Manuel Cerdán (Aspe, 1954) es uno de esos periodistas de los que ya quedan pocos, de los que escriben libros con conocimiento exhaustivo de la materia sobre la que tratan y se ha documentado durante décadas para hacerlo. Este nuevo trabajo del veterano periodista de investigación -considerado de manera unánime como uno de los mejores en el top ten de la profesión-, tiene la virtud de recoger y hablar sin tapujos sobre el terrorismo de Estado, el nacimiento, el desarrollo y el final de los GAL. Su libro titulado «Guerra sucia. Mercenarios contra ETA: de Franco a los GAL» (Plaza y Janés) es un documento de un valor incalculable, que ganará importancia con el paso del tiempo porque desvela datos y documentación hasta ahora inédita de ese triste pasado de nuestra reciente historia.

Este último trabajo de Cerdán fue presentado hace apenas un mes, pero en 2023 ya había publicado «Carrero. 50 años de un magnicidio maldito», sobre el asesinato de Carrero Blanco. Antes de estos dos libros Cerdán escribió también «El informe Jano», «Lobo, un topo en las entrañas de ETA», «Paesa, el espía de las mil caras» y «El origen de los GAL: Guerra sucia y crimen de Estado».
Ahora llega sin duda el que es el mejor libro publicado hasta el momento sobre el Grupo Antiterrorista de Liberación (GAL), que se mantuvo activo durante algo más de una década. Desde sus orígenes en el Batallón Vasco Español en junio de 1975, hasta el asesinato de un joven electricista en Hendaya a manos de los GAL en julio de 1987. La conclusión es que el GAL cometió uno de los peores crímenes que puedan existir en una democracia, el del terrorismo de Estado.

Los llamados escuadrones de la muerte -nacidos a la sombra del franquismo, y alimentados durante los gobiernos de Felipe González por los fondos reservados del Estado- perpetraron más de un centenar de acciones violentas que acabaron con la vida de ochenta personas y provocaron una profunda grieta en los cimientos de la democracia que intentaba abrirse paso en nuestro país.
Manuel Cerdán traza cronológicamente un minucioso recuento de los hechos -operación tras operación, asesinato tras asesinato- a partir de los testimonios de protagonistas e implicados como José Amedo, Juan Alberto Perote o Luis Roldán, y otros altos cargos de Interior. Los narra porque en su día él los investigó, los vivió y los publicó en los medios donde trabajaba. También recoge testimonios de las víctimas y sus familias.
Además, Cerdán aporta cientos de páginas de sumarios judiciales y documentos inéditos que se reproducen en el libro para arrojar luz a las incógnitas que aún quedan en la sombra sobre ese período negro de la Historia reciente.
El libro es un monumento al mejor periodismo de investigación que nos demuestra que, cuando el poder escribe la historia con renglones torcidos la única motivación del periodista debe ser la obtención de la verdad, duela a quien duela y caiga quien caiga. Algo que Cerdán lleva haciendo desde hace 50 años.

Las batallas laborales de Cerdán desde que era un joven becario en el diario Información de Alicante en 1975 hasta ahora han sido muchas y difíciles. Ha tenido que sufrir presiones de gobiernos, empresarios, terroristas, policías y mafiosos y aguantar un sinfín de insultos, seguimientos y espionaje, incluso llegaron a llamarlo proetarra (alguien que hable con Cerdán solo 10 minutos sabría que eso es imposible) solo por investigar a los GAL y la guerra sucia. Por eso el libro es un excelente manual de historia para los lectores más jóvenes, que por razón de edad no han podido conocer en directo la violencia terrorista de ETA y los GAL de finales del siglo XX en España.
La guerra contra ETA fue defendida y tapada por un gobierno de izquierdas, según denuncia Cerdán, que se libró con 80 muertos en el campo de batalla. Una cifra no comparable a los 853 de la banda terrorista ETA en toda su historia. La gran diferencias es que contra ésta el Estado luchó con todas su fuerzas pero contra los GAL nadie intentó luchar. Es más, según algunos testimonios de responsables de la lucha antiterrorista el GAL no hizo sino alargar la agonía de ETA y estorbar en la verdadera lucha de los mandos policiales para acabar con la lacra terrorista.
Todos los atentados y todas las víctimas han sido recopiladas una a una por Cerdán a lo largo de 700 páginas, lo que supuso un quebradero de cabeza para su editora, con datos exhaustivos, fechas, nombres, ejecutores… Es lo que tiene ser periodista de investigación desde hace medio siglo y tener memoria.





