¿Y si te digo que en la Store iOS ya tiene una aplicación que te permite hablar con un familiar difunto, lo creerías? Y con esto no me refiero a que sea el espóiler de una nueva película de ficción o uno de los episodios de Black Mirror, se trata de algo que ya existe, es real y además, miles de usuarios lo han descargado para probarlo. Sin embargo, muchos desconocen las consecuencias psicológicas que puede conllevar el uso de esta aplicación, sin antes de haber superado el duelo o contar con asistencia profesional para procesar esa despedida.
La aplicación se llama «2wai» y a pesar de que aún se encuentra en fase beta, en menos de un mes los usuarios de Apple han quedado sorprendidos por lo realista que es la generación del avatar por la inteligencia artificial de la persona fallecida. Solo se necesita un vídeo de 1 minuto de duración para que la IA copie absolutamente todo y puedas entablar una conversación fluida con esa persona que ya no está. No obstante, los expertos en salud mental afirman que podría ser perjudicial para aquellos usuarios que apenas comienzan el proceso de duelo, porque no es esa persona es la IA.
4LOS EXPERTOS EN SALUD MENTAL DIERON LA ALERTA EN 2020
El mismo año de la publicación de dicho documental el psicólogo y catedrático de la Universidad de Yonsei, en Corea del Sur, Dong-Gwi Lee, advirtió que tanto la realidad virtual como la aumentada, se han usado para mejorar tratamientos relacionados con trastornos de ansiedad, demencia, depresión y fobias. Por su parte, en el 2020, justamente en Reino Unido, un proyecto de realidad virtual recreó la coronación de la reina Isabel II de 1953. Esto se hizo con el objetivo de despertar los recuerdos en pacientes ancianos con demencia, que sí pueden recordar momentos enterrados en sus mentes cuando la memoria a corto plazo falla.
Sin embargo, el psicólogo Lee alertó en ese momento que aquellos experimentos que mezclan el dolor y la realidad virtual, necesitan ser acompañados por un especialista en salud mental para prevenir efectos adversos como un mayor sentimiento de pérdida, negación total de la realidad (la persona no acepta la pérdida) y el riesgo de perderse en recuerdos que en la actualidad pueden reconfortar, pero no son recomendados si el duelo no se ha superado en su totalidad.






