La cúpula del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha alzado la voz este domingo en un acto celebrado en Cáceres, poniendo el foco de manera contundente en la incompatibilidad que, a su juicio, existe entre la defensa de los derechos de las mujeres y los acuerdos de gobierno sellados por el Partido Popular con la ultraderecha de Vox. La secretaria de Organización y Acción Electoral del PSOE, Rebeca Torró, fue especialmente incisiva al denunciar lo que calificó como «pactos infames del Partido Popular con Vox», señalando que con estas alianzas la derecha «da la espalda a las mujeres». En un mensaje directo y sin paliativos, Torró sentenció que resulta imposible «defender de boquilla los derechos de las mujeres por la mañana» mientras que «por la tarde» se pacta con formaciones políticas que niegan la violencia machista, se deja de aplicar la Ley de Violencia de Género, se cuestiona la credibilidad de las víctimas y se coacciona el derecho fundamental de las mujeres al aborto.
Para la secretaria de Organización, la presencia y continuidad de los «gobiernos progresistas» no es una opción más, sino una necesidad imperiosa y la única «garantía» real de que los derechos de las mujeres no se conviertan en una simple «moneda de cambio» a merced de las negociaciones políticas entre el Partido Popular y la ultraderecha. En el marco de la conmemoración del 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Partido Socialista ha querido poner un énfasis particular en la lacra de los feminicidios y, de forma destacada, en la violencia vicaria.
Desde el atril del acto en Extremadura, Rebeca Torró lanzó un lema que resonó con fuerza: «Un maltratador nunca será un buen padre». Insistió en la indivisibilidad del maltrato, afirmando categóricamente que «un maltratador es un maltratador por encima de todo». Subrayó la absoluta incompatibilidad entre el ejercicio de la violencia y la paternidad: un hombre que insulta o agrede a la madre de sus hijos jamás podrá ser considerado un buen padre. «Jamás un asesino será un buen padre», remató. La dirigente socialista rechazó de plano las simplificaciones terminológicas que, a su entender, buscan relativizar la gravedad de estos actos. Torró criticó duramente las expresiones como «‘divorcios duros’ o ‘violencia intrafamiliar'», utilizadas, según ella, por el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y sus socios de ultraderecha. En contraposición, Torró insistió en la verdad innegable: «Es violencia contra las mujeres por el mero hecho de serlo».

BLANQUEAMIENTO DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO
La preocupación de la secretaria de Organización del PSOE se extiende a lo que interpretó como una «nostalgia» del Partido Popular por «los años más oscuros de nuestra historia reciente», y especialmente por el «blanqueamiento de la violencia de género que amenaza directamente nuestros derechos». Visiblemente molesta, interpeló a la formación conservadora preguntándoles retóricamente: «¿A qué España quieren volver? ¿A esa en la que las mujeres no podíamos abrir una cuenta en el banco sin permiso de nuestros padres o maridos?». Torró elevó la crítica al ámbito institucional, tachando al Partido Popular de ser un partido al que «le vienen muy pero que muy grandes las instituciones» porque, a pesar de autodenominarse «partido de Estado», se niega a reconocer un problema de Estado tan grave como la violencia de género. Esta crítica se vio reforzada por la censura a la postura del PP por no condenar el reciente «desfile de odio» de las «hordas ultras» que se manifestaron en Madrid.
El acto sirvió también de plataforma para abordar las inminentes elecciones en Extremadura, donde Rebeca Torró se mostró totalmente convencida de que «la gente contestará con su voto» en las urnas. La socialista respaldó sin fisuras al candidato de su partido, Miguel Ángel Gallardo, quien, según Torró, sabrá hacer valer «el legado» de históricos presidentes extremeños como Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Guillermo Fernández Vara. La crítica se dirigió a la presidenta del PP regional, María Guardiola, a quien acusó de carecer de «rumbo y un proyecto propio para los extremeños», y de haber optado por un «copia y pega» de lo que calificó como «recortes, privatizaciones, mala gestión y mentiras» importados de las políticas de otros líderes autonómicos del Partido Popular como Isabel Díaz Ayuso, Juan Manuel Moreno Bonilla y Alfonso Fernández Mañueco.
Por su parte, la secretaria de Igualdad del PSOE, Pilar Bernabé, adoptó un tono de alarma, acusando al Partido Popular de «echar gasolina al fuego» de la violencia de género con su «abrazo a la ultraderecha». Bernabé detalló una serie de acciones que, a su juicio, equivalen a avivar ese fuego: desde calificar a las asociaciones de mujeres como «chiringuitos», hasta buscar justificaciones para los agresores o eliminar las consejerías de Igualdad. Mencionó de manera explícita el incidente donde un político de la ultraderecha «le retuerce un pecho al que ventila el aguilucho» como un claro ejemplo de este peligroso comportamiento. Frente a esto, Bernabé posicionó al Partido Socialista como la fuerza política que está «siempre para sofocar ese fuego», citando como prueba la acción de gobierno que ha permitido pasar de 220 a 460 medidas dentro del nuevo Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Subrayó que este pacto incluye la lucha contra «nuevas violencias», como la vicaria, una «reivindicación histórica del movimiento feminista», que ha logrado que los delitos cometidos contra los hijos e hijas para dañar a sus madres sean tipificados como un «delito autónomo». La secretaria de Igualdad cerró su intervención con un mensaje de esperanza, afirmando que la política socialista busca «transformar el miedo en esperanza», siendo el miedo, a su entender, la herramienta que la derecha y la ultraderecha han representado históricamente, desde la dictadura hasta sus intentos actuales de «darle la vuelta a la democracia».
Finalmente, el candidato socialista a la presidencia de la Junta de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, corroboró las palabras de sus compañeras al asegurar de manera rotunda que «un maltratador no es un buen padre, ni amigo o compañero. Es una mala persona«. Gallardo defendió el papel histórico del PSOE como impulsor de los grandes avances sociales en España y destacó la importancia «decisiva» de las elecciones extremeñas del 21 de diciembre para evitar nuevos «retrocesos en los derechos conquistados» que, según él, vendrían de la mano de un pacto entre «Guardiola con Vox». Gallardo no dudó en advertir que la actual presidenta del Partido Popular en Extremadura ha «deshumanizado» la atención a las víctimas de violencia de género, y se comprometió solemnemente a «recuperar la Consejería de Igualdad y combatir todas las brechas» que, a su juicio, ha abierto la administración de María Guardiola. El acto en Cáceres, moderado por la secretaria general del PSOE de Cáceres Ciudad, Belén Fernández, incluyó un emotivo coloquio previo sobre violencia de género con la participación de Libertad Jiménez, de la Asociación Mujeres en Zona de Conflicto, Alicia Ledesma, de la Asociación Malvaluna, y Yamileth Ordóñez, una víctima de violencia de género que compartió su testimonio.





