Alba Moreno, divulgadora científica, sobre el Big Freeze: «Esto ocurriría si el universo se sigue expandiendo indefinidamente como lo hace ahora”

Una divulgadora científica nos habla sobre el Big Freeze y lo explica como quien abre una ventana al futuro más lejano, ese en el que todo podría enfriarse poco a poco si la expansión del cosmos sigue su curso, recordándonos que también en lo infinito caben finales silenciosos.

El universo siempre ha sido esa pregunta abierta que ningún ser humano ha conseguido cerrar del todo, un territorio inmenso que nos supera y que, aun así, nos acompaña en cada paso aunque no lo notemos. Vivimos nuestra vida en pequeños gestos, en relojes que avanzan despacio, mientras el universo sigue su ritmo silencioso, expandiéndose, transformándose, alejando galaxias y reescribiendo su futuro sin pedir permiso. Y en medio de esa danza que ocurre a una escala difícil de imaginar, los científicos tratan de descifrar cómo podría terminar todo algún día, ya sea con un susurro helado o con un estallido final que deshaga hasta lo más íntimo de la materia.

También hay algo profundamente humano en preguntarse qué pasará cuando el universo llegue a su límite, porque pensar en ese final es, de algún modo, pensar en nosotros mismos. La energía oscura, la materia oscura, la expansión acelerada, todo eso que suena lejano y abstracto se convierte en pistas, piedras pequeñas en un camino enorme que intenta mostrar hacia dónde se dirige el cosmos. En ese escenario lleno de hipótesis conviven teorías que explican desenlaces muy distintos y que, sin embargo, comparten esa inquietud de intentar comprender hasta dónde nos lleva este viaje cósmico.

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Cuando todo se desgarra desde las galaxias hasta los átomos

“Destrucción cósmica”. Fuente: Freepik

La segunda teoría va en la dirección opuesta porque no imagina frío ni silencio, sino una especie de ruptura cósmica que lo arrastra todo. Alba Moreno la describe como la más traumática porque, si se diera, la expansión del cosmos sería tan descontrolada que nada podría mantenerse unido. Los cúmulos de galaxias se separarían sin remedio, los sistemas planetarios perderían su estabilidad y cada parte del universo quedaría aislada sin posibilidad de regresar a su forma original.

Y eso no sería lo peor, porque en el Big Rip ni siquiera los átomos tendrían garantizada su existencia. Llegaría un punto en el que los núcleos atómicos se desgarrarían y hasta el propio espacio-tiempo podría volverse inestable. No sería una explosión repentina ni un colapso, sino un proceso que se acelera con el tiempo, una desintegración que avanza desde lo gigantesco hasta lo microscópico y que, en su fase final, rompe incluso la geometría que define al universo.

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