Dr. Javier Torres (55), urólogo: «Aguantarte las ganas de orinar es lo que provoca cáncer de vejiga en miles de hombres. Cambia esa costumbre ahora o en meses es tarde.»

La aparición de sangre en la orina, aunque sea de forma intermitente, es el principal síntoma de alarma y requiere consulta médica inmediata. Beber suficiente agua y acudir al baño en cuanto se sienta la necesidad son los cambios de hábito más efectivos para prevenir esta enfermedad.*

El cáncer de vejiga es una de las enfermedades urológicas que más preocupan a los hombres a partir de cierta edad, pero pocos conocen su posible relación con un gesto que repetimos a diario. Lo que ignoramos es que algo tan común como aguantarte las ganas de orinar podría ser el detonante, y la advertencia del urólogo Javier Torres resuena con una urgencia que asusta por su contundencia: «cambia esa costumbre ahora o en meses es tarde». ¿Y si el interruptor de esta grave enfermedad estuviera en nuestras manos?

La demoledora afirmación del Dr. Torres sobre este problema vesical no deja lugar a dudas y pone el foco en un hábito socialmente aceptado. Para este especialista con más de dos décadas de experiencia, la costumbre de posponer la micción es lo que provoca el cáncer de vejiga en miles de hombres, una práctica que, según él, debe ser erradicada de inmediato para evitar consecuencias irreversibles en nuestra salud. La pregunta es, ¿por qué nadie nos había hablado de este peligro antes?

¿UN GESTO COTIDIANO O UNA BOMBA DE RELOJERÍA?

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Retener la orina de forma sistemática no es un simple ejercicio de autocontrol, como muchos creen, sino un riesgo para la salud urológica. Al hacerlo de manera continuada, los componentes tóxicos de la orina permanecen más tiempo en contacto con el revestimiento vesical, un factor de riesgo que, según la contundente advertencia de Javier Torres, muchos hombres desconocen por completo. Es un gesto que multiplica las probabilidades de que algo vaya mal.

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La vejiga es un órgano increíblemente elástico, pero no es invencible ni está diseñada para soportar esa presión de forma crónica. Forzar sus límites constantemente puede irritar sus paredes internas, y esta inflamación crónica es un terreno fértil para el desarrollo de un carcinoma urotelial, que no es otra cosa que la forma más común en que se manifiesta esta grave enfermedad. Un daño silencioso que se acumula día tras día.

LAS SEÑALES QUE TU CUERPO TE GRITA Y NO ESCUCHAS

Ignorar los primeros síntomas es un error fatal cuando hablamos de un posible tumor vesical. Fuente: Freepik
Ignorar los primeros síntomas es un error fatal cuando hablamos de un posible tumor vesical. Fuente: Freepik

El primer aviso que lanza nuestro cuerpo suele ser tan sutil que, lamentablemente, se pasa por alto con demasiada frecuencia. A menudo, la presencia de sangre en la orina es el signo de alarma principal que no debe ser ignorado, incluso si aparece de forma intermitente y sin estar asociada a ningún tipo de dolor. El Dr. Torres es tajante en este punto: es motivo de consulta inmediata.

Pero hay más señales que delatan una posible afección en las vías urinarias y que debemos atender. Cambios en la frecuencia con la que vamos al baño, sentir escozor o una molesta sensación de vaciado incompleto son motivos más que suficientes para una consulta urgente que permita descartar un cáncer de vejiga, tal y como insiste el especialista en su rotundo mensaje a la población masculina.

MÁS ALLÁ DEL TABACO: LOS CULPABLES SILENCIOSOS

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Casi todo el mundo asocia el tabaco a problemas pulmonares, pero muy pocos saben que es el principal factor de riesgo conocido del cáncer de vejiga. Sin embargo, la advertencia del Dr. Javier Torres se centra en los hábitos modificables, y la exposición a ciertos químicos industriales también eleva drásticamente las posibilidades de sufrirlo, afectando especialmente a trabajadores de sectores como la pintura, el textil o la metalurgia.

La edad y el género también juegan un papel crucial en las frías estadísticas de esta patología vesical. Este tipo de tumor es significativamente más frecuente en hombres mayores de 50 años, una realidad demográfica que obliga a prestar mucha más atención a la salud del sistema urinario a partir de esa edad. Un grupo de riesgo que, según la experiencia de Torres, suele normalizar el mal hábito de aguantar la micción.

PREVENIR ES GANAR: EL CAMBIO QUE EMPIEZA HOY

Adoptar hábitos saludables es la mejor estrategia para reducir las probabilidades de desarrollar un cáncer de vejiga. Fuente: Freepik
Adoptar hábitos saludables es la mejor estrategia para reducir las probabilidades de desarrollar un cáncer de vejiga. Fuente: Freepik

La solución parece casi insultantemente sencilla, pero es de una lógica aplastante que a menudo olvidamos en el ajetreo diario. Beber abundante agua a lo largo del día ayuda a diluir esas toxinas, y acudir al baño en cuanto se siente la necesidad es el pilar fundamental de un buen cuidado urológico. Este es precisamente el cambio de costumbre que el Dr. Torres exige para evitar el peor de los desenlaces.

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No se trata solo de beber y orinar a tiempo; podemos hacer mucho más por nuestra salud. Una dieta rica en frutas y verduras, cargada de antioxidantes, protege las células de todo el organismo, y una revisión urológica anual a partir de cierta edad puede detectar a tiempo un cáncer de vejiga y cambiar por completo su pronóstico. Es la diferencia entre un susto y una tragedia.

«EN MESES ES TARDE»: LA URGENCIA DE TOMAR CONCIENCIA

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La agresividad de este tumor es, sin duda, uno de sus mayores y más temibles peligros. Cuando el diagnóstico se retrasa porque no hemos hecho caso a las señales, las células malignas pueden invadir la pared muscular de la vejiga y diseminarse a otros órganos, haciendo que el tratamiento se vuelva mucho más complejo y, por desgracia, bastante menos efectivo. Cada día cuenta en esta lucha.

Ese pequeño gesto de aguantarse, esa decisión tan española de «ya iré luego» que tomamos en el trabajo o en un viaje, puede parecer trivial. Sin embargo, como bien advierte con crudeza el Dr. Javier Torres en su mensaje, esa costumbre es la que puede marcar la diferencia entre una simple anécdota y una dura batalla por la vida, una batalla que podríamos haber evitado con un gesto tan simple como escuchar a nuestro cuerpo.

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