Las galletas de mantequilla son ese clásico navideño que siempre funciona y que transforma la cocina en un lugar más cálido sin que tengas que complicarte demasiado. Antes de empezar, debes saber que la clave está en la simplicidad: pocos ingredientes, buena mantequilla y un ritmo tranquilo que deje que la masa haga lo suyo. Las galletas de mantequilla tienen algo mágico, quizá porque mezclan aroma, textura y un recuerdo que todos compartimos, como si cada diciembre nos invitaran a detenernos un segundo y volver a lo esencial.
Además, cuando las prepares, debes dejarte llevar por el proceso, porque son de esas recetas que se disfrutan mientras se hacen. Las galletas de mantequilla no exigen técnica profesional, solo paciencia y ganas de encender el horno. Cuando las veas dorarse poco a poco, entenderás que llenan de espíritu navideño cualquier casa porque huelen a tradición y a esa sensación de hogar que no se compra en ninguna parte.
1Ingredientes para unas deliciosas galletas de mantequilla
Para empezar, debes tener lo básico sobre la mesa, que es mantequilla a temperatura ambiente, azúcar, harina y un toque de vainilla. Debes asegurarte de que la mantequilla esté muy blanda, porque eso hará que las galletas de mantequilla queden suaves y se deshagan un poco al morderlas. Ten también un bol amplio y, si quieres, algún aromatizante como limón o canela, aunque no es obligatorio.
Luego, debes medir todo con calma. Pon la harina en un recipiente aparte y deja el azúcar listo para mezclar. Haz esto antes de empezar para evitar interrupciones, porque las galletas de mantequilla salen mejor cuando el proceso es continuo y no te toca correr por un ingrediente que olvidaste. Si quieres innovar, este es el momento de añadir algún toque personal, pero recuerda que la magia de estas galletas está en su sencillez.






