‘Sueños de libertad’ se ha convertido en una de las ficciones más comentadas del momento, y no solo por la potencia emocional de la historia de Begoña Montes, sino también por las raíces que la inspiran. ‘Sueños de libertad’ conecta con la audiencia porque recoge un drama que suena a verdad y que sigue el patrón de una mujer atrapada en un entorno violento que necesita escapar para recuperar su vida, algo reconocible dentro del género. Pero ese punto de partida no surgió de la nada, sino que tiene un precedente claro, y se trata de una telenovela turca tan contundente como exitosa.
‘Sueños de libertad’ comparte ADN con ‘Fugitiva’, un fenómeno que marcó a miles de espectadores en su paso por Nova y que aún hoy sigue siendo un referente. Ambas producciones retratan la lucha de una mujer contra un esposo que la somete, y ambas construyen su tensión desde un maltrato que no se oculta ni se suaviza. Lo que sucede con Begoña en la serie española resuena con la historia de Nefes en la versión turca, y esa similitud no es casual, pues la ficción de Antena 3 tomó varios elementos de aquel relato para enriquecer su propio universo.
1La influencia directa de ‘Fugitiva’ en ‘Sueños de libertad’
El vínculo entre ‘Fugitiva’ y ‘Sueños de libertad’ es tan evidente que quienes han visto ambas no tardan en identificarlo. La telenovela turca sigue la vida de Nefes, una joven vendida a los 16 años a un empresario que la somete a una violencia extrema. Ese matrimonio forzado, los años de encierro y la maternidad marcada por el terror construyen una historia dura, pero profundamente humana. Desde ahí nace un paralelo casi inevitable con Begoña Montes, que en ‘Sueños de libertad’ también vive atrapada en una relación donde el control y el miedo son el pan de cada día.
La serie española no replica exactamente todos los elementos de ‘Fugitiva’, pero sí hereda su espíritu. Aunque ‘Sueños de libertad’ no incluye el componente del matrimonio impuesto, sí se apoya en la figura del marido despiadado, representado en Jesús de la Reina. Ese perfil coincide claramente con Vedat, el antagonista turco, un hombre sin escrúpulos que encarna el maltrato más brutal. La inspiración está ahí, en la estructura emocional del conflicto y en la forma en la que ambas mujeres buscan una salida, por mínima que sea.





