La cebolla roja se ha convertido en protagonista inesperada de muchas conversaciones sobre salud y alimentación en los últimos meses, y no solo por su sabor intenso o por la forma en la que transforma cualquier plato. La cebolla roja aparece ahora ligada a un estudio que ha llamado la atención de especialistas y del público general, sobre todo después de que la cardióloga Magdalena Perelló, explicara en un vídeo que este alimento, consumido en crudo, ayudó a reducir el colesterol en mujeres con Síndrome de Ovario Poliquístico.
En España es un ingrediente habitual, está en ensaladas, en guisos, en salsas y en muchísimas elaboraciones que forman parte de la cocina diaria. Sin embargo, cuando una especialista como Perelló explica que esa cebolla roja que usamos sin pensar puede tener efectos antiinflamatorios, diuréticos e incluso influir en parámetros cardiovasculares, el interés cambia de tono. Ya no se trata solo de un alimento sabroso, sino de un posible aliado para la salud, algo que invita a mirar con otros ojos a un producto tan económico y accesible.
3Un aliado para la salud intestinal
La presencia de inulina en la cebolla es otro de los puntos destacados por los especialistas. Esta fibra prebiótica favorece el crecimiento de las bacterias beneficiosas del intestino y ayuda a mantener un sistema digestivo equilibrado. Es un detalle que suele pasar desapercibido cuando se habla de este alimento, pero tiene un papel fundamental en la salud general, porque un intestino en buen estado influye en la energía, la inflamación y el bienestar emocional.
Por eso, cuando Perelló y otros divulgadores ponen el foco en algo tan sencillo como la cebolla roja, lo que hacen es recordarnos que no siempre hay que buscar soluciones complejas para cuidar la salud. A veces basta con volver a ingredientes básicos, de esos que han estado siempre en las cocinas, y entender que detrás de su sabor hay también una historia científica que merece ser contada.






