Las galletas de mantequilla son ese clásico navideño que siempre funciona y que transforma la cocina en un lugar más cálido sin que tengas que complicarte demasiado. Antes de empezar, debes saber que la clave está en la simplicidad: pocos ingredientes, buena mantequilla y un ritmo tranquilo que deje que la masa haga lo suyo. Las galletas de mantequilla tienen algo mágico, quizá porque mezclan aroma, textura y un recuerdo que todos compartimos, como si cada diciembre nos invitaran a detenernos un segundo y volver a lo esencial.
Además, cuando las prepares, debes dejarte llevar por el proceso, porque son de esas recetas que se disfrutan mientras se hacen. Las galletas de mantequilla no exigen técnica profesional, solo paciencia y ganas de encender el horno. Cuando las veas dorarse poco a poco, entenderás que llenan de espíritu navideño cualquier casa porque huelen a tradición y a esa sensación de hogar que no se compra en ninguna parte.
2Preparación paso a paso
Para la masa, debes empezar batiendo la mantequilla con el azúcar hasta que formes una crema clara y uniforme. Hazlo sin prisas; esta base es lo que le dará textura a tus galletas de mantequilla. Después, debes añadir la vainilla y, poco a poco, incorporar la harina. No amases demasiado, solo mezcla hasta que la masa esté unida, porque si la trabajas de más, se pondrá dura.
Cuando ya tengas la masa, debes envolverla en papel film y dejarla reposar en la nevera durante media hora. Haz esto para que la masa se compacte y puedas estirarla sin que se rompa. Después de reposar, debes estirarla con un rodillo, cortar las figuras que quieras y ponerlas sobre una bandeja con papel de horno. El horneado es rápido, así que debes vigilarlas y basta con que los bordes empiecen a tomar un tono dorado suave.






