Japón prueba un fármaco que regenera dientes y pone en jaque el futuro de los implantes

Japón acaba de dar un paso gigante probando en humanos un fármaco capaz de regenerar dientes y poner en cuestión el futuro de los implantes, una tecnología que hasta ahora dominaba por completo el mundo de la odontología.

Los implantes se han convertido en parte del paisaje cotidiano de las clínicas dentales, casi un símbolo de cómo la odontología moderna ha aprendido a resolver la pérdida de dientes con soluciones cada vez más precisas. En España, en apenas una década, se han colocado millones, algo que habla de su eficacia y también de la enorme confianza que los pacientes han depositado en ellos. Sin embargo, mientras los implantes siguen ocupando ese lugar central, una noticia que llega desde Japón empieza a mover el tablero y a sembrar dudas razonables sobre cuánto tiempo seguirán siendo la opción más extendida.

En Japón, un equipo de investigadores lleva años explorando un fármaco que, dicho así suena casi a ciencia ficción, permitiría que los dientes volvieran a crecer de forma natural. Un hallazgo de ese calibre tendría el potencial de redefinir por completo lo que entendemos por tratamiento dental y abrir una nueva etapa donde la regeneración, y no la sustitución, marque el camino.

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Una nueva solución que podría sustituir los implantes

“La ciencia avanza y la odontología también”. Fuente: Freepik

Si las pruebas continúan por buen camino, los implantes podrían dejar de ser la única gran solución para sustituir dientes perdidos. Eso no significa que vayan a desaparecer de un día para otro, pero sí que su papel podría transformarse, tal vez complementando a nuevas terapias regenerativas en lugar de encabezar todas las opciones. El horizonte que plantean los investigadores apunta hacia un tipo de odontología más biológica, donde la tecnología no introduce una pieza externa, sino que despierta una capacidad que el cuerpo ya tenía.

Aun así, los expertos recuerdan que quedan años de investigación. Aunque el TRG-035 podría estar disponible en 2030 si todo marcha según lo previsto, el camino es largo y está lleno de etapas diseñadas para evitar riesgos. Pero la idea ya está ahí, instalada en conversaciones profesionales y también entre los pacientes; un mundo en el que recuperar un diente podría significar simplemente ayudar al cuerpo a reconstruirlo. Y ese mundo, de confirmarse, sería una revolución que cambiaría para siempre la manera en que pensamos en los implantes.

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