‘Valle Salvaje’ se había convertido, casi sin proponérselo, en una de esas citas tranquilas que estructuran la tarde de muchos espectadores. Desde que TVE encontró por fin el hueco adecuado para la serie tras varios ajustes de parrilla, el público había empezado a disfrutar de una estabilidad que en la televisión diaria es oro puro. Ver avanzar las tramas, dejarse llevar por los giros de sus personajes y sentir que cada tarde había un espacio reservado para ese pequeño universo se había vuelto parte del ritual. Por eso la noticia de una cancelación puntual, aunque sea de un solo día, ha caído como un jarro de agua fría entre quienes han seguido ‘Valle Salvaje’ desde su estreno.
Y es que cuando una serie diaria consigue asentarse, cualquier alteración se vive con la sensación de que se rompe un ritmo que costó mucho construir. ‘Valle Salvaje’ había logrado convertirse en la compañera natural de ‘La Promesa’, una dupla que sostenía las tardes de La 1 con un público fiel y, sobre todo, muy participativo en redes. Sin embargo, esta semana la frágil estabilidad vuelve a tambalearse con una decisión inesperada de TVE que amenaza con encender los ánimos de los seguidores más entregados.
3Lo que se juega TVE con esta decisión
Más allá del capítulo que no se emitirá, lo que está en juego es la relación simbólica entre la cadena pública y quienes sostienen a diario la audiencia de ‘Valle Salvaje’. La serie, producida por Bambú, había logrado asentarse en apenas unos meses como un producto fiable que acompañaba a ‘La Promesa’ en una franja delicada. Esa doble apuesta había empezado a dar frutos visibles, tanto en audiencia como en impacto en redes, lo que hace que cualquier movimiento inesperado despierte inquietud.
Por eso la cancelación del 5 de diciembre no es solo un ajuste de parrilla, sino un recordatorio de que las telenovelas diarias necesitan estabilidad para crecer y que su audiencia, aunque fiel, también es sensible a los cambios bruscos. Si algo ha demostrado ‘Valle Salvaje’, es que cuando se la cuida, responde. Quizá por eso el reto para TVE ahora no es minimizar el daño de una tarde perdida, sino reforzar el compromiso con una ficción que se ha ganado poco a poco el cariño del público y que espera ser tratada con la misma regularidad con la que ella les acompaña cada día.
