Este tren navideño que cruza los Alpes de noche se ha diseñado precisamente para que el viaje sea parte esencial del plan, y no solo un tramo más hasta llegar a destino. Lo opera FS Treni Turistici Italiani, la división turística del grupo ferroviario estatal italiano, que ha rescatado el espíritu de los viejos expresos internacionales en formato temporada navideña. La ruta une Roma con Múnich en un solo salto nocturno, pensado para despertar ya en ambiente de mercadillo bávaro.
El billete incluye litera o cabina, acceso a coche restaurante y una atmósfera muy cuidada, con decoración, música y detalles temáticos de Navidad durante todo el trayecto a través de los Alpes. La idea es reducir el estrés del viaje tradicional y apostar por un ritmo más pausado, donde el propio recorrido suma recuerdos. Además, al llegar a Múnich, el horario permite aprovechar casi todo el día entre luces, puestos de madera y tazas humeantes de vino caliente en los distintos mercados del centro histórico.
UNA NOCHE ENTERA CRUZANDO LOS ALPES
El trayecto parte de Roma Termini a última hora de la tarde y se alarga durante unas diecisiete horas hasta llegar a Múnich a primera hora de la tarde del día siguiente, lo que deja toda la noche para disfrutar del ritmo del vagón. En el camino, el convoy pasa por ciudades como Verona, Trento, Bolzano, Bressanone o Brennero antes de franquear la frontera alpina. Todo sucede mientras fuera se suceden valles nevados, túneles y pequeños pueblos iluminados.
El calendario es limitado y convierte cada salida en una especie de evento: hay pocas fechas en diciembre, con salidas desde Roma y regresos específicos desde Múnich para encajar con la temporada alta de mercados navideños. Esta restricción hace que la experiencia tenga un punto de exclusividad y cierto aire de cita única en el año. Para muchos viajeros, se parece más a reservar un pequeño crucero invernal que un simple billete de tren nocturno.
CÓMO ES POR DENTRO ESTE TREN NAVIDEÑO
El corazón del servicio está en sus coches cama y literas, donde se puede elegir entre cabinas privadas o compartidas de cuatro o seis plazas, según el presupuesto y el tipo de experiencia buscada. Las literas incluyen ropa de cama, espacio para dejar la maleta y suficiente intimidad para descansar durante buena parte de la noche, algo clave si se quiere llegar a Múnich con energía para recorrer mercados.
Más allá de la parte práctica, el tren cuida la atmósfera con coches restaurados de estética clásica, iluminación cálida y una decoración que mezcla guiños retro con motivos navideños discretos. Esta combinación de vagones vintage y comodidades actuales busca que el viajero sienta que forma parte de una película invernal, pero sin renunciar a detalles como buena climatización, enchufes y un servicio atento a bordo.
PARADAS CLAVE ENTRE ROMA Y MÚNICH
Aunque la mayoría de quienes reservan este viaje lo hacen pensando en los mercados de Múnich, el itinerario atraviesa zonas muy fotogénicas del norte de Italia y el corredor alpino, con paradas técnicas en ciudades ligadas al ferrocarril clásico. Lugares como Verona, Trento o Bolzano quedan al otro lado de la ventanilla, lo que permite reconocer nombres familiares mientras el paisaje cambia de colinas suaves a montañas nevadas.
En muchos casos, las paradas no están pensadas para que el pasajero baje con calma, sino para garantizar el funcionamiento del servicio y los relevos necesarios en la ruta internacional. Por eso, la recomendación es disfrutar del paso por estas ciudades como un pequeño desfile de escenarios, ideal para quienes viajan pegados a la ventana con una bebida caliente en la mano. El verdadero tiempo libre llega una vez el tren se detiene por fin en Múnich.
VIDA A BORDO ENTRE LUCES Y VILLANCICOS
Uno de los espacios más concurridos del viaje es el coche restaurante y bar, donde se sirven cenas, desayunos y bebidas en un ambiente que recuerda a los grandes expresos europeos, pero con un toque navideño muy marcado. La oferta gastronómica se adapta a la temporada de invierno, con platos sencillos y reconfortantes, además de dulces y bebidas típicas para quienes quieren empezar a saborear la Navidad antes de llegar.
Durante la noche, la compañía apuesta por crear un ambiente relajado con música, decoración y pequeños detalles de cortesía, como algún obsequio temático que ayuda a romper el hielo entre viajeros. No se trata de una fiesta continua, sino de una convivencia tranquila donde cada uno marca su ritmo: algunos leen, otros charlan o simplemente observan el paisaje hasta que deciden retirarse a la cabina. Esa mezcla de calma y entusiasmo es parte del encanto del viaje.
CONSEJOS PARA DISFRUTAR DEL VIAJE
Quienes se planteen reservar plaza en este servicio deberían hacerlo con antelación, porque al tratarse de una propuesta estacional y con plazas limitadas, los billetes tienden a agotarse rápido, sobre todo en las fechas más cercanas a Navidad. También conviene revisar bien el tipo de acomodación elegida, ya que la experiencia cambia bastante entre una cabina privada y una litera compartida.
En la maleta, lo más práctico es ropa de abrigo por capas, calzado cómodo para caminar muchas horas y espacio extra para posibles compras en los mercados. A bordo, se agradecen tapones para los oídos, un antifaz y una pequeña mochila con lo imprescindible para la noche, así no hace falta abrir y cerrar continuamente la maleta grande durante el trayecto. Con estos detalles previstos, resulta más fácil centrarse en disfrutar del ambiente del tren.
PARA QUIÉN ES ESTE PLAN INVERNAL
Este tipo de viaje encaja muy bien con quienes disfrutan del llamado turismo de experiencias, más atento al cómo que al cuánto, y valoran tanto el trayecto como la lista de lugares visitados. También resulta ideal para parejas o grupos pequeños que quieran celebrar una ocasión especial de forma diferente, cambiando el clásico vuelo y hotel por una aventura nocturna sobre raíles en pleno invierno europeo.
Las familias con niños algo mayores pueden encontrar en este recorrido una forma muy didáctica y emocionante de enseñarles otra cara de la Navidad, lejos de los centros comerciales y más cerca de las tradiciones centroeuropeas. Y para los aficionados al ferrocarril clásico, subir a un convoy gestionado por FS Treni Turistici Italiani supone casi una peregrinación, porque combina material histórico, servicio cuidado y una ruta de alta carga simbólica.








