El ibuprofeno es un analgésico que muchos tienen en casa como si fuera una solución rápida y casi inofensiva para cualquier molestia, pues con el paso del tiempo, su uso se ha normalizado hasta el punto de que no pocas personas lo toman a diario sin detenerse a pensar en las consecuencias, especialmente a partir de los 60 años, cuando el organismo empieza a requerir otro tipo de cuidados. El doctor Alberto Sanagustín, con décadas de experiencia en medicina familiar, insiste en que lo cotidiano no siempre es sinónimo de seguro y que el ibuprofeno no está exento de riesgos.
Además, el ibuprofeno tiene un mecanismo de acción que puede parecer sencillo pero que, al analizarse con detenimiento, revela un equilibrio delicado. Al bloquear las prostaglandinas para aliviar el dolor y la inflamación, también interfiere en las funciones naturales de protección del cuerpo, sobre todo en órganos que con la edad necesitan mayor vigilancia. Por eso el propio Sanagustín insiste en mirar más allá del alivio inmediato y entender que, a largo plazo, este fármaco puede dejar una huella que no siempre se percibe a tiempo.
1Cómo actúa el ibuprofeno en el cuerpo
Para comprender mejor los riesgos, primero hay que entender qué hace exactamente el ibuprofeno. Su función principal es reducir la inflamación y el dolor mediante la inhibición de las prostaglandinas, unas sustancias clave que participan en la respuesta inflamatoria. El problema surge cuando, además de bloquear el dolor, desaparecen también las protecciones que esas prostaglandinas brindan al estómago y a los riñones. Según explica Sanagustín, basta con que el consumo sea diario para que esos mecanismos de defensa empiecen a debilitarse.
Este debilitamiento no suele manifestarse de inmediato, lo que hace que muchas personas no relacionen sus molestias gastrointestinales o el deterioro progresivo de la función renal con el ibuprofeno. A partir de los 60 años, el organismo ya no compensa igual y los efectos se acumulan. Si la toma se vuelve constante, el riesgo deja de ser una simple posibilidad para acercarse peligrosamente a una realidad clínica.






