Asun Gonzáles, experta en microbiota: «Comer bien no tiene porque ser complicado»

Una experta en microbiota nos explica que comer bien no tiene porque ser complicado, lo que hace reflexionar a un país que normalmente cena tarde, come a deshoras y da por normales molestias que en realidad son señales de una microbiota agotada.

La microbiota se ha convertido en una pieza central del discurso nutricional moderno porque cada vez hay más evidencias de que sus ritmos y su equilibrio determinan cómo nos sentimos a lo largo del día. En España, sin embargo, seguimos manteniendo horarios que chocan frontalmente con lo que este ecosistema interno necesita, especialmente cuando las cenas se retrasan hasta bien entrada la noche, un hábito muy arraigado que contrasta con la disciplina horaria de países como Alemania, Dinamarca o incluso Francia.

La microbiota también responde a rutinas estables y a ventanas de descanso que solemos pasar por alto cuando el ritmo diario nos obliga a comer tarde o a picar algo de camino a casa. Para Asun González, asesora nutricional y una de las voces más respetadas en este campo, la clave no está solo en qué comemos, sino en cuándo lo hacemos, un aspecto que trató con claridad en el pódcast “Tiene Sentido”, donde insistió en que la microbiota necesita su propio horario para recuperarse y funcionar con salud.

2
Una sociedad que vive más rápido de lo que su cuerpo puede asumir

“El estrés y la vida agitada no deja a nuestro cuerpo vivir bien”. Fuente: Freepik

González fue tajante al afirmar que “la mayor parte de la sociedad estamos enfermos” y lo atribuyó a un “déficit de vida evolutiva”, un concepto que resume cómo los hábitos han cambiado más rápido de lo que el organismo ha sido capaz de asimilar. La microbiota no ha tenido tiempo para adaptarse a estos ritmos modernos que mezclan estrés, comidas apuradas y horarios que se alargan hasta la noche, un patrón que altera su capacidad natural para protegernos.

La desconexión entre el estilo de vida actual y lo que la microbiota necesita se refleja en molestias digestivas que muchos ya consideran normales, cuando en realidad son señales de que algo no funciona bien. Recuperar orden en los horarios y reducir el ruido alimentario no solo ayuda a equilibrar este ecosistema interno, sino que permite que el cuerpo vuelva a un funcionamiento más estable, menos inflamado y más acorde con su diseño biológico.

Publicidad
Publicidad