El Mediterráneo Francés siempre ha tenido una forma distinta de vivir la Navidad, una que se aleja de los clichés invernales que solemos imaginar cuando pensamos en estas fechas. Aquí no manda la nieve ni el chocolate espeso ni las plazas congeladas que parecen sacadas de una postal alpina, sino una estética luminosa, suave y muy propia del sur. Es un territorio que mantiene intacta su personalidad incluso en diciembre, ofreciendo una Navidad colorida, cálida y sorprendente que funciona como una escapada perfecta para quienes buscan algo diferente sin alejarse demasiado de casa.
Viajar hasta el Mediterráneo Francés es más sencillo de lo que parece gracias al AVE directo desde España, que convierte esta experiencia en un salto corto hacia otra sensibilidad. En lugar de repetir fórmulas, este rincón del sur de Francia despliega varios destinos que funcionan prácticamente como formas distintas de sentir la Navidad: Perpiñán como capital vibrante; Perpignan Méditerranée como territorio amplio y diverso; y Canet-en-Roussillon con sus luces junto al puerto.
2Perpignan Méditerraneé, la navidad multiplicada en el Mediterráneo Fránces
Más allá de la ciudad, Perpignan Méditerranée reúne 37 municipios entre el macizo de las Corbières y el mar, y cada uno aporta su propia forma de entender la Navidad. No compiten con las ciudades centroeuropeas ni lo necesitan, ya que su encanto está en lo pequeño como los mercados rurales donde los productores venden directamente, las plazas que se llenan de olores y música, y los pueblos que conservan su ritmo aun en plena temporada festiva.
Entre las paradas imprescindibles de esta zona del Mediterráneo Francés está el espectacular Mercado de Navidad de Le Barcarès, que siempre sorprende por su formato y su ambientación, además de los mercados de Rivesaltes, Le Soler y Toulouges. En la costa, localidades como Torreilles, Sainte-Marie-la-Mer o Canet-en-Roussillon suman casetas junto al mar, vinos calientes, dulces locales e iluminaciones que hacen que la Navidad tome un aire cálido y muy mediterráneo. Es un territorio vibrante donde cada pueblo cuenta su propia historia.






