Estíbaliz García, responsable del Departamento de Prevención y Promoción de la Salud de la AECC: “no hay dieta milagrosa para evitar el cáncer de mamá”

No existe hasta ahora ninguna dieta milagrosa para evitar el cáncer de mamá, pero si pueden existir algunos alimentos que ayuden un poco, y entre esos están los que pertenecen a la dieta mediterránea. Una experta en el tema nos explica porque y cómo funciona esta dieta.

El cáncer de mama es una realidad que atraviesa a miles de mujeres en España y sigue situándose como uno de los tumores más comunes del país. Convivimos con cifras que recuerdan la urgencia de actuar, pero también con la idea equivocada de que existe una fórmula milagrosa para evitarlo. En la entrevista concedida a ‘20minutos’, Estíbaliz García, responsable de Prevención y Promoción de la Salud de la AECC, insiste en que la clave no está en buscar atajos, sino en adoptar hábitos que reduzcan de manera realista el riesgo a lo largo del tiempo.

Y es que el cáncer de mama no responde a soluciones mágicas ni a recetas que prometen más de lo que pueden cumplir. García subraya que ningún alimento, por sí solo, puede prevenir o curar un tumor. Lo que sí existe es un patrón alimentario capaz de influir de forma positiva en la salud: la dieta mediterránea. Esa combinación de legumbres, frutas, verduras, cereales integrales, grasas saludables y consumo moderado de proteínas animales es, según la experta, una aliada sólida para disminuir probabilidades sin caer en falsas expectativas.

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Para evitar el cáncer de mamá dile si a las grasas saludables y no al alcohol

“Los lácteos y todas las grasas saludables son grandes aliados”. Fuente: Freepik

La experta recuerda también que los lácteos, los huevos, el aceite de oliva y los frutos secos siguen siendo pilares de una dieta equilibrada. Las grasas saludables, lejos de ser enemigas, forman parte de un modelo alimentario compatible con una reducción del riesgo frente a el cáncer de mama. Son productos que contribuyen al buen funcionamiento del organismo y que, combinados con una base vegetal sólida, pueden mejorar la salud a largo plazo.

Donde García es tajante es en la cuestión del alcohol. “El único consumo seguro es cero”, recalca, desmontando esa vieja idea de que una copa de vino al día podía resultar beneficiosa. En su análisis, cualquier ingesta alcohólica implica riesgos que, en términos de salud, jamás se compensan. Por eso propone que la bebida presente en todas las comidas sea siempre agua. Este gesto sencillo, sostenido junto a una alimentación equilibrada, es uno de los pasos más fiables para reducir la carga de factores que actúan alrededor del cáncer de mama y otras enfermedades crónicas.

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