El hierro suele asociarse de inmediato con la fuerza y la resistencia, pero cuando hablamos de salud ósea también conviene mirar más allá del mineral en sí y comprender cómo una buena alimentación sostiene cada estructura del cuerpo. El hierro aparece en numerosas conversaciones nutricionales por su papel en la energía y la oxigenación, aunque muchas veces se olvida que, junto con otros minerales, forma parte de un engranaje que mantiene los huesos estables y resistentes. En este contexto, los frutos secos, tan cotidianos y aparentemente simples, vuelven a cobrar protagonismo gracias a su capacidad de aportar nutrientes esenciales de manera constante.
Cuando expertos como Mónica Acha explican cómo ciertos alimentos ayudan a reforzar la estructura ósea, queda claro que el hierro no actúa en solitario. La prevención de problemas como la osteoporosis exige una mirada integral que incluya calcio, fósforo, magnesio y una correcta absorción de estos elementos. Las recomendaciones actuales de nutricionistas apuntan hacia combinaciones de alimentos que, consumidos con equilibrio, refuerzan los huesos sin necesidad de recurrir a suplementos innecesarios, y ahí es donde los frutos secos vuelven a destacar.
1El papel del calcio y por qué los lácteos siguen siendo clave
Aunque se hable mucho del hierro y de cómo influye en la vitalidad general, el calcio continúa siendo el protagonista directo de la salud ósea. Mónica Acha recuerda que los lácteos siguen siendo la fuente más efectiva gracias a su alta biodisponibilidad. Es cierto que semillas como el sésamo o frutos secos como las almendras presentan concentraciones más altas, pero no todo lo que contiene más cantidad se absorbe mejor. En este caso, la eficiencia del cuerpo para aprovechar el calcio de los lácteos sigue siendo superior y por eso mantienen su relevancia en la dieta.
Al mismo tiempo, resulta interesante observar cómo alimentos tan comunes como las almendras o las avellanas pueden complementar esta función. Aunque no desplacen a los lácteos, refuerzan la base nutricional diaria, aportando minerales esenciales que trabajan junto al calcio. Aquí el hierro vuelve a mencionarse como parte de ese conjunto de micronutrientes que contribuyen al correcto funcionamiento del organismo, reforzando la idea de que la salud ósea depende de una visión completa y no de un único ingrediente.






