Los pies diabéticos son una de esas realidades silenciosas que a menudo pasan desapercibidas hasta que aparece una señal de alarma. En España hay más de cinco millones de personas viviendo con diabetes y, aunque solemos pensar en ella como una cuestión únicamente relacionada con el azúcar, sus consecuencias van mucho más allá. Los pies diabéticos se convierten en uno de los puntos más vulnerables porque la enfermedad altera la sensibilidad, la circulación y la capacidad de cicatrización, generando un terreno frágil donde una herida mínima puede convertirse en un problema serio si no se detecta a tiempo.
Hablar de los pies diabéticos es hablar también de cómo la diabetes afecta a la vida cotidiana, a los pequeños gestos, a ese simple hecho de caminar sin pensar en lo que ocurre debajo de cada paso. Según las cifras cada año se diagnostican miles de casos nuevos y muchos se complican por la combinación de neuropatía y mala circulación. Cuando el cuerpo pierde parte de su capacidad para sentir o para llevar sangre suficiente a las extremidades, cualquier herida puede tardar demasiado en cerrar o incluso infectarse, y ahí empieza un camino que nadie desea recorrer. Por eso, los podólogos insisten tanto en la prevención, porque es mucho más efectiva que llegar tarde.
3Así se cuidan los pies diabéticos según los podólogos
Los pies diabéticos requieren una rutina constante y muy cuidadosa. La podóloga Lidia insiste en que lo primero es la observación, mirarlos cada día, comprobar que no haya heridas, grietas o zonas inflamadas, y evitar caminar descalzo incluso en la playa, donde una quemadura o un corte pueden pasar inadvertidos. Lavar y secar bien, especialmente entre los dedos, es un gesto básico que evita humedad innecesaria, y la hidratación diaria mantiene la piel flexible y menos propensa a romperse.
También es fundamental cortar las uñas de forma recta, sin picos que generen uñeros, y acudir con regularidad al podólogo para mantenerlas en buen estado. El calzado debe ser amplio, cómodo y sin costuras que puedan rozar, siempre acompañado de calcetines transpirables. A veces una simple presión mal distribuida puede desencadenar una lesión seria en los pies diabéticos, por eso los especialistas realizan estudios de pisada con plataformas digitales que permiten identificar puntos de riesgo. Con esa información diseñan plantillas personalizadas que alivian la carga y ayudan a prevenir úlceras plantares antes de que aparezcan.






