La Champions continúa siendo ese gigante incuestionable que mueve audiencias, pasiones y millones sin que nada parezca tambalearla. Por eso ha sorprendido tanto que, en Francia, la Champions se haya topado de frente con un escenario que nadie esperaba, un auténtico caos televisivo que deja al descubierto tensiones que venían gestándose desde hace tiempo. Las cadenas tradicionales, aquellas que durante décadas han dominado la emisión del gran torneo europeo, ya no juegan solas. Las plataformas de streaming, con sus bolsillos profundos y su ambición global, han entrado al tablero con una fuerza que amenaza el equilibrio de un ecosistema que parecía invencible.
En este contexto, la Champions se convierte en el centro de un terremoto mediático. La UEFA esperaba cerrar rápido su subasta de derechos para el ciclo 2027-2031, confiada en que el producto estrella del fútbol europeo no tendría problemas para superar la barrera de los 5.000 millones. Sin embargo, el portazo que llegó desde Francia ha puesto todo patas arriba. Ni Canal+, ni DAZN, ni BeIN Sports, ni siquiera los gigantes digitales como Apple TV+ o Prime Video lograron imponerse con claridad en la primera ronda, obligando a lanzar una segunda licitación que ha dejado a medio continente con la respiración contenida.
1La Champions en Francia, un frente inesperado para el torneo
La Champions se queda en Francia sin una cadena que tome la delantera y eso abre un escenario inédito. Canal+, que hasta ahora tenía el monopolio del torneo junto con la Europa League y la Conference, observa cómo su trono se tambalea mientras los nuevos jugadores del streaming afilan las uñas. La primera ronda de licitación, lanzada en octubre, prometía una batalla de gigantes, pero terminó en un vacío que nadie preveía. Ese hueco invita a pensar que la lucha por la Champions será más feroz que nunca.
El problema va más allá del fútbol, y que está en juego es el dominio mediático de un país que siempre fue estratégicamente clave para la UEFA. Con plataformas globales dispuestas a invertir cifras ingentes, la sensación es que Francia está siendo el primer escenario visible de una transición que lleva tiempo asomando, pero que ahora irrumpe con fuerza, que es el paso de la televisión clásica a la era de las plataformas como centro neurálgico del entretenimiento.






