Asun Gonzáles, experta en microbiota: «Comer bien no tiene porque ser complicado»

Una experta en microbiota nos explica que comer bien no tiene porque ser complicado, lo que hace reflexionar a un país que normalmente cena tarde, come a deshoras y da por normales molestias que en realidad son señales de una microbiota agotada.

La microbiota se ha convertido en una pieza central del discurso nutricional moderno porque cada vez hay más evidencias de que sus ritmos y su equilibrio determinan cómo nos sentimos a lo largo del día. En España, sin embargo, seguimos manteniendo horarios que chocan frontalmente con lo que este ecosistema interno necesita, especialmente cuando las cenas se retrasan hasta bien entrada la noche, un hábito muy arraigado que contrasta con la disciplina horaria de países como Alemania, Dinamarca o incluso Francia.

La microbiota también responde a rutinas estables y a ventanas de descanso que solemos pasar por alto cuando el ritmo diario nos obliga a comer tarde o a picar algo de camino a casa. Para Asun González, asesora nutricional y una de las voces más respetadas en este campo, la clave no está solo en qué comemos, sino en cuándo lo hacemos, un aspecto que trató con claridad en el pódcast “Tiene Sentido”, donde insistió en que la microbiota necesita su propio horario para recuperarse y funcionar con salud.

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Una dieta antiinflamatoria para sanar desde dentro

“El pescado ayuda mucho a la desinflamación”. Fuente: Freepik

Uno de los mensajes más claros de Asun González fue que la alimentación tiene un papel decisivo tanto en el cuidado de la microbiota como en la recuperación del SIBO, motivo por el que propone una dieta antiinflamatoria basada en el modelo pesco Mediterráneo. Para ella, “comer bien no tiene por qué ser complicado”, y de hecho sostiene que basta con volver a una base sencilla compuesta por pescado, verduras y agua como bebida principal.

El pescado aporta lo que ella denomina “densidad nutricional”, una combinación de proteínas de calidad y omega 3, un ácido graso esencial que el cuerpo no produce por sí mismo y que resulta crucial para reducir la inflamación y mejorar el equilibrio de la microbiota. Las verduras complementan esta estructura con vitaminas y fibra, y a todo ello pueden sumarse setas, huevos o carne de ave para enriquecer aún más el menú sin perder el enfoque real de esta propuesta, que es comer de manera simple pero profundamente nutritiva.

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