Los implantes se han convertido en parte del paisaje cotidiano de las clínicas dentales, casi un símbolo de cómo la odontología moderna ha aprendido a resolver la pérdida de dientes con soluciones cada vez más precisas. En España, en apenas una década, se han colocado millones, algo que habla de su eficacia y también de la enorme confianza que los pacientes han depositado en ellos. Sin embargo, mientras los implantes siguen ocupando ese lugar central, una noticia que llega desde Japón empieza a mover el tablero y a sembrar dudas razonables sobre cuánto tiempo seguirán siendo la opción más extendida.
En Japón, un equipo de investigadores lleva años explorando un fármaco que, dicho así suena casi a ciencia ficción, permitiría que los dientes volvieran a crecer de forma natural. Un hallazgo de ese calibre tendría el potencial de redefinir por completo lo que entendemos por tratamiento dental y abrir una nueva etapa donde la regeneración, y no la sustitución, marque el camino.
1Un descubrimiento que reabre viejas preguntas
Las cifras hablan del peso actual de los implantes, más de 17 millones en España en diez años, y también de cómo la implantología se ha consolidado como una solución eficaz, aunque costosa, para recuperar funcionalidad y estética. Pero el desarrollo del anticuerpo TRG-035, estudiado primero en laboratorio y ahora en pacientes humanos, ha puesto el foco en la posibilidad real de activar una “tercera dentición” que permanece dormida bajo nuestras encías.
El equipo del doctor Katsu Takahashi, en la Universidad de Kioto, descubrió que este anticuerpo neutraliza la proteína USAG-1, la responsable de frenar ese desarrollo natural. Ese bloqueo, según explican especialistas como la odontóloga Montse Timoneda, reactiva los brotes dentales latentes y vuelve a poner en marcha las vías de señalización necesarias para que un diente vuelva a formarse. La explicación puede sonar técnica, pero el concepto es en sí, no sustituir, sino regenerar.






