El roscón de bizcocho se ha convertido en la mejor alternativa para quienes quieren un postre festivo sin pasar horas amasando. Si lo vas a preparar, debes saber que el roscón de bizcocho tiene la virtud de ser sencillo, esponjoso y capaz de quedar perfecto incluso si no tienes demasiada experiencia en repostería. Es justo ese punto medio entre lo casero y lo elegante lo que hace que cada año más gente se anime a hornearlo en casa.
Además, el roscón de bizcocho permite jugar con los rellenos, aunque el de crema sigue siendo el favorito porque combina a la perfección con la suavidad del bizcocho. Si sigues los pasos con calma y te organizas bien antes de empezar, verás que el proceso fluye casi solo y que, en cuanto lo tengas delante, parecerá sacado de una pastelería.
2Cómo conseguir un roscón de bizcocho esponjoso
Empieza batiendo los huevos con el azúcar hasta que la mezcla quede muy aireada, casi duplicada de volumen. Esa es la base para que el roscón de bizcocho suba bien en el horno. Luego incorpora la harina tamizada con la levadura y mézclalo con movimientos envolventes, sin aplastar, como si quisieras “guardar” el aire dentro. Añade la ralladura y la vainilla, engrasa el molde de roscón y vierte la masa con suavidad. Debes tener el horno caliente antes de meterlo, porque una temperatura baja puede arruinar la esponjosidad.
Mientras el roscón de bizcocho se enfría, prepara la crema. Calienta la leche con vainilla y, en otro bol, mezcla yemas, azúcar y maicena. Vierte la leche caliente poco a poco, remueve y vuelve al fuego hasta que espese. Cuando esté templada, añade la mantequilla para darle brillo. En ese momento ya puedes abrir el roscón de bizcocho por la mitad y rellenarlo con una capa generosa de crema.






