Estrategias tempranas que ayudan a disminuir el riesgo de TDAH en la infancia

El TDAH se ha vuelto un tema de mayor interés en los últimos años y muchos padres se preguntan cómo prevenir o disminuir esto en sus hijos, por eso te queremos enseñar algunas estrategias para ello con ayuda de un experto.

El TDAH es un tema que cada vez despierta más interés entre familias y educadores, sobre todo porque muchas dudas aparecen antes incluso de que exista un diagnóstico. Es habitual que un niño pequeño tenga días en los que no se concentra, se levanta constantemente o parece olvidar todo lo que le dicen. Sin embargo, no siempre está claro cuándo estas conductas son parte del desarrollo normal y cuándo pueden ser señales tempranas de TDAH, un trastorno que en España afecta entre el 5% y el 7% de la población infantil. Ese matiz, la frontera entre lo habitual y lo que requiere atención, es lo que hace tan importante hablar de estrategias tempranas.

Entender el TDAH desde la primera infancia ayuda a las familias a tomar decisiones con más calma y menos incertidumbre. Aunque los niños sin el trastorno suelen ir mejorando estas conductas a medida que crecen, quienes sí tienen TDAH necesitan apoyo y herramientas específicas para evitar que sus síntomas afecten su rendimiento escolar, su autoestima o su relación con los demás. Por eso se insiste tanto en actuar pronto, y en ese caso podrías utilizar algunas estrategias que te explicamos a continuación.

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Introducir misiones motoras en las transiciones

“Misiones motoras en lugar de permanecer en silencio”. Fuente: Freepik

Una de las ideas más útiles para reducir el impacto de los síntomas del TDAH nace en algo tan cotidiano como los cambios de actividad dentro del aula. El profesor e investigador Jonatan Molina Torres explica que pedir al niño que camine como un robot o un animal, en lugar de hacerlo en silencio, puede transformar un momento de tensión en una oportunidad para entrenar el control inhibitorio. Se trata de intercalar una conducta creativa entre la impulsividad y lo que se considera el comportamiento deseado, generando un puente más accesible para el niño.

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Estas pequeñas misiones, que pueden parecer un juego, ayudan a que el niño conecte mejor con lo que viene después. El tránsito deja de ser una interrupción brusca y pasa a convertirse en parte del aprendizaje. Además, esta estrategia no solo beneficia a los niños con TDAH. En realidad, suele mejorar la dinámica del aula completa, porque reduce la resistencia al cambio y hace que todos participen con más disposición.

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