El universo siempre ha sido esa pregunta abierta que ningún ser humano ha conseguido cerrar del todo, un territorio inmenso que nos supera y que, aun así, nos acompaña en cada paso aunque no lo notemos. Vivimos nuestra vida en pequeños gestos, en relojes que avanzan despacio, mientras el universo sigue su ritmo silencioso, expandiéndose, transformándose, alejando galaxias y reescribiendo su futuro sin pedir permiso. Y en medio de esa danza que ocurre a una escala difícil de imaginar, los científicos tratan de descifrar cómo podría terminar todo algún día, ya sea con un susurro helado o con un estallido final que deshaga hasta lo más íntimo de la materia.
También hay algo profundamente humano en preguntarse qué pasará cuando el universo llegue a su límite, porque pensar en ese final es, de algún modo, pensar en nosotros mismos. La energía oscura, la materia oscura, la expansión acelerada, todo eso que suena lejano y abstracto se convierte en pistas, piedras pequeñas en un camino enorme que intenta mostrar hacia dónde se dirige el cosmos. En ese escenario lleno de hipótesis conviven teorías que explican desenlaces muy distintos y que, sin embargo, comparten esa inquietud de intentar comprender hasta dónde nos lleva este viaje cósmico.
1Un universo que se apaga poco a poco
Alba Moreno explica que el primer escenario posible es el Big Freeze y que podría darse si el universo sigue expandiéndose como hasta ahora, con ese impulso acelerado que no parece tener freno. Según la divulgadora, lo que ocurriría es que la energía y la materia se irían diluyendo tanto que el cosmos se convertiría en un lugar cada vez más frío y oscuro, una especie de silencio infinito en el que las distancias serían tan descomunales que la luz ya no alcanzaría a viajar de una galaxia a otra en tiempos razonables.
Con el paso de los eones las estrellas agotarían su combustible y no nacerían nuevas, las galaxias quedarían dispersas como islas perdidas sin posibilidad de encontrarse y lo único que permanecería serían restos viejos y apagados, enanas blancas congeladas, estrellas de neutrones sin actividad y agujeros negros que irían evaporándose con una lentitud desesperante. Sería un final suave, casi tímido, un universo exhausto que se enfría hasta quedarse completamente inmóvil.






