. Esta adaptación tiene un nombre y una cifra multimillonaria: la modernización del Sistema de Mando y Control de Artillería Antiaérea Semiautomático, o COAAAS 2035, un proyecto que trasciende lo meramente militar para convertirse en una pieza clave de la soberanía tecnológica e industrial de la nación.

El COAAAS, más que un simple acrónimo, representa el «cerebro» de la defensa antiaérea terrestre. Es la infraestructura crítica diseñada para ejercer el mando y control táctico, integrando sensores, sistemas de decisión y efectores de armamento en una respuesta coordinada y multicapa. Su función es crucial: detectar, clasificar, rastrear y, finalmente, neutralizar cualquier amenaza que viole el espacio aéreo, operando a diferentes distancias y altitudes. Es el nexo que transforma los datos del radar en órdenes de disparo, garantizando una defensa que opera desde la amenaza de corto alcance, como los cada vez más ubicuos drones, hasta misiles de velocidad y alcance superiores.

LA ERA AESA: EL OJO MULTIFUNCIÓN DE INDRA

La columna vertebral de esta transformación reside en la renovación de sus sensores. El Ejército de Tierra busca reemplazar los antiguos sistemas de detección por tecnologías de vanguardia, y aquí emerge con fuerza el Radar MTR-10 Halcón, desarrollado por la empresa nacional Indra. Este sistema no es una simple mejora, sino un salto tecnológico que redefine la vigilancia aérea.

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El Halcón opera bajo la revolucionaria tecnología AESA (Active Electronically Scanned Array). A diferencia de los radares mecánicos que giran, las antenas AESA escanean el espacio de forma electrónica, lo que confiere una flexibilidad operativa sin precedentes. Esta capacidad permite al sistema rastrear múltiples objetivos simultáneamente y cambiar de función (búsqueda, seguimiento y guía de armas) con una agilidad casi instantánea.

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Sistemas anti aéreoespañol (Fuente: Ministerio de Defensa)

Adicionalmente, la tecnología AESA aporta una resiliencia vital. Su diseño modular asegura que el fallo de un componente no paralice el sistema, sino que solo degrade marginalmente su rendimiento. Más importante aún en la guerra electrónica moderna, el Halcón goza de una baja probabilidad de intercepción (LPI). Al emitir ondas de radio de forma más discreta y con patrones complejos, se convierte en un objetivo mucho más difícil de detectar e interceptar por los sistemas de alerta enemigos, ofreciendo una ventaja táctica invaluable.

El MTR-10 es, como su nombre indica, un Radar Multifunción (MTR). Esto significa que sus tareas van mucho más allá de la mera detección. Actúa como el ojo avanzado del COAAAS, realizando simultáneamente la vigilancia aérea, el seguimiento preciso de trayectorias, y la vital localización de armas, identificando la fuente de fuego enemigo inmediatamente después del disparo para permitir una respuesta de contrabatería rápida. Finalmente, proporciona los datos de puntería milimétricos necesarios para guiar a los efectores asociados, como los modernizados cañones Oerlikon de 35/90mm, piedra angular de la defensa de muy corto alcance.

FUERZA 2035

El impulso detrás del COAAAS 2035 no es un capricho militar, sino una respuesta estratégica a la realidad de los conflictos modernos, donde la capacidad anti-drones, o C-RPAS, se ha convertido en una prioridad. La modernización tiene como objetivo principal transformar el actual sistema en una infraestructura más digital y capaz de integrarse plenamente en la Fuerza Conjunta del futuro, el modelo de adaptación del Ejército de Tierra que busca una mayor flexibilidad e interoperabilidad con los sistemas aliados de la OTAN y la Unión Europea.

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Antimisiles español (Fuente: Ejército de Tierra)

El proyecto se estructura en tres pilares interconectados. Primero, los sensores, donde el radar Halcón de Indra es el protagonista. Segundo, el mando y control (C2), que exige la integración de todo el sistema en una red digital de combate para facilitar la toma de decisiones en tiempo real. Y tercero, los efectores, que garantizan que el armamento existente pueda guiar el fuego con la precisión proporcionada por los nuevos radares, asegurando la efectividad hasta un rango de unos cinco kilómetros.

Este ambicioso programa, con un valor contractual que, según fuentes especializadas, se eleva a más de 1.600 millones de euros, no solo garantiza la seguridad nacional, sino que también es un motor de la política industrial.

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SOBERANÍA TECNOLÓGICA

La elección de Indra como principal proveedor y desarrollador de esta tecnología crítica se enmarca dentro de una estrategia de seguridad nacional más amplia que busca afianzar la soberanía tecnológica. Programas de alto valor estratégico como el COAAAS 2035, o la designación de Indra como coordinador industrial español del futuro avión de combate europeo FCAS, han sido el catalizador de movimientos empresariales trascendentales.

La reciente concentración accionarial, que ha visto elevar la participación de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y la entrada de socios industriales nacionales como Escribano y Sapa, se justifica precisamente por la necesidad de asegurar que el control y desarrollo de la tecnología de defensa más sensible y crítica, como es el núcleo del COAAAS, permanezca bajo paraguas español. La inversión estatal y la consolidación de Indra como socio industrial estratégico reflejan la comprensión de que la defensa antiaérea moderna no es solo una cuestión de equipo, sino de control sobre el conocimiento que lo desarrolla.

La modernización del COAAAS 2035 es la respuesta integral de España a los desafíos de la guerra asimétrica. Se trata de un proyecto que combina el despliegue de tecnología de vanguardia, con el Radar AESA Halcón a la cabeza, con la visión estratégica de asegurar que el escudo invisible del país sea de diseño y fabricación nacional, consolidando a España como una potencia capaz de gestionar un entorno de amenazas aéreas cada vez más complejo y volátil.

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