Las arritmias cardíacas son un tema que muchas veces se mira con inquietud, aunque su nombre suene más grave de lo que suele ser en la práctica clínica. Las arritmias cardíacas forman parte de un grupo de alteraciones del ritmo del corazón que, pese a generar dudas, miedos o confusión en los pacientes, tienen hoy un nivel de comprensión médica muy avanzado. Según la visión del doctor Ignacio García Bolao no todas implican un riesgo inmediato y, en la mayoría de los casos, cuentan con soluciones seguras, sencillas y duraderas.
Las arritmias cardíacas se explican mejor cuando se comprende cómo funciona el corazón en condiciones normales, porque lo que realmente falla es la armonía del sistema eléctrico que guía cada latido. Ese pequeño generador interno, que marca el paso entre la diástole y la sístole, trabaja de manera rítmica para impulsar la sangre en la dirección correcta. Cuando ese impulso se altera o se conduce de forma irregular por las vías internas, surgen las arritmias que pueden manifestarse con palpitaciones, mareos o incluso pérdidas momentáneas de conocimiento.
1Qué provoca estas alteraciones cardíacas
El doctor García Bolao recuerda que las causas de las arritmias cardíacas suelen dividirse en dos grandes grupos: fallos al generar el impulso eléctrico o fallos al transmitirlo. Ese desajuste puede aparecer por múltiples razones, desde procesos degenerativos del propio sistema de conducción hasta secuelas de enfermedades o intervenciones previas. Lo importante es que, aunque el origen sea variado, el mecanismo se repite, y es que el corazón late fuera de ritmo porque su señal interna ha perdido orden.
En muchos pacientes, estas arritmias cardíacas provocan síntomas que no pasan desapercibidos. Las palpitaciones rápidas y repentinas son la señal más habitual, una sensación incómoda que puede llegar a inquietar aunque no siempre sea peligrosa. También aparecen mareos, síncopes o episodios breves de pérdida de conciencia que sí requieren atención médica inmediata. La relación entre síntoma y gravedad no siempre es lineal, por eso los especialistas insisten en valorar cada caso con pruebas específicas.





