Ana María Cuervo (59), biologa celular: «La idea es poder correr un maratón con 80 años»

Ana María Cuervo, experta bióloga celular, nos habla del envejecimiento lúcido y funcional, sostenido por hábitos simples que mantienen vivo el motor interno del cuerpo, y su incluso, puede ayudarnos a llegar a los 80 con la posibilidad de correr un maratón.

Correr es, como lo describe Ana María Cuervo en el vídeo del pódcast ‘Tiene Sentido’, una metáfora poderosa que va mucho más allá del ejercicio físico. Ella lo plantea como una imagen clara de lo que significa llegar a la vejez con energía, con autonomía y con un cuerpo que aún puede correr cuando otros apenas caminan. Desde el primer minuto, el episodio deja ver que correr no es solo una acción, sino una aspiración, aquella de mantenernos en movimiento, activos y lúcidos durante más tiempo del que solemos imaginar.

Esa mirada tan optimista y tan científica marca toda la conversación que sostiene con el experto en envejecimiento Javier Ruiz Martínez. El vídeo transmite la sensación de escuchar a dos personas que disfrutan desmontando mitos y explicando cómo podemos llegar mejor a los años avanzados. Y ahí correr se convierte en una brújula que orienta la idea de un envejecimiento activo, posible y, sobre todo, alcanzable si entendemos cómo funciona el cuerpo.

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Hábitos simples para que el cuerpo pueda correr

“Evitar picotear”. Fuente: Freepik

En el pódcast, Cuervo explica que dejar espacio entre comidas es una de las formas más efectivas de estimular la autofagia. Evitar el picoteo permite que el organismo active procesos que facilitan una vejez más saludable. En el vídeo se entiende muy bien que no habla de dietas extremas, sino de lógica biológica. Si queremos que el cuerpo siga en condiciones de correr, hace falta darle tiempos de descanso interno.

El sueño tiene un rol igual de importante. Ella recalca que dormir lo suficiente es imprescindible si aspiramos a una buena salud a largo plazo. Durante la noche es cuando se intensifica la limpieza celular, por lo que dormir bien se vuelve una herramienta casi tan vital como comer bien. Su explicación hace pensar en el cuerpo como alguien que quiere correr, pero necesita esas horas de reparación para volver a intentarlo cada día con fuerza renovada.

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