Las 7 claves de las elecciones de Extremadura: del regreso de Ibarra al examen de Podemos

A dos semanas para la cita del 21 de diciembre, Extremadura encara unas elecciones autonómicas que han dejado de ser un mero trámite territorial para convertirse en un test político de alcance nacional.

La campaña se despliega entre viejas figuras que reaparecen, partidos al borde de la irrelevancia, un regionalismo que intenta abrirse paso y formaciones estatales midiendo su supervivencia. Estas son las siete claves para entender lo que está en juego.

1. El PSOE en su hora más baja… y el regreso sorpresa de Rodríguez Ibarra

Publicidad

El PSOE extremeño llega debilitado como nunca: cae en las encuestas y su candidato, Miguel Ángel Gallardo, afronta la campaña bajo la condición de investigado. En Ferraz asumen que el viento sopla en contra, pero nadie esperaba el giro que ha electrizado el tablero: el retorno de Juan Carlos Rodríguez Ibarra. El expresidente —que gobernó Extremadura de 1983 a 2007— llevaba años lejos de la primera línea, pero ha decidido volver para arropar a Gallardo en plena tormenta política.

Ibarra Moncloa
Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Foto: EP.

En un partido sumido en dudas estratégicas, Ibarra aporta relato, autoridad interna y un mensaje claro: el PSOE no puede resignarse. Su reaparición busca movilizar a un electorado socialista desmotivado y evitar un desplome que tendría consecuencias directas en Madrid.

2. Guardiola se lo juega todo: ganar por la mínima no basta

Las elecciones son también un examen decisivo para María Guardiola, presidenta en funciones y candidata del PP. El objetivo oficial es la reelección, pero en la práctica el listón está mucho más arriba: necesita una victoria holgada que le permita gobernar sin depender de Vox. La dirección nacional del PP, con Alberto Núñez Feijóo implicado personalmente en la campaña, ve en Extremadura un territorio clave para reforzar su relato de avance nacional.

Pero Guardiola llega tocada: arrastra conflictos internos por fichajes polémicos, un expediente abierto tras la resolución de la Junta Electoral Central por uso partidista de recursos institucionales y un desgaste acumulado por su ruptura fallida con Vox tras prometer en 2023 que nunca pactaría con ese partido. En el cuartel general del PP asumen que una victoria estrecha podría ser leída como un fracaso. Una derrota, directamente, abriría un debate sobre el futuro político de Guardiola.

3. Vox aspira a crecer y convertir a Guardiola en rehén de su resultado

Publicidad

Aunque las encuestas no le auguran un salto tan fuerte como el que experimenta en el ámbito estatal, Vox cree que puede ampliar su espacio en la Asamblea extremeña. No necesita un gran salto: basta con impedir mayoría absoluta del PP para anotarse un triunfo moral y político.

En Génova temen que Vox rentabilice el desgaste de Guardiola y la incoherencia del pacto fallido de 2023. En la dirección del partido de Abascal, en cambio, ya dan por hecho que un PP debilitado abrirá de nuevo la puerta a negociaciones post-electorales.

4. Unidas por Extremadura: el último bastión del ‘Podemos clásico’

La candidatura de Unidas por Extremadura llega como el último proyecto relevante que mantiene el formato que en su día tuvo Unidas Podemos a nivel estatal. Aquí la voz dominante vuelve a ser Podemos, a través de Irene de Miguel, una figura con arraigo en el progresismo extremeño.

Tan clara es su hegemonía interna que ni IU ni Sumar han cuestionado la continuidad del proyecto. Si la coalición obtiene un resultado sólido, Podemos podrá presentar Extremadura como prueba de que el ‘modelo 2016-2023’ aún tiene vida —algo que sería un mensaje clave para la estrategia estatal del partido—.

5. Sumar, espectador involuntario y posible damnificado

El movimiento Sumar, que formalmente respalda la candidatura pero sin presencia real en ella, afronta un riesgo evidente: que un buen resultado de Unidas por Extremadura refuerce a Podemos y debilite la marca de Yolanda Díaz justo cuando prepara sus apuestas fuertes en Andalucía y Castilla y León. En esta campaña extremeña, el yolandismo aparece prácticamente fuera de juego, sin capacidad de influir en el relato ni de rentabilizar el resultado.

6. El regionalismo lo intenta de nuevo: muchas siglas, poca tracción

Las elecciones extremas siempre han sido terreno fértil para pequeños proyectos regionalistas, pero casi nunca han logrado consolidarse. En esta ocasión, el espacio se ha reorganizado en torno a la coalición Juntos X Extremadura–Levanta, que agrupa a Juntos X Extremadura, Levanta Extremadura y Cáceres Viva. La apuesta es clara: reunir un voto de centro progresista ante un escenario político agitado.

Pero el ecosistema regionalista se presenta extremadamente fragmentado, con otras listas como la histórica Extremadura Unida, Una Extremadura Digna–Soberanía y Trabajo o Nuevo Extremeñismo–Adelante Extremadura. El sueño regionalista existe, pero las opciones reales parecen reducidas.

7. Ciudadanos, testigo de un adiós que no termina de llegar

El último tramo de la travesía de Ciudadanos deja un rastro simbólico en Extremadura. Aunque el partido está prácticamente extinguido en España, presentará listas en Cáceres y Badajoz. En esta última, además, concurrirá Fernando Baselga, ex candidato naranja a la Junta en 2023, pero esta vez integrado en la plataforma Juntos por Extremadura.

Publicidad
Publicidad